España FC: el deseo de alzar otro trofeo con el portero y el ariete objetados

Hace unos cuantos años, Radomir Antic, quien es leyenda del Atleti, me explicó que en su opinión dos jugadores del once titular no deben ser nunca discutidos, que la confianza debe aplomarse en ellos como primer mandamiento para alcanzar el superior rendimiento posible. Esas dos posiciones son el portero y el delantero centro, aunque con esta demarcación el entrenador serbio mantuvo sus más y sus menos con aquellos intocables (Penev, Esnaider y Vieri, y con los tres se peleó). Pues bien, Vicente del Bosque se presenta con sus 23 futbolistas en un nuevo torneo internacional al que España acude defendiendo el título mundial de Sudáfrica y el europeo de Ucrania con dudas en estas ubicaciones. En este apabullante ciclo que arrancó en Viena y que aún no ha parado, únicamente nos podemos lamentar del desliz de 2009 en la Copa Confederaciones disputada también en territorio africano, como ensayo para lo que vino luego. Para lo que vendrá, el Seleccionador ha estimado que no busca momento de cambios y que quienes se han ganado jugar este torneo son casi los mismos que se convirtieron en campeones en 2010 y en 2012. Es la justicia poética que acompaña siempre las decisiones de Del Bosque.

Con estas premisas, la temporada ha dado un vuelco a las decisiones del cuerpo técnico. De una parte, el Campeonato de Europa Sub 21 que se celebra en Israel se ha considerado básico en Las Rozas para devolver el prestigio internacional a nuestras categorías inferiores, tras el fiasco sufrido en los Juegos Olímpicos de Londres y que le costó el banquillo a Luis Milla. Varios de estos protagonistas se han ganado en el último curso un hueco entre los primeros protagonistas -De Gea, Carvajal, Iñigo Martínez, Koke o Isco-. Sin embargo, se ha buscado también presentarse con las mejores galas para recuperar la estimación perdida hace un año. Estos futbolistas que están tocando con fuerza la puerta de la absoluta disponen de un importante escaparate para derribarla con vistas a la secuencia clave de la próxima campaña: el Mundial de Brasil.

Con la única ausencia de Xabi Alonso entre los clásicos, el guipuzcoano ha arrastrado el pubis todo el curso demostrando un compromiso incuestionable tanto con la Roja como con el Real Madrid -se le reservó para la cita fundamental ante Francia en París y para los momentos claves de Champions con su club-. Las caras nuevas son las que ha colado Del Bosque con cuenta gotas recuperando a Javi Martínez, tras su imperial temporada en el Bayern, y a Fernando Torres, un fijo por goles y rendimiento en las fases finales. La cuestionada presencia de Iker Casillas, acumula sin competir desde el pasado mes de enero tras sufrir una lesión, es explicada por el entrenador como un acto de confianza ilimitada hacia quien conoce a la perfección desde las categorías inferiores de la entidad blanca. No sólo completa el cupo de tres porteros. Todo hace indicar que obtendrá el ánimo necesario del cuerpo técnico para ser el titular en el arranque de la competición ante Uruguay.

Pero no sólo Iker ha tenido un año entretenido con los vaivenes de Mourinho, quien ya le mandó a la suplencia previo a la fractura de la mano izquierda. Los otros dos metas han sufrido una carrera agitada: Valdés, tras anunciar que renunciaba a ampliar el contrato que lo vincula al Barça hasta 2014, y Reina, en una temporada irregular donde los resultados del Liverpool FC han colocado a los ingleses en una posición de tierra de nadie lejos de la grandeza de su historia. El periodo de transición que cohabita con los ‘reds’ no ha permitido a Reina deslumbrar como lo lleva haciendo desde que aterrizó en Anfield. Quizá Del Bosque ha perdido la oportunidad de romper con la secuencia de estabilidad que Casillas arrastra en el equipo español tras reemplazar a otro intocable, Zubizarreta. La ocasión de colocar a David De Gea como fijo no ha sido entendida por los técnicos, que siguen defendiendo que el tiempo del afianzado en la portería del Manchester United llegará... aunque no en este instante.

En declaraciones a la página web ‘Diario de la Roja’, el seleccionador, poco amigo de regalar titulares polémicos, soltó que a España FC le falta un ‘9’ en condiciones, circunstancia que le conduce a elegir un medio para el ataque. La evolución en esta demarcación ha seguido su curso y lo que con Luis Aragonés eran dos delanteros fijos -Villa y Torres- en Austria, el ideario de Del Bosque ha variado en función de las ausencias de los dos goleadores más fiables del grupo y de sus respectivos estados de forma hasta terminar por jugar sin ninguno. Las alternativas, Llorente-Negredo-Soldado, que han cumplido en momentos ocasionales, no han terminado de convencer plenamente al seleccionador y han entrado y abandonado a la misma velocidad las convocatorias. Tampoco los que empujan desde abajo -Adrián, Rodrigo, Álvaro Vázquez, Morata- o los que regularmente calzan destellos en el curso -Rubén Castro, Aduriz o Aguirretxe- se han arrimado a la pelea del puesto vacante del goleador.

Tal ha sido el poco calor ofrecido a los arietes que el cuerpo técnico se decantó por jugar con el modelo del falso ‘9’, un mediocampista como referencia de ataque para irrumpir por sorpresa desde segunda línea, parecido al ejemplo del Barça y Messi. Lo curioso del caso es que con cualquiera de las alternativas España ha funcionado y si Villa goleó en Sudáfrica, Torres lo hizo en Polonia-Ucrania, pese a no disponer de la titularidad asegurada. Curioso es también que nuestro delantero más fiable, Villa, cuando actúa como único punta en el eje nos regale sus partidos más oscuros. Las pruebas con todos denotan que esa ausencia de confianza en estos goleadores es el grado que resta en esta arista de un conjunto que mantiene el hambre, la ambición, la ilusión, la humildad y la energía de seguir ganando. El ego de los campeones sigue latiendo, con o sin dudas en el portero y jugando con o sin ‘9’ determinado.