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Una chapuza muy bien pensada
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Javier Rubio

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Una chapuza muy bien pensada

La chapuza y el ridículo ante la opinión pública no ha podido ser más espantoso. Imaginen un grupo parlamentario que saca una ley adelante en el

La chapuza y el ridículo ante la opinión pública no ha podido ser más espantoso. Imaginen un grupo parlamentario que saca una ley adelante en el Parlamento tras rechazar todas las enmiendas de la oposición. Pero otra disposición impide su entrada en vigor. Una situación similar se produjo la pasada semana con el bochornoso episodio del sistema de puntuación para 2009.

Mosley, perfecto seguidor del sostenella i no enmedalla, aparentemente ha reculado. ¿Por un despiste legal? Para nada. El presidente de la FIA se distingue por su extraordinaria inteligencia y sentido táctico. Y en esta historia no ha habido puntada sin hilo, aunque la Fórmula 1 haya sufrido en una imagen que tanto se persigue cuidar, pero que no importa arrastrar cuando de intereses políticos y económicos se trata. Mosley ha movido pieza con siete movimientos de ventaja a sus rivales. Porque el polémico sistema de puntuación es, simplemente, una jugada de peón en una partida de largo alcance. La política no es tan divertida como la pelea en la pista entre Alonso y compañía, pero forma parte del juego. Y es en este juego donde se está conformando la Fórmula 1 del futuro con sus múltiples intereses económicos.

Tras el primer sartenazo, el remate

Recapitulemos brevemente. Los equipos proponen un sistema (mayor diferencia de puntos en caso de ganar) para su aprobación por la FIA. Esta, sin embargo, no solo lo rechazó, sino que aprobó el defendido por Bernie Ecclestone (victorias en vez de puntos). Y tras el primer sartenazo a los equipos, la FIA asestó un tremendo golpe de cacerola en la cabeza de Montezemolo y compañía: el anuncio de un futuro campeonato con limitaciones de presupuesto. Los que quieran correr gastando 50 millones como tope, tendrán libertad técnica. Quienes no se sometan a ese límite, llevarán una bola de hierro atada en las piernas. Todo un torpedo en la línea de flotación a la FOTA, asociación creada por los equipos el pasado año para la defensa de sus intereses. “¿Queréis mayor influencia y poder en la Fórmula 1?”, debió pensar Mosley. “Aquí la teneis, majetes”.

En la Formula 1 se está desarrollando una dura pugna entre sus tres poderes fácticos: la Federación, la FOM (Formula One Management, que gestiona la inmensa “pasta” por derechos audiovisuales que genera la Fórmula 1) y la FOTA (la asociación del los equipos). Y con el proyecto de campeonato con limitación de presupuesto la FIA pone en manos de Ecclestone una auténtica bomba atómica. ¿Y para qué necesita este un “pepino” semejante?

Ecclestone representa al fondo de inversión CVC, (formado por JP Morgan, los liquidadores de Lehman Brothers y su sociedad familiar) que posee los derechos de explotación de la Fórmula 1, adquiridos a su vez a la FIA por cien años. De estos ingresos, los equipos reciben el 50%. Pero estos quieren hasta el 75%, y demostrar que sin ellos no hay Fórmula 1. Su nueva posición de unidad representa una amenaza para Ecclestone, que pretende neutralizar con la ayuda inestimable de Mosley, al que tampoco le gusta la nueva “camaradería” entre Ferrari, McLaren, Renault y demás.

“Divide y vencerás”

El misil atómico que ya avanza, amenaza de lleno la posición de fuerza de los equipos. Con la propuesta, los más modestos cuentan con una opción muy atractiva para competir por la victoria a coste contenido. Nuevos equipos podrían incorporarse a la parrilla. Mosley no solo persigue una Fórmula 1 más económica y realista para los tiempos que se avecinan. Por encima de todo, aplica magistralmente el “divide y vencerás”. Y ofrece a Ecclestone un magnífico argumento a la hora de negociar el reparto de ese goloso pastel que suponen los multimillonarios ingresos generados por la Fórmula 1: si los equipos van a reducir sustancialmente el presupuesto necesario para competir, porque ese el camino que ha decidido la FIA, ¿Para qué van a necesitar más dinero? Si vas a gastar menos, no pidas más, porque no lo vas a necesitar. Y Ecclestone, no lo olviden, representa un fondo de inversión, no una ONG.

En un curioso intercambio de funciones con el presidente de la FIA, el propio Ecclestone ha declarado este pasado fin de semana que el nuevo sistema de puntos entrará en vigor de manera incontestable el próximo año. Y respecto al campeonato con límite presupuestario, fue igualmente explícito: “no es un asunto en duda. Será así”. Mosley y Ecclestone, una vez más en la Fórmula 1, colaborando juntos para hacer una impecable pinza a los equipos. El capítulo de los puntos ha sido una burda chapuza de cara a la opinión pública, pero un tema menor para Mosley, quien sabía de antemano que el sistema no podría entrar en vigor hasta el 2010. Para quien ha vivido determiandos episodios personales, el sentido del ridículo quizás dejó de existir hace tiempo.

Por tanto, conviene leer en el contexto de esta pugna muchas de las noticias y posturas encontradas que se producirán en los próximos meses entre la FIA, la FOTA y la FOM. Ya saben, como dijo el propio Ecclestone, el mundo se mueve por poder, dinero y sexo. El sexo, de momento, brilla por su ausencia. Por ahora.

La chapuza y el ridículo ante la opinión pública no ha podido ser más espantoso. Imaginen un grupo parlamentario que saca una ley adelante en el Parlamento tras rechazar todas las enmiendas de la oposición. Pero otra disposición impide su entrada en vigor. Una situación similar se produjo la pasada semana con el bochornoso episodio del sistema de puntuación para 2009.

Fórmula 1 Bernie Ecclestone