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El escaparate de Florentino: Hazard, Pogba, De Gea, Morata...
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Antonio Sanz

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El escaparate de Florentino: Hazard, Pogba, De Gea, Morata...

No hay tiempo que seduzca más al presidente del Real Madrid que la época de fichajes. Durante la Eurocopa de Francia, estará especialmente atento a cuatro jugadores

Foto: Pogba y Morata están en el punto de mira del Real Madrid. (Michaela Rehle/Reuters)
Pogba y Morata están en el punto de mira del Real Madrid. (Michaela Rehle/Reuters)

Ha ganado la Liga de Campeones, la tercera de su mandato, sin necesidad de atender a la figura del director deportivo, o sea: el encargado de sugerir nombres para reforzar la plantilla. Porque no nos engañemos, Florentino Pérez no es el único dirigente en el planeta fútbol que firma lo que le viene en gana. Más bien es moneda común entre los propietarios, para eso se juegan su patrimonio. La propiedad decide, el asistente técnico propone. Pocas son las excepciones. Y si alguien discute el modelo, ya se encarga la dirigencia de presentar la secuencia de los títulos. El actual presidente es quien ha contado con la última palabra, excepto en el último curso de su primera etapa, en que se dejó ir. Cuando pensó en marcharse, ya se había ido. Pero su línea de adquisiciones no engaña a nadie: busca traer a los mejores, se detiene en contratar a aquellos futbolistas que son la envidia del resto. A Florentino le sirve el modelo, y al Real Madrid, segunda Copa de Europa en tres temporadas, también.

[Mou no permitirá a Florentino cumplir su "compromiso moral" con De Gea]

No hay tiempo que seduzca más al presidente que la época de fichajes. El reto de seguir convirtiendo al club en el más poderoso del mundo le apasiona. Esa carrera contra los principales oponentes para adquirir lo mejor invita a vigilar con prestancia las competiciones previas al verano que tanto entretienen al pueblo. No es la primera vez que Florentino tira de chequera con un jugador que ha destacado en un campeonato internacional. En la mente de todos, James Rodríguez. Pero el colombiano no ha sido el único que ha terminado de blanco tras completar un brillante torneo y asombrar al mundo. Al dirigente le funciona la fórmula. Por tanto, se prepara para seguir la Eurocopa de Francia con el ánimo de pescar al mejor, a quien más destaque y pueda ser tentado para vestirse como futbolista del Real Madrid.

En su primera etapa como presidente, Florentino Pérez demostró que basta con fichar uno si este es determinante. Arrancó con Figo, en un fichaje estratégico para golpear en la línea de flotación del máximo oponente nacional. Continuó con dos estrellas del firmamento que no ofrecían discusión: Zidane y Ronaldo Nazario. El poder del 'marketing' lo condujo hasta Beckham; el 'glamour' por el Balón de Oro, a Michael Owen, y buscando al defensa con mayor proyección, encontró a Sergio Ramos. A la vuelta, heredó a Cristiano Ronaldo, se encaprichó con Benzema y rescató esa vieja obsesión de firmar a jugadores cuya mejor posesión es el trofeo de número uno: así llegó Kaká. Xabi Alonso también aterrizó en ese desbordante primer curso del retorno. Tras esta inicial sacudida para recuperar el tiempo perdido, el mandamás se guio por su instinto durante los principales campeonatos disputados durante estas fechas. De este modo, con la excepción de Di María, que no completó un buen trabajo en Sudáfrica, pero al que avaló la petición del entonces entrenador cuyo agente intermedió en la operación, destacaron con Alemania en el Mundial de 2010 Özil y Khedira. Se dieron las condiciones para que ambos, en su último año de contrato, terminaran fichando por el Real Madrid.

Tras este primer experimento, el rendimiento durante la Eurocopa de Polonia-Ucrania provocó la adquisición de Modric, quien destacó con Croacia en su enfrentamiento con España en aquel duelo que decantó el gol de Jesús Navas. Al siguiente verano, rescató del equipo campeón de Europa sub-21 a Isco e Illarramendi, además de repescar a Carvajal tras su tiempo en la Bundesliga. Si bien desde Inglaterra aterrizó lo más destacado, el galés Bale, hurtando de la Premier a la referencia más significativa del torneo. Gareth, icono de la competición, cambiaba de aires con la etiqueta de otro británico de oro. De Brasil optó por el colombiano James, la revelación incuestionable; por Keylor Navas, héroe con Costa Rica, y por Toni Kroos, en una secuencia paralela a lo ocurrido con Özil o Khedira cuatro años antes. Con el periscopio puesto, durante este tiempo Florentino realizará un seguimiento especial a tres jugadores, incluso no perderá de vista a un cuarto. Eso sí, siempre queda abierta la puerta para la grata sorpresa.

Los nombres subrayados en rojo por el presidente son los de David de Gea, Paul Pogba y Eden Hazard, e incluso estará atento al crecimiento de Álvaro Morata, llamado a convertirse en el goleador de la Selección española. El campeonato del jugador de la Juventus es clave para hacerse un hueco en la plantilla del Real Madrid. Todo apunta a que los blancos únicamente buscan hacer negocio con su recompra, pero todo cambiará si en Francia se ubica entre los mejores goleadores del continente. Ese rendimiento será fundamental para el futuro del chico. Algo similar sucede con el portero, con quien existe una deuda moral por lo acontecido durante el pasado ejercicio. La frustración del fichaje mantiene la conexión, si bien en Concha Espina son conscientes de la extrema dificultad tras la llegada de Mourinho al banquillo. El comportamiento de Keylor Navas, más que satisfactorio, no obliga a perder la cabeza por De Gea, pero si arranca la titularidad a Casillas y demuestra con España lo mismo que con el Manchester United, retornarán las intenciones en el ático blanco.

Los casos de Pogba y Hazard se reservan para Zidane. El entrenador francés, felizmente afincado en el cargo tras el título europeo, es consciente de su influencia personal en ambos futbolistas, con quienes mantenía comunicación antes de ser entrenador del Real Madrid. No por sentarse en un banquillo se deben cambiar las costumbres. Por tanto, continúan esos contactos aunque con menor frecuencia. Los dos son muy del agrado del técnico, pero las operaciones no son sencillas. Lo que es seguro es que Florentino se empeñará en cualquiera de los dos si se convierten en los mejores de Francia o Bélgica. La lupa está puesta. Del presente de los futbolistas dependerá el futuro. El presidente se frota las manos. Es el momento que con impaciencia aguarda todo el año.

Ha ganado la Liga de Campeones, la tercera de su mandato, sin necesidad de atender a la figura del director deportivo, o sea: el encargado de sugerir nombres para reforzar la plantilla. Porque no nos engañemos, Florentino Pérez no es el único dirigente en el planeta fútbol que firma lo que le viene en gana. Más bien es moneda común entre los propietarios, para eso se juegan su patrimonio. La propiedad decide, el asistente técnico propone. Pocas son las excepciones. Y si alguien discute el modelo, ya se encarga la dirigencia de presentar la secuencia de los títulos. El actual presidente es quien ha contado con la última palabra, excepto en el último curso de su primera etapa, en que se dejó ir. Cuando pensó en marcharse, ya se había ido. Pero su línea de adquisiciones no engaña a nadie: busca traer a los mejores, se detiene en contratar a aquellos futbolistas que son la envidia del resto. A Florentino le sirve el modelo, y al Real Madrid, segunda Copa de Europa en tres temporadas, también.

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