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Arda, un fichaje con derecho a devolución... o destitución de Luis Enrique
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Antonio Sanz

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Arda, un fichaje con derecho a devolución... o destitución de Luis Enrique

Tres de los cuatro candidatos a la presidencia del Barça, especialmente Laporta y Benedito, se sienten decepcionados con el proceder del entrenador en el fichaje del turco, de ahí que podrían pagarlo con él

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Arda Turan ya quiso marcharse el pasado verano antes de arrancar el que ha sido su ¿último? curso en el Atleti. Entonces, aún no se había cruzado en su camino ni Luis Enrique ni el Barça. Para empezar porque el entrenador asturiano aterrizaba en el club azulgrana con la fuerza justa para imponer. Por aquellas fechas, era el nuevo proyecto de Van Gaal en Old Trafford el que tentaba al centrocampista turco; alguien, por cierto, con aires de facilón para dejarse seducir casi por cualquiera. La pelota cayó en el tejado de Simeone, quien se negó a dejarlo partir en esa ocasión, pese a que el otomano soltaba perlas en el vestuario referentes a su inminente llegada a la Premier. Ahora, el técnico argentino, decepcionando por la falta de gol y por su falta de trabajo en el césped, no ha puesto trabas a la dirigencia.

A la operación, desde el prisma rojiblanco, no se le puede poner ni un pero. En agosto de 2011 fructificaba el acuerdo definitivo con el Galatasaray abonando el club madrileño doce millones de euros más uno más en objetivos. El Atleti se obligaba con un fondo de inversión, al que devolvería el préstamo para quedarse con el porcentaje total de la propiedad del jugador. En una operación gestada en las islas Baleares, Bartomeu y Gil Marín cerraron el acuerdo en un afamado restaurante de Formentera, el Barça abonará 41 millones de euros por el centrocampista, más de tres veces lo desembolsado hace cuatro temporadas. Las cifras oficiales señalan que son 34 ‘kilos’ más siete en variables, pero esos objetivos son tan asequibles que las arcas rojiblancos admiten con satisfacción una negociación redonda para el Manzanares.

Aquella negativa a dejarlo salir conllevó un pacto no escrito de dejarlo marchar sí o sí en este curso. Para más obligación, el FC Barcelona llamó a la puerta de Arda. El conjunto azulgrana es una entidad tremendamente admirada en Turquía. La dirección madrileña no se opuso a sentarse con el presidente azulgrana, que quería dejar cerrada la contratación lo antes posible. Y así lo hicieron. Sin embargo, cuestiones financieras próximas al control económico que exige la Liga de Fútbol Profesional imposibilitaban el anuncio cuando lo pretendía Bartomeu. Era el último golpe previsto por el candidato a repetir presidencia. Con las renovaciones de Pedro y Jordi Alba, la inesperada ampliación del entrenador, que rompió los cánones morales de parcialidad antes de unas elecciones, y el fichaje de Aleix Vidal, si ‘Barto’ hubiese podido anunciar a Arda Turan, ni Laporta se hubiese acercado a los comicios. Sin embargo, hasta el nuevo ejercicio 2015-16, el Atleti no iba a incluir esta venta en su balance.

El Atlético de Madrid tiene claro queno puede competir ni con Real Madrid ni con Barcelona, ni con otros monstruos del continente -Bayern, ManU, City o Chelsea- cuya economía es tremendamente superior a la rojiblanca. Incluso, gran parte de su masa social admite esta prebenda. El caso de Arda no es excepción respecto al de otros. El otomano se ha comportado bien con la entidad, ha respetado los códigos establecidos y el Atleti le facilita la salida a uno de esos más grandes. No puede frenar su deseo. Turan, como turco, anhela jugar en el Barça porque para él es lo máximo. Acabar su carrera deportiva vestido de azulgrana es lo que defiende. No ha sido el único. Los jugadores saben que si lo hacen bien en el Atleti tienen aún una estación más para alcanzar otro escalón deportivo. Así lo han visto antes Falcao, Filipe Luis, Demichelis -por unas horas-, el propio Kun Agüero y ahora Vietto, por el que se ha peleado duramente con el Tottenham, o Jackson, quien prefirió antes Madrid que Milán. Esa estación convence a todos: al Atleti le resuelve económicamente y el jugador aspira a formar parte de ese elenco de elegidos.

