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De la traición de Tiago a la revancha de Mou
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Antonio Sanz

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De la traición de Tiago a la revancha de Mou

En el Atlético se sienten traicionados por Tiago, un jugador al que han mimado y cuidado en estos cuatro años y medio que ha acumulado en el Manzanares

Foto: Tiago celebra un gol del Atlético la temporada pasada (Reuters).
Tiago celebra un gol del Atlético la temporada pasada (Reuters).

En un diálogo sin más doctrina que dejarse querer, uno se rindió al otro. O el otro al uno porque el engaño se cebó en la pareja. Con renglón seguido, Tiago estaba próximo, decididamente, a colocar el punto final a su trayectoria en el Atlético. Sin embargo, una mañana sin día del ocaso de invierno, el portugués se acercó al entrenador en el Cerro del Espino en Majadahonda. Fabulando la escena, porque sólo ellos pueden atestiguar -y nunca harán pública la conversación-, los términos resultaron los siguientes: “Míster, que me voy a Qatar. Creo que mi punto de competición se aleja de lo que necesitas y es el momento de buscar aires nuevos”. Simeone, que andaba y anda peleado con Mario Suárez, se golpeó el sentir: “Tiago, eres alguien importante en este colectivo, eres uno de los capitanes y te necesitamos aquí”. Unos días después, el luso prometió al líder de la manada amor eterno a lo rojiblanco, admitiendo el rol secundario que precisara el grupo. Unos meses más tarde, se comprometió con el Chelsea, alteró el vestuario y dejó al ‘Cholo’ con el pantalón en las rodillas.

Simeone renovó muy al alza en la revisión contractual que año tras año debe acometer. Ya explicamos que la propaganda adelantó un acuerdo irreal por cuatro temporadas. El contenido firmado señala que será cada final de curso cuando se analice y se estire o no el papel… y así hasta cuatro. En la segunda estación, en una histórica pelea por conseguir la Liga y la Champions, la hermana y agente del técnico expuso unas descomunales cifras que el dueño de la entidad se tuvo que tragar. No sólo reconoció económicamente el aumento en disputa, el propietario también asumió la participación del entrenador en los fichajes. Y a fe que así ha sido. El argentino ha tenido voz y voto en la adquisición de las novedades. Entre otros, destaca que se ha cargado los acuerdos con Pepe Reina y Romelu Lukaku.

Con esta nueva casaca embutida en mánager a la inglesa, Diego se atrevió a proponer a Tiago, un tipo listo según la opinión generalizada del camerino, la continuidad. Simeone era consciente de lo fundamental que supone el centrocampista en la influencia que mantenía en un transverso de la caseta. Los de su mismo idioma respiraban y respiran por sus poros. Era y es su guía. Logró aderezar el condimento vital de futuro para todos. Incluso, los terminó engatusando e induciendo al mejor destino. Fue tal su liderazgo que Diego Costa, Filipe Luis y Miranda pensaban en comunidad. Pero Tiago sólo era el conserje. Él transmitía las órdenes. No las daba. En la sombra, el ideólogo: José Mourinho. El mismo que preparaba su venganza contra el Atleti. Aquel que amenazó con arrebatar definitivamente a Courtois si el conjunto madrileño lo alineaba frente al Chelsea en la Liga de Campeones. A partir de perder el desafío, ‘Mou’ urdió su particular revancha.

El Atlético era consciente del acuerdo que el agente de Diego Costa había cerrado con el Chelsea. En esas charlas entre entrenador y jugador, el segundo pronóstico al primero que podría ser capaz de convencerlo para retener al ariete en Madrid. Nada más lejos. El acuerdo alcanzado a principio de año era firme y nada podía deshacerlo. Por detrás, Mourinho le había convencido de que su vuelta al Chelsea era posible y que nadie como él para tutelar a Costa en Londres. Tiago, que ya jugó en Stamford Bridge, comenzó a ilusionarse con la posibilidad de volver a la Premier y sacarse la espina de un paso tan fugaz como indiferente por la entidad. Entonces, se diseñó una operación que también incluyó a Filipe Luis y Miranda. El lote completo de amigos.

Mourinho decidió prescindir de Ashley Cole (aquí encaja el lateral zurdo) y de David Luiz, con quien nunca mantuvo una buena relación (aquí encaja el central). Sin embargo, eran FC Barcelona y Manchester United quienes se interesaban por Miranda, quien llegó a anunciar a sus más íntimos que su salida del Atlético era un hecho de cara al siguiente curso. Lamentablemente para ambos, el Chelsea sólo ha tenido prisa por cerrar lo de Costa, pagó la cláusula, mientras afronta la adquisición de Filipe Luis. El Atlético pide los 25millones de euros que figuran en el contrato para rescindirlo, cantidad a la que le cuesta aproximarse a los londinenses. Sin embargo, las partes están condenadas a entenderse. El Chelsea necesita defensa izquierdo y los rojiblancos con el fichaje de Siqueira consideran que cuentan con el puesto cubierto.

El enfado de la parte dirigente con estos jugadores es latente. En el Atlético se sienten traicionados por Tiago, un jugador al que han mimado y cuidado en estos cuatro años y medio que ha acumulado en el Manzanares. Consideran que lo rescataron de la Juventus, donde transitaba en el olvido, para devolverlo a primera línea. Era tal la fe que Simeone mantenía en el centrocampista que contrario a su ideario -forzado también por su mala relación con Mario Suárez- decidió alinearlo en una final. Si en el Bernabéu lo dejó en el banquillo para corretear por la banda de calentamiento, en Lisboa fue titular. Y claro, el axioma se cumplió: el Atlético hincó la rodilla, tal y como sucedió en el Camp Nou ante el Sevilla. Las otras finales disputadas sin Tiago en el césped, el trofeo acabó visitando Neptuno.

PD: Mi recuerdo al Topo y mi cariño eterno a Vero.

PD (y II): A los de las redes sociales: ¡Qué estúpida lucha tenéis por ser el primero!

En un diálogo sin más doctrina que dejarse querer, uno se rindió al otro. O el otro al uno porque el engaño se cebó en la pareja. Con renglón seguido, Tiago estaba próximo, decididamente, a colocar el punto final a su trayectoria en el Atlético. Sin embargo, una mañana sin día del ocaso de invierno, el portugués se acercó al entrenador en el Cerro del Espino en Majadahonda. Fabulando la escena, porque sólo ellos pueden atestiguar -y nunca harán pública la conversación-, los términos resultaron los siguientes: “Míster, que me voy a Qatar. Creo que mi punto de competición se aleja de lo que necesitas y es el momento de buscar aires nuevos”. Simeone, que andaba y anda peleado con Mario Suárez, se golpeó el sentir: “Tiago, eres alguien importante en este colectivo, eres uno de los capitanes y te necesitamos aquí”. Unos días después, el luso prometió al líder de la manada amor eterno a lo rojiblanco, admitiendo el rol secundario que precisara el grupo. Unos meses más tarde, se comprometió con el Chelsea, alteró el vestuario y dejó al ‘Cholo’ con el pantalón en las rodillas.

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