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Cesc, más cerca del Chelsea ante el 'no' de Txiki a vender al Kun Agüero
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Antonio Sanz

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Cesc, más cerca del Chelsea ante el 'no' de Txiki a vender al Kun Agüero

Piqué alzó la voz. La crítica a la dirigencia se entiende desde el mal humor que le supone perder otra vez al mejor colega del vestuario, en este caso a Fábregas

Foto: Cesc, en un entrenamiento con la Seleccion (Efe).
Cesc, en un entrenamiento con la Seleccion (Efe).

Piqué alzó la voz. Algunos piensan que es un comentario lanzado desde el corazón. No les falta razón porque el corazón también expone sentimientos. Vertebrado desde su barcelonismo de cuna, Gerard está más que legitimado para analizar en mayúsculas lo que sucede en ‘Camp Barça’. Pero ciertamente, la crítica a la dirigencia se entiende desde el mal humor que le supone perder nuevamente al mejor colega del vestuario, al confidente. A no encajar la segunda y quizá definitiva separación. Siendo críos el destino los privó de crecer juntos, algo que arregló Pep Guardiola que se volcó para unir nuevamente a la pareja tras sus experiencias británicas. Piqué tiene toda información y ya sabe el destino de Fábregas, tal y como susurró al seleccionador. No alcanza secreto alguno que al catalán le quedan las horas contadas en la casa a la que regresó como el hijo pródigo.

Con 27 años recién cumplidos y tres temporadas después, Cesc Fábregas escribe el camino de vuelta a la Premier. El brillante ‘todocampista’ criado futbolísticamente en la escuela del Arsenal -dónde portó varios cursos el brazalete de capitán- se ha rendido ante la escasa valoración de público y club, tal y como demanda su amigo Piqué. La realidad es que Cesc no ha terminado de cuajar en el Camp Nou ni con Pep, ni con Tito, ni con Martino. No ha cumplimentado una temporada redonda. Muy buenos destellos propios de su calidad, pero demasiada intermitencia en el desarrollo del juego, o al menos esa ha sido la percepción desde el graderío. Por eso, unido a los motivos personales que animan a su pareja a residir nuevamente en el Reino Unido, ha optado por ponerse en el mercado inglés. Y claro, todos los grandes, el llamado ‘top four’ han llamado a su puerta.

Los dos poderosos de Manchester y los dos económicamente más potentes de Londres se sienten con fuerza para captar al jugador. Pero en la quiniela final, dos se han caído y dos han peleado hasta la última curva por reforzarse con un extraordinario futbolista. Es el llamado ‘box to box’, es decir alguien capaz de recuperar en su área para terminar asistiendo o marcando en la adversaria. El FC Barcelona que necesita hacer caja ha puesto precio: 40 millones de libras. Probablemente bajará hasta dejarlo en la misma cantidad pero en euros, perdiendo unos seis millones con el cambio de moneda. La cantidad no es impedimento para ninguno de los cuatro mencionados, pero los azulgrana varían el asunto si en la operación se incluye al ‘Kun’ Agüero. El delantero argentino es el primer objetivo porque se compatibiliza bien dentro y fuera del campo con Messi, evitando así repetir casos como los sufridos con Eto’o, Ibrahimovic o David Villa.

En el ideario del Manchester City no está vender a ninguno de sus jugadores franquicia, y el ‘Kun’ es uno de ellos. Ni Txiki Beguiristain ni Manuel Pellegrini quieren desprenderse de su mejor goleador. En una temporada donde las lesiones musculares han perseguido al joven sudamericano, su promedio final ha registrado casi un gol por partido. El City quiere ahora reivindicarse internacionalmente en la Liga de Campeones sin perder facultades. Con Cesc ganan, pero sin Agüero pierden y mucho. Así que la negociación, pese al interés del futbolista, no se desarrolla. No hay precio de salida y eso rompe los planes del Barça. Sólo la rebelión del ‘Kun’ permitirá un acercamiento que no termina de producirse. Mientras, Fábregas ya está a otra cosa.

El Manchester United es una entidad que llena los ojos de cualquiera. Pero la ciudad ya no tanto. Además, el periodo de transición por el que transcurre el conjunto que dirigirá Van Gaal le ofrece dudas. Y además, vivir en Londres es más atractivo. Entonces se dan dos situaciones. Una, la del corazón: el Arsenal espera, si bien Cesc no percibe de Wenger una gran intención para firmarlo. La situación se enfrió entre los dos protagonistas cuando forzó para fichar por el Barcelona. El entrenador galo lo entendió como una traición a su persona: uno de los suyos, a quien había criado a imagen y semejanza optaba por abandonar el barco ‘gunner’. Hoy el orgullo alsaciano de Wenger lo separa de quien fue su chico favorito.

Y dos, la del Chelsea, que busca patrón de juego. La marcha de Frank Lampard, que ha optado por abandonar la Premier para buscar fortuna en la MLS, deja huérfana una posición con dueño durante muchas temporadas. Mourinho, este año sí con mando en plaza, toma las riendas de las novedades. No lo han nombrado pero trabaja al estilo mánager, la legendaria figura británica que permite al entrenador ser el máximo responsable de los fichajes. En este curso, Abramovich lo deja hacer y deshacer y se ha empeñado en firmar a Fábregas. La tentación está servida y el acuerdo muy cercano. A Cesc sólo le inoportuna formar parte de una escuadra que es rival directo del club en el que creció. Es verdad que el Tottenham es el eterno adversario, pero a día de hoy es el Chelsea con quien hay que pelear para ser el primero de la ciudad. Si Fábregas borra ese complejo, podrá decirse que es nuevo jugador del Chelsea.

Piqué alzó la voz. Algunos piensan que es un comentario lanzado desde el corazón. No les falta razón porque el corazón también expone sentimientos. Vertebrado desde su barcelonismo de cuna, Gerard está más que legitimado para analizar en mayúsculas lo que sucede en ‘Camp Barça’. Pero ciertamente, la crítica a la dirigencia se entiende desde el mal humor que le supone perder nuevamente al mejor colega del vestuario, al confidente. A no encajar la segunda y quizá definitiva separación. Siendo críos el destino los privó de crecer juntos, algo que arregló Pep Guardiola que se volcó para unir nuevamente a la pareja tras sus experiencias británicas. Piqué tiene toda información y ya sabe el destino de Fábregas, tal y como susurró al seleccionador. No alcanza secreto alguno que al catalán le quedan las horas contadas en la casa a la que regresó como el hijo pródigo.

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