Laporta podría pagarlo... con Luis Enrique

La comisión gestora del FC Barcelona, probablemente extralimitándose de sus funciones, anunció el fichaje de Arda. El dato significativo de esta compra se añade en la letra pequeña: “el presidente electo podría el próximo 18 de julio volver a vender al Atlético al jugador por 30.6 millones de euros, lo que supondría una perdida azulgrana de 3.4 millones de euros. El plazo para ejercer esta opción se cumple a las doce de la noche del 20 de julio”. Así las cosas, el ganador únicamente tendría 48 horas para devolver al turco, que ha firmado por cinco temporadas y ha recorrido ya las instalaciones del FC Barcelona. Ramón Adell, el presidente de la gestora, se ha echado al monte reforzado por la opinión privada del entrenador. En realidad, las órdenes de Bartomeu eran las de primero deslizar la filtración de un fichaje, soltar después el nombre y como objetivo final ponerlo en órbita blaugrana para reforzar su candidatura, para cabreo de sus adversarios.

Sólo Freixa, de los que van a competir con ‘Barto’ se ha mostrado receptivo al fichaje, quizá porque han sido compañeros de pupitre en la Junta directiva que ha cesado. Quien fuera portavoz del club admite la contratación, al tiempo que critica el gasto y la acción de la gestora. Más beligerantes se han mostrado Laporta y Benedito. El primero lanza la patata caliente a Eric Abidal, su director deportivo, y el segundo ha ido reculando en función de la aceptación culé al mismo. Ha pasado de devolverlo al Atleti y cargar los gastos a la candidatura del último ex presidente a criticar a Adell, a quien ha tachado de desleal. Quizá Benedito ha medido mal y la opción Arda entusiasma al aficionado más que la de Verratti, la promesa electoral del candidato.

El derecho a devolución es algo casi novedoso en este fútbol moderno. En el pasado, únicamente si el examen médico era decepcionante podías retornar al origen. Ahora, la fórmula es más misteriosa y sólo el ganador de los comicios tendrá la oportunidad de atender o no a la petición de Luis Enrique. Aquí está la clave. Tres de los cuatro candidatos, especialmente Laporta y Benedito, se sienten decepcionados con el proceder del entrenador. A nadie extrañe que si gana cualquiera de los dos, se coman a Arda Turan, pero esa digestión le cueste el puesto al asturiano (a instancias de Cruyff, Laporta hace calentar a Ronald Koeman). Las prisas para anunciar a Turan sólo pretenden sumar votos para la candidatura de Bartomeu. Lo más irónico, con gotas de negocio reservado, es que el turco no está validado para jugar hasta el próximo mes de enero. Con todo, el socio tiene la palabra para reprender o no esta adquisición que curiosamente podría convertirse en fantasma.

Arda Turan ya quiso marcharse el pasado verano antes de arrancar el que ha sido su ¿último? curso en el Atleti. Entonces, aún no se había cruzado en su camino ni Luis Enrique ni el Barça. Para empezar porque el entrenador asturiano aterrizaba en el club azulgrana con la fuerza justa para imponer. Por aquellas fechas, era el nuevo proyecto de Van Gaal en Old Trafford el que tentaba al centrocampista turco; alguien, por cierto, con aires de facilón para dejarse seducir casi por cualquiera. La pelota cayó en el tejado de Simeone, quien se negó a dejarlo partir en esa ocasión, pese a que el otomano soltaba perlas en el vestuario referentes a su inminente llegada a la Premier. Ahora, el técnico argentino, decepcionando por la falta de gol y por su falta de trabajo en el césped, no ha puesto trabas a la dirigencia.

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