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Un punto no es nada, Fernando
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Javier Rubio

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Un punto no es nada, Fernando

“Un punto es mejor que nada”, explicaba un agotado Fernando Alonso justo al término de la carrera de ayer. Seamos realistas, un resultado decepcionante, Fernando, porque

“Un punto es mejor que nada”, explicaba un agotado Fernando Alonso justo al término de la carrera de ayer. Seamos realistas, un resultado decepcionante, Fernando, porque un punto para ti, no es nada.  Que un doble campeón del mundo se consuele con tan magro resultado, tras un esfuerzo descomunal que le llevó al desfallecimiento al término de la prueba,  es solo poner la mejor cara posible ante el mal tiempo reinante, y la confirmación del difícil momento que atraviesa el equipo Renault. Tan solo le faltó a Alonso continuar con las palabras que Kimi Raikkonen también pronunció al final de la carrera, y que podrían serle perfectamente aplicables: “Estoy contento de haber logrado algunos puntos, pero no puedo estar contento con nuestro nivel de rendimiento. He estado en esto lo suficiente para no emocionarme con una sexta posición”. Con un octavo, mucho menos. Pero es que Alonso tampoco estaba precisamente emocionado ayer.

 

Con lo que hay, no hay título.

Ante la situación de Alonso y Renault podemos mantener dos posturas: una  positiva pero voluntarista, o una realista pero más cruda. Según la primera, podemos fiarlo todo a un futuro mejor, a la espera de novedades  técnicas que alteren la realidad del equipo. Podemos escuchar las palabras de Briatore  tras el Gran Premio de China y algunos arranques optimistas de Alonso. Podemos 'comprar' el mensaje de que todo va a mejorar, pero la realidad  de Bahrein impone la segunda postura: por duro, catastrofista o negativo que resulte, con estos mimbres, Alonso no va hacer el cesto de un nuevo título.

Que el piloto español declare que la carrera de ayer fue “quizás, la mejor que hemos hecho en los dos últimos años” y obtenga semejante resultado, no deja de ser triste, y  reflejo de un estado de forma en Renault tan diferente al planteado durante la pretemporada. Cualquiera que conozca este negocio, valora lo que significa rodar todas las vueltas de una carrera en el margen de un par de décimas, de forma constante. Lo que Alonso hizo ayer. Algo solo al alcance de los superdotados. Pero si se logra con casi cuarenta grados de temperatura ambiental, se puede hablar ya de proeza. Sin beber, porque falló la bomba del sistema que le proporcionaba líquido en carrera. Ayer Alonso volvió a demostrar  que, de no mediar un salto de calidad más que notable en el equipo, su  talento no va a obtener la correspondencia que merece, esto es, luchar por su tercer título.

La culpa, de la salida

Y, desde luego, Alonso no recibió de Briatore al término de la carrera el agradecimiento a su esfuerzo. En su afán de repartir responsabilidades, el italiano señaló sutilmente a su piloto como responsable de tan retrasada posición. “Fernando no tuvo una buena salida, y esto comprometió el resto de la carrera pese a sus esfuerzos”. Por el contrario, a Piquet le cayeron las alabanzas: “Nelson hizo una carrera excelente, remontando desde la decimoquinta posición y pilotando agresiva y consistentemente”. Perdona, Flavio, pero una “carrera excelente” supondría, en todo