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'Flamboyant' Flavio
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Javier Rubio

Dentro del Paddock

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'Flamboyant' Flavio

‘Flamboyant’, es el adjetivo más frecuente que utilizan para definir a Flavio Briatore sus colegas de la Fórmula 1. En castellano, la traducción más ajustada correspondería

‘Flamboyant’, es el adjetivo más frecuente que utilizan para definir a Flavio Briatore sus colegas de la Fórmula 1. En castellano, la traducción más ajustada correspondería a “extravagante”. Según nuestro Diccionario de la Real Academia, correspondería a un comportamiento que “se hace o se dice fuera del orden o común modo de obrar”, también, algo o alguien “raro, extraño, desacostumbrado, excesivamente peculiar u original”. Este año, quizás como ningún otro, el ‘boss’ de Alonso se está ajustando a ambas acepciones polémica, y  en ocasiones, divertidamente. Lejos queda cuando lucía ‘look’ de ‘latin BoBo’ (‘bourgueois’ y ‘bohemian’) y su ‘portfolio’ de conquistas femeninas, cerrado por la bella Elisabetta Gregoriaci. Pero no ha perdido un ápice de su locuacidad y gracia natural, fruto de su innata simpatía y sus horas de vuelo. Esta temporada, el italiano está haciendo buen uso de todas estas virtudes. Aunque, a veces, también  haya derrapado más que Alonso en la pista de Sanghai.

 

Sangrando por la herida

La realidad es que Briatore está sometido a extrema presión. ING se marcha a final de año,  Alonso puede que también. El italiano necesita resultados y un coche ganador para asegurar el futuro del equipo en primera línea. Porque en segunda y tercera quizás a Renault no le interese. Y menos al piloto español. Briatore nunca fue un “tuercas”, y siempre ha criticado el excesivo gasto en tecnología como algo irrelevante para el público, además de un peligro potencial  ante una crisis económica. El tiempo le ha dado la razón, por lo que la dinámica de la presente temporada le hace sangrar por la herida. Este año escuece descubrir que la bolita estaba en el otro cubilete y Briatore, como otros, no fueron capaces de verla. Un error que costará un riñón en una temporada ya de por sí complicada técnica y económicamente.

Volcánico, expansivo, temperamental… A principio de temporada se mostró tan eufórico sobre las posibilidades del R29 que Fernando Alonso hubo de “bajarle el pistón” con cautela.  Luego,  se estrelló contra la realidad y el “gang de los difusores”, como él mismo denominaba a Brawn, Toyota y Williams. Briatore anda desbocado con sus declaraciones esta temporada, pero no es tonto. Al contrario. Tantas manifestaciones públicas, tanta crítica y polémica, aparte de echar balones fuera, son  también para consumo interno, y destinadas a justificar la situación a la cúpula de Renault, atónita ante inversiones en un Kers que se “tira al mar como un ancla”, mientras ahora se requieren fondos adicionales para actualizar el R29. Y “como no tengo dinero en el presupuesto, necesito encontrarlo en alguna parte”, Briatore, lanzado y revoltoso, sugirió  a sus colegas en China el embargo a Brawn de los fondos pendientes de los derechos televisivos.  McLaren se ha negado, y Theissen ha pedido que la ropa sucia se lave en casa. Brawn, cáustico  y flemático ante tanta exhuberancia temperamental, le envió un consejo a través de la prensa: “¡Change the medication!”.

A tope de vueltas

A China, soliviantado por el desenlace de los difusores, Briatore llegó pasado de vueltas, pero fiel a sí mismo. Button “era tan lento como un ‘paracarro’” (poste telefónico junto a la carretera). No se olvidó de su bestia negra, “cualquier sería mejor que Ross para ocupar su lugar (comisario técnico de la FOTA), incluso el primer taxista chino que encuentres por la calle”. También llamó “idiota” y “rompicoglioni” al CEO de Williams, Adam Parr, porque este insinuó que Renault y Ferrari habían utilizado para ganar sus títulos los mismos principios que Williams con los difusores.

Antes de los entrenamientos de China se levantó cenizo: “en tres o cuatro carreras, el título estaba decidido, y no veo qué interés pueden tener los espectadores en ver a Button con 60 puntos, a Nakajima con 50, y a otro más, con 80”. Tras la carrera, por el contrario, veía el futuro con otras gafas más optimistas tras el rendimiento del R29. Pero, sin duda, la victoria de Red Bull (con motores de la marca francesa) añadirá más presión si cabe a su posición ante la cúpula de Renault. Como él mismo dijo tras la carrera, “doblete, pero con los coches equivocados”: un equipo cliente, Red Bull, más competitivo que el oficial a igualdad de motores. Explica eso en casa, Flavio…

Briatore tiene ante sí una de las temporadas más duras de su trayectoria en la Fórmula 1, con desafíos económicos, políticos y deportivos de gran envergadura por delante.  De manera prioritaria, su equipo técnico en Renault ha de convertir al R29 en un aspirante al título. Por Alonso, para convencer a Carlos Goshn y compañía de la continuidad del equipo, y para captar patrocinadores futuros en un difícil entorno económico. Por el momento, un factor crucial es saber si Briatore cuenta o no con el músculo económico para evolucionar el R29 a lo largo de la temporada. Por sus recientes declaraciones, no parece muy claro. Alonso será el primero en saberlo, y actuará en consecuencia.

‘Flamboyant’ Briatore nos está proporcionando una temporada divertida y polémica. Nadie podrá negar que cuenta con un lugar indiscutible en la Fórmula 1 actual. Si no existiera, habría que inventarlo. Flavio, con sus luces y sombras, “sei grande”.

‘Flamboyant’, es el adjetivo más frecuente que utilizan para definir a Flavio Briatore sus colegas de la Fórmula 1. En castellano, la traducción más ajustada correspondería a “extravagante”. Según nuestro Diccionario de la Real Academia, correspondería a un comportamiento que “se hace o se dice fuera del orden o común modo de obrar”, también, algo o alguien “raro, extraño, desacostumbrado, excesivamente peculiar u original”. Este año, quizás como ningún otro, el ‘boss’ de Alonso se está ajustando a ambas acepciones polémica, y  en ocasiones, divertidamente. Lejos queda cuando lucía ‘look’ de ‘latin BoBo’ (‘bourgueois’ y ‘bohemian’) y su ‘portfolio’ de conquistas femeninas, cerrado por la bella Elisabetta Gregoriaci. Pero no ha perdido un ápice de su locuacidad y gracia natural, fruto de su innata simpatía y sus horas de vuelo. Esta temporada, el italiano está haciendo buen uso de todas estas virtudes. Aunque, a veces, también  haya derrapado más que Alonso en la pista de Sanghai.

Fernando Alonso