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"El club de la piraña" se recicla
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Javier Rubio

Dentro del Paddock

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"El club de la piraña" se recicla

“A España no la va a conocer ni la madre que la parió”. La famosa y voluntarista frase de Alfonso Guerra anticipaba los cambios ante la

“A España no la va a conocer ni la madre que la parió”. La famosa y voluntarista frase de Alfonso Guerra anticipaba los cambios ante la llegada del primer gobierno socialista de la democracia. Cambien “España” por “Fórmula 1” para ilustrar la avalancha de innovaciones y medidas estratégicas que pretenden modificar el perfil de la especialidad en los dos próximos años.

En las últimas dos décadas, la Fórmula 1 ha exhibido el mayor de los elitismos. El dinero y los patrocinadores hacían cola en la puerta de los equipos. Los presupuestos se dispararon hasta los 400/500 millones de euros, con plantillas de mil personas para poner dos coches en una parrilla. Algunos gobiernos (el belga por ejemplo) intervenían para no perder un gran premio. Y besando la mano a Bernie Ecclestone. Una desmesurada evolución técnica fruto de una hiperinflación económica desvirtuaba el espectáculo en pista. La palabra “crisis” era de mal gusto.

“Bienvenido al Club de la Piraña”

Así recibían los “team managers”, con un punto de sarcasmo a quienes llegaban a la Fórmula 1 con responsabilidad, dinero, o ambas cosas. O lo que es lo mismo, “a ver cómo te defiendes aquí, pardillo”. Pues bien, las Pirañas han entendido rápidamente que, de continuar mordiéndose entre sí, se van al fondo del río. Durante años cualquier modificación en el reglamento deportivo pasaba por la unanimidad absoluta de todos los equipos. El único acuerdo era el desacuerdo, porque cada cambio en el reglamento deportivo requería unanimidad absoluta. Y está era tan utópica como nuestro presidente del Gobierno entablando relaciones con la lengua de Shakespeare.

Pero los equipos de Fórmula 1 también son estructuras de vanguardia, dirigidas por individuos extremadamente brillantes, competitivos y proactivos. Anticiparon la envergadura del “tsunami” económico con una sagacidad y capacidad de respuesta que ya quisiéramos en algunos gobiernos. Y en verano del pasado año, crearon la FOTA (Formula One Team´s Association). En un parpadeo, quienes se acuchillaban de frente y por la espalda se unieron codo con codo en formación de legión romana. Honda anunció su retirada y Renault amenazó con seguir el mismo camino de no plantearse cambios radicales. Se hizo el milagro. A formar. En seis meses ha cambiado radicalmente el discurso de los equipos, y han lanzado en este plazo numerosas proposiciones fruto, ahora sí, de una unanimidad no conocida en toda la historia de la especialidad. “Nunca he visto en tantos años una determinación semejante entre los equipos”, explicaba recientemente Luca di Montezemolo, máximo responsable de la FOTA, que está vinculado a la Fórmula 1 desde 1973. A la fuerza ahorcan.

"Mature customer"

En las últimas fechas, la FOTA ha presentado un amplio abanico de propuestas técnicas, comerciales y deportivas. Son demasiadas para comentar en estas líneas, pero no quisiera dejar pasar aquellas más directamente relacionadas con los aficionados. Porque muchas se basan en las conclusiones de una amplia encuesta realizada en 17 países. Gran sensibilidad la de la FOTA con la audiencia. Los “fans” ahora se han convertido en “customers”, pero no se dice que la FIA ha realizado encuestas similares en el pasado, y no hicieron ni puñetero caso.

A grandes rasgos, los equipos proponen aportar mayor información a los medios de comunicación, formatos más dinámicos para ofrecer el espectáculo en televisión, mejorar la “experiencia del consumidor” en Internet, y ¡vaya, vaya!, ¡sesiones obligatorias de firma de autógrafos por los pilotos durante el fin de semana de gran premio! Mal tienen que haber visto las 'Pirañas' el asunto para importar una costumbre habitual en muchos campeonatos automovilísticos, especialmente en Estados Unidos, y que siempre se ha rechazado, quizás por excesivamente “democrática”.

Tras gastarse grandes cantidades de dinero en codificar las comunicaciones por radio equipo/piloto en los últimos años, parece que disfrutaremos de ellas en su totalidad ¿Por qué ahora sí y no en el pasado? Hasta hoy hemos recibido migajas, en forma de pequeños cortes censurados y ligeramente en diferido. La radio es uno de los mayores espectáculos que puede disfrutarse en una carrera. Proporciona claves vitales para la estrategia, permite conocer el carácter de los pilotos, sus disputas y discusiones con el equipo e infinidad de matices adicionales. Quién hubiera podido escuchar las fenomenales broncas de Juan Pablo Montoya con el equipo Williams, el irrespetuoso trato de Hamilton a Dennis en Hungría 2007, la dureza de Kúbica con sus ingenieros, las broncas a los pilotos, o los desacuerdos entre estos y equipo durante la carrera. Este apasionante apartado de un gran premio se nos ha escamoteado. Los “fans” del pasado daban igual. Los “ mature customers” del futuro merecen un respeto.

Los equipos también van a ofrecer “mayor provisión de información a los periodistas”. ¿Acabará el secretismo paranoico tan distintivo de la Fórmula 1? Tendrían que leer los tradicionales comunicados oficiales de los equipos tras entrenamientos y carrera. Cacahuetes para los monos. Y ahora resulta que vamos a contar con un “nominated senior team spokesman avalaible for TV during grand prix”. ¡My god! Precisamente el apartado televisivo es el principal canal a través del cual se consume la Fórmula 1. En este terreno también se presentará una nueva batería de propuestas con un gran caudal de datos, gráficos e información vital para el seguimiento de la acción en pista.

Como la marquesa que acude a sus plebeyos para mantener el status, la Fórmula 1 apela ahora a los aficionados para asegurar su futuro. Bienvenida sea la crisis en este aspecto. Porque si cuajan muchas de las propuestas, efectivamente, y en un par de años, a la Fórmula 1 no la va a conocer “ni la madre que la parió”.

“A España no la va a conocer ni la madre que la parió”. La famosa y voluntarista frase de Alfonso Guerra anticipaba los cambios ante la llegada del primer gobierno socialista de la democracia. Cambien “España” por “Fórmula 1” para ilustrar la avalancha de innovaciones y medidas estratégicas que pretenden modificar el perfil de la especialidad en los dos próximos años.

Bernie Ecclestone Fórmula 1