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La venganza de Ancelotti con la indecente posición de Sergio Ramos
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Antonio Sanz

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La venganza de Ancelotti con la indecente posición de Sergio Ramos

Marginados por diferentes razones Illarramendi, Lucas Silva y Khedira, el técnico italiano recurrió a Ramos, una opción que ya había probado hace tiempo y de la que terminó renegando

Foto: Ancelotti eligió a Sergio Ramos para suplir a Modric en la Champions (Efe)
Ancelotti eligió a Sergio Ramos para suplir a Modric en la Champions (Efe)

De alabar la testosterona del entrenador a citar a Michael Jordan para justificar un fracaso. Es lo que va de ganar a perder. Así se ha tomado Sergio Ramos el aluvión de críticas que ha recibido por su enorme sacrificio, por participar en el juego en una posición desconocida, por remar con remo ajeno, por verse claramente superado en una demarcación que no es la suya. Porque ni entonces salió bien en el Camp Nou,ni tampoco destacó ante el pusilánime Atleti de Championsni,por supuesto,cuajó en el que fuera su estadio -absurdo penalti al margen-. La diferencia, el marcador. A favor de obra en estas dos últimas citas, todo se analizó con el ventajismo del triunfo.Lo sucedido en Turíndesnuda al ideólogo y devuelve a la tierra a quien se cree capaz de cambiar la lidia. Mientras tanto, tres sobresalientes observaban en silencio cómo se la pegaba el matador de Camas. Illarra, Silva y Khedira purgan por diferentes razones la venganza de Ancelotti.

En la primavera de 2011,Mourinho se las llevó de todos los colores por situar a Pepe por delante de la defensa. Cada ataque de entrenador suele ser ajusticiado o no en función del resultado, pero en aquellas ocasiones prácticamente nadie aplaudió la decisión. Carlo Ancelotti renegó en su día de la aventura de colocar a Ramos en el centro del campo. En un encuentro con periodistas -en una jornada de puertas abiertas organizada por el Real Madrid en febrero del año pasado- dijo que no tenía a Xabi Alonso y queIllarra aún estaba verde."Sergio estaba contento cuando se lo dije, pero sí, fue un error”, admitió. Sin embargo, pese a la prueba no superada, 16 largos meses después repitió escena. Entonces, el técnico italiano desveló que observó en el jugador ilusión y convencimiento para el cambio. El recuerdo amargo volvió a su cabeza cuando Modric se retiraba lesionado la noche del Málaga. En su decisión mandó más arriesgar -con Ramos- antes que perder con quienes nada confía.

Un entrenador de empresa

Entre risas y con chanza tras eliminar al Atleti, Ancelotti llegó a contar que le había prometido a Ramos que algún día lo pondría de delantero centro. Bromas al margen, la apuesta resultadista había salido bien. Sergio no se amedrenta ante nada y había aceptado el reto que con tanto sigilo habían guardado juntos. La secreta conversación entre ambos saltó a la opinión pública tras ganar en el Bernabéu. Se descubría la táctica de campaña ideada por el general y llevada al frente con éxito por el capitán. Se buscaba sorprender al enemigo con la extraña posición. Tras el gol deChicharito, los protagonistas declararon que una derrota les habría "retratado”. Se anticiparon a los tiempos, ya que antes o después esa arriesgada táctica se prestaba a un gatillazo. Con tanta reserva se lo tomaron que algunos de sus propios compañeros reconocieron públicamente que ni se ensayó ni se comentó la variante. Cualquier filtración era una pista para el temido adversario.

Ancelotti, ya se ha contado, es un entrenador de empresa. Trabaja con lo que le dan, evita mojarse en los fichajes y asume las directrices que la propiedad marca. Las ha vivido de todos los colores, ya sea la compartida por socios de a pie, la de un empresario convertido en político, un magnate de las finanzas o bien un jeque árabe. A todos los entiende y con todos se ha sabido manejar. Ni una mueca de disgusto por una imposición, por un fichaje inesperado o por dar una baja sin su consentimiento. Entiende este negocio como nadie en su sector. Por eso no se descabalga de las grandes sociedades del continente. Sin embargo, para ajustar el centro del campo, demarcación que tan bien conoce por su pasado como futbolista, entendió que lo mejor del mercado lo había dejado en París. Le pidió a Zidane, su interlocutor más directo con la presidencia, el fichaje de Verratti.

La admiración por Verratti

No es un secreto la admiración que Marco Verratti siente por su compatriota. Con 19 años aterrizó en París huérfano de ideas. La vida para un joven provinciano en una gran capital europea no resulta sencilla y cuesta más de lo imaginado. Dentro y fuera del campo, así lo expuso el imberbe centrocampista, Carlo fue un padre para él. Nadie mejor que Ancelotti para proponer a este chico de Pescara comofuturible para el Real Madrid. Pero los planes del club se trazaban en otra dirección. Florentino quería españolizar el equipo. El proyecto, que ya disponía de galáctico elegido (Bale), proponía caras nuevas procedentes de la base de la joven selección sub-21 que se acababa de proclamar campeona de Europa en Israel. Tan fascinado estaba el presidente que hasta golpeó sin éxito la puerta deThiago Alcántara. La cosa acabó con el retorno deCarvajal,el ascenso definitivo deMorata, Nacho y Jeséy las compras de Isco e Illarramendi. Así se armó el joven puzle nacional que buscaba ese verano la dirigencia. Por tanto, Verratti, pese a la recomendación y al perfil de juventud,no encajó. Además, otro joven brasileño,Casemiro, se unía al grupo como meritorio.

Un verano después salió Alonso, pero entró Kroos. Con el alemán y con Modric se entendía que la posición quedaba resguardada, aunque Ancelotti seguía soñando con Verratti. Mientras tanto, el resto de centrocampistas atravesaba por particulares cuitas: Khedira acometía el último año de contrato y su distancia con la entidad crecía con el paso de las hojas del calendario; Illarramendi nunca encandiló al entrenador y ha sido siempre un blanco fácil; y el refuerzo de Lucas Silva en el mercado de invierno no ha pasado de un parche desprendido a las primeras de cambio. Y Verratti, en París. El deseado por el técnico volverá a ser propuesto. Pero como suele suceder en el fútbol, anadie sorprendería que esta vez sí llegase Marco y Carlo termine componiendo las maletas.

De alabar la testosterona del entrenador a citar a Michael Jordan para justificar un fracaso. Es lo que va de ganar a perder. Así se ha tomado Sergio Ramos el aluvión de críticas que ha recibido por su enorme sacrificio, por participar en el juego en una posición desconocida, por remar con remo ajeno, por verse claramente superado en una demarcación que no es la suya. Porque ni entonces salió bien en el Camp Nou,ni tampoco destacó ante el pusilánime Atleti de Championsni,por supuesto,cuajó en el que fuera su estadio -absurdo penalti al margen-. La diferencia, el marcador. A favor de obra en estas dos últimas citas, todo se analizó con el ventajismo del triunfo.Lo sucedido en Turíndesnuda al ideólogo y devuelve a la tierra a quien se cree capaz de cambiar la lidia. Mientras tanto, tres sobresalientes observaban en silencio cómo se la pegaba el matador de Camas. Illarra, Silva y Khedira purgan por diferentes razones la venganza de Ancelotti.

Thiago Alcántara Xabi Alonso