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Florentino busca desestabilizar al Atlético mareando con Griezmann
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Antonio Sanz

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Florentino busca desestabilizar al Atlético mareando con Griezmann

Sabido es que para el máximo dirigente del Real Madrid los éxitos en bicolor son nocivos para la entidad que preside y ahora atravesamos unas semanas dónde uno ríe y el suyo, pena

Foto: Griezmann, ante el Real Madrid en el Calderón. (EFE)
Griezmann, ante el Real Madrid en el Calderón. (EFE)

Ochenta millones de euros tienen la culpa. No es cantidad desorbitada para una sociedad que maneja unos ingresos de explotación cercanos a los 600 millones de euros en su presupuesto para la campaña 15-16. El penúltimo capricho conocido de Florentino Pérez es marear a Antoine Griezmann, la estrella del Atlético de Madrid, su eterno rival. El mismo al que ganarle provoca un regusto especial en el mandamás. De siempre, el Atleti vivió como el gran adversario hasta que la bipolarización mediática y social arrastró al enfrentamiento con el FC Barcelona, unido al desarme futbolístico de los rojiblancos. Para el dirigente blanco, los éxitos en bicolor son nocivos para la entidad que preside. Y ahora atravesamos unas semanas dónde uno ríe y el suyo, pena. Los sinsabores deportivos y administrativos que se repiten en Concha Espina tienen de los nervios al empresario, que lame las heridas con ruedas de Prensa donde reparte culpabilidades y evita responsabilidades. Consciente de que antes o después llegará el tiempo de cambio en la caseta, por ahora se ilusiona con crispar al enemigo, quien ahora no para de sonreír.

No atraviesan por el mejor momento las relaciones entre los dos clubes más poderosos de la capital. El último episodio lo desveló el diario 'As' cuando en el almuerzo de hermandad previo al derbi Florentino no dio tiempo a sus directivos ni para apurar el café. Un agrio cambio de impresiones sobre la gestión del Fútbol desde la Liga irritó al presidente blanco que tomó las de Villadiego y ordenó abandonar la sala desde la arrogancia del poderoso. Los obedientes cortesanos mascullaban el postre mientras aguardaban las infusiones, que sólo llegaron para los dirigentes rojiblancos. En aquella ocasión, el enganchón vino provocado por la venta centralizada de los derechos de televisión, que a día de hoy el Real Madrid mantiene la impugnación de dicho acuerdo. Pero Florentino tampoco olvida la afrenta de unos años antes cuando el máximo accionista del Atleti impidió el trasvase de Agüero al Santiago Bernabéu. Aquella pujanza de “a cualquiera menos al Madrid” rebota aún en la cabeza del poderoso dirigente madridista.

"Desde pequeño prefiero el Real Madrid", dijo elfrancés

En la primavera de 2011, el Atleti vivía un proceso de cambio tras amortizar los recientes éxitos vividos bajo la batuta de Quique Sánchez Flores. En ese ciclo de títulos, el Real había intentado contratar a Diego Forlán, y más tarde a Sergio Agüero. Y si el uruguayo había aceptado de buen grado la renuncia a la venta, el argentino optó por la rebeldía (eso le aconsejaron) para tratar de vestirse de blanco. La dirección del Manzanares aceptó el pulso y situó a su estrella en un callejón sin salida. Sólo el Manchester City avino a negociar y el futbolista tomó rumbo a Inglaterra ante la indolente mirada de Florentino. No se conmovió, como tampoco cuando trató de comprar al Chelsea a Courtois, en la etapa de éste como rojiblanco; o cuando preguntó para firmar a Falcao , a quien luego no quiso ver ni en de pintura, mientras el colombiano tomó aquel incierto rumbo a Mónaco. Algunos jugadores del Atleti son objeto de deseo del presidente blanco. Y son perseguidos por dos motivos: por el contenido deportivo y por el continente que supone debilitar a quien a pasos de doble zancada recorta distancia.

“Desde pequeño prefiero el Real Madrid, aunque es cierto que el Barça tiene un juego increíble”. Son palabras de Antoine Griezmann cuando militaba en la Real Sociedad. No es el primero, ni será el último, cuya infancia termine distando de su carrera profesional. Vivimos muy lejos de las querencias infantiles. Pero Florentino se agarra al pueril deseo del delantero para fabricar otra operación galáctica. La temporada del francés está resultando extraordinaria. Los goles que consigue sostienen al Atleti en lo más alto de la clasificación y el reconocimiento popular lo ubica un escalón por debajo de Messi o Cristiano. El chico vio recompensado su esfuerzo con un aumento de contrato el pasado verano, gracias al excelso rendimiento. Y si el tiempo se mantuvo, hasta 2020, la obligación de pagar si pretende huir alcanza a los citados 80 millones de euros. Varios clubes de los potentados sondean las opciones de salida: Bayern -por si vuela Lewandowski-, Chelsea -porque se antoja necesaria una renovación en la caseta- o PSG -porque optan a que la bandera del equipo sea un nacido en la tierra-. Sin embargo, y según fuentes cercanas al presidente del Real Madrid, el deseo del jugador es vestir de blanco, tal y como se lo ha confesado a algún compatriota que todavía pertenece y juega en Chamartín.

El Atleti sobrevivióa Torres, Agüero, Forlán, Falcao,Costa...

Es más que posible que Griezmann no termine nunca en el Real Madrid, pero el objetivo de desestabilizar al galo y al club del galo ya está lanzado. El intento se apoya únicamente en una manifestación que recuerda a su niñez. Este criterio se ha convertido en la excusa perfecta para marear a quien puede recuperar cierta reminiscencia. El delantero convive a la sombra de Godín, su verdadero tutor lejos del césped, a quien se pliega cuando toca hablar de los códigos del Fútbol. El uruguayo es quien aconseja y quien procura que la fama no se dispare y se mantenga en los pies sin trasladarse a la cabeza. El Atleti ha sobrevivido a Torres, Agüero, Forlán, Falcao o Diego Costa. Reconocido está su conocimiento para encontrar repuestos. Sobre Griezmann se construye el presente que descansará en el futuro de Vietto o Correa, o el que venga. Falta conocer si el galo se muestra convincente para despreciar el halago blanco. Por ahí, parece que habita la tranquilidad en el Vicente Calderón. Sin embargo, no deben estar tan tranquilos con las tentaciones que provienen desde el extranjero. Por ahí, se afila el futuro del chico.

Ochenta millones de euros tienen la culpa. No es cantidad desorbitada para una sociedad que maneja unos ingresos de explotación cercanos a los 600 millones de euros en su presupuesto para la campaña 15-16. El penúltimo capricho conocido de Florentino Pérez es marear a Antoine Griezmann, la estrella del Atlético de Madrid, su eterno rival. El mismo al que ganarle provoca un regusto especial en el mandamás. De siempre, el Atleti vivió como el gran adversario hasta que la bipolarización mediática y social arrastró al enfrentamiento con el FC Barcelona, unido al desarme futbolístico de los rojiblancos. Para el dirigente blanco, los éxitos en bicolor son nocivos para la entidad que preside. Y ahora atravesamos unas semanas dónde uno ríe y el suyo, pena. Los sinsabores deportivos y administrativos que se repiten en Concha Espina tienen de los nervios al empresario, que lame las heridas con ruedas de Prensa donde reparte culpabilidades y evita responsabilidades. Consciente de que antes o después llegará el tiempo de cambio en la caseta, por ahora se ilusiona con crispar al enemigo, quien ahora no para de sonreír.

Florentino Pérez Antoine Griezmann