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El PSG tienta a Karim Benzema, que saldrá si el Real Madrid ata a Suárez o al Kun Agüero
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Antonio Sanz

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El PSG tienta a Karim Benzema, que saldrá si el Real Madrid ata a Suárez o al Kun Agüero

El PSG quiere cambiar su modelo y todo pasa por afrancesar el equipo. Luis Suárez y Agüero aparecen en el horizonte si Karim Benzema regresa a su país

Foto: Benzema, celebrando un gol marcado durante esta temporada (EFE)
Benzema, celebrando un gol marcado durante esta temporada (EFE)

El Real Madrid recorre una semana más de éxito. Ha sacudido al rival eterno, se presenta con fuerza ante la Primera división y prepara con calma el primer asalto a la Liga de Campeones, la ansiada ‘Décima’. En la foto todo queda bien. Hasta de soslayo se plantea con reserva un asunto comprometido: vender o no a Benzema al final del curso. No queda más que entender que el galo se desvincula en el 2015, dentro de casi nada. Por tanto, o remiendas el ojal o la costura se transformará en roto descosido. El caso es que los goles y el rendimiento actual del francés afloran el entusiasmo colectivo. Ya no hay dudas, solo presente. Ya no es el gato que vagaba por el monte porque no sabía cazar. Aquel bautizo de ‘Mou’ se convirtió en un arrastre que hoy ya no se significa.

El despertar de Karim Benzema colma el gusto de sus dos permanentes valedores en la entidad. De un lado, Florentino Pérez. Del otro, Zinedine Zidane, quien aconsejó sin fisuras al primero pagar lo que fuera para firmarlo. El Olympique cedió cuando los blancos desembolsaron sobre la mesa de negociación 35 millones de euros para admitir que alcanzarían unos disparados 41 ‘kilos’ si se cumplimentaban los objetivos pactados. Previamente, el empresario madrileño decidió, como arma de seducción, desplazarse a la pequeña población de Bron, una ciudad dormitorio próxima a la poblada Lyon. El hogar recibió la ilustre visita del presidente del Real Madrid, quien quiso agasajar al jugador con todos los honores que merece un fichaje estrella que aterrizaba a la sombra de Cristiano Ronaldo y de Kaká.

El rendimiento del delantero centro no transmitió progreso con Pellegrini, pero la llegada de Mourinho sacudió los complejos del galo. Pasó de nueve a veintiséis goles en sólo doce meses. Lo celebraron con jolgorio. En un solo curso, se transformó en el goleador que precisaba el Real Madrid. No obstante, la puesta en escena de Higuaín recorrió un terreno que el francés no fue capaz de transitar. Los esfuerzos paganos del argentino medían al desangelado vigor de quien por calidad ganaba en encanto. Pero el tesón aún alumbraba por encima del gusto. El desenlace en la contienda permitió que la belleza se apoderara de la gracia futbolística. La estabilidad del joven de Bron pasaba por la venta del argentino.

Y Florentino no se lo pensó. La pérfida Prensa siempre reclamó que el hoy ariete del Nápoles no era de la ganadería galáctica. Pero para Pérez la apuesta de Benzema siempre ocupó un escenario muy por encima del pasado y de cualquier adversario para Karim. El dilema llega ahora: la venta de uno de los suyos. El dirigente es reacio a desprenderse de sus apuestas. Ya ocurrió con Kaká. Costó reconocer el error en el fausto, pero la lógica derriba el presente. El París Saint Germain se ha empeñado en cambiar el modelo de fichajes. Los propietarios de la entidad son conscientes de que son odiados en el territorio por el obsceno abuso que han demostrado con las adquisiciones. Con todo, admiten que cambiar el dictamen del pueblo pasa por afrancesar el equipo. Y esa es la nueva estrategia.

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El pasado mercado de invierno ha decantado a la propiedad árabe. Para empezar hadado potestad a Laurent Blanc, el entrenador, para conformar un equipo, no agrupar estrellas. El técnico apostó por el fichaje de Yohan Cabaye, el compatriota que organizaba el juego del Newcastle en Inglaterra. El PSG no tuvo miramientos para pagar más de veinte millones de euros por un centrocampista. Y si el desembolso ha sido de ese calibre, el Real Madrid presupone que este verano se aproximará un ciclón inasumible para retener a Benzema. El plebeyo francés es consciente de que el conjunto parisino planea crear a su alrededor la estructura de futuro. Es verdad que sobre Ibrahimovic gira todo. Con todo, pese a lo discutido de su figura en su país de nacimietno, es sobre Karim sobre quien se pretende construir el PSG. Y nadie se preocupa si por el camino toca ‘sacrificar’ a Cavani, quien por cierto, ni se adapta a Francia, ni es feliz en París por más rédito económico que lo magnifique.

El Real Madrid recibe desde hace meses el compromiso de cambio de dos jugadores: Luis Suárez y Sergio Agüero. Los dos convencen a la causa y cualquiera de los dos ocuparía con garantías la posición de Benzema. El Liverpool FC ha construido el presente de Anfield sobre el uruguayo, mientras que en Manchester aflora la energía del argentino, cuya ausencia es una condena para el equipo. Florentino favorece más al ‘Kun’, a quien no pudo adquirir porque el honor de Miguel Ángel Gil se puso en juego. Con todo apalabrado, algunas fuentes hablan incluso de rubricado con el club blanco, Agüero se vio obligado a modificar el rumbo de su vida con destino al Reino Unido. La Premier lo ha hecho más grande, circunstancia que fuerza a Pérez a provocar la ruptura del mercado para conformar el deseo. El problema es que el Manchester City no necesita dinero. Sólo un acoso al poder reinante lo puede alojar nuevamente en Madrid.

El caso de Suárez pasa por la clasificación o no del Liverpool FC para la próxima Liga de Campeones. Si el conjunto de Rodgers es capaz de ubicarse entre los cuatro primeros, las opciones de venta son nulas. Sin embargo, un quinto puesto lo coloca en una nueva cotización. Es otra opción para quien afila el gusto de un seguro de vida ante la meta adversaria. De cualquier modo, fiche o no Florentino, el dirigente afronta una tesitura comprometida con uno de sus protegidos: renovar o vender. O quizá las dos cosas. La decisión traerá celeridad. La tentación para Karim vive servida. Sus goles, también.

El Real Madrid recorre una semana más de éxito. Ha sacudido al rival eterno, se presenta con fuerza ante la Primera división y prepara con calma el primer asalto a la Liga de Campeones, la ansiada ‘Décima’. En la foto todo queda bien. Hasta de soslayo se plantea con reserva un asunto comprometido: vender o no a Benzema al final del curso. No queda más que entender que el galo se desvincula en el 2015, dentro de casi nada. Por tanto, o remiendas el ojal o la costura se transformará en roto descosido. El caso es que los goles y el rendimiento actual del francés afloran el entusiasmo colectivo. Ya no hay dudas, solo presente. Ya no es el gato que vagaba por el monte porque no sabía cazar. Aquel bautizo de ‘Mou’ se convirtió en un arrastre que hoy ya no se significa.

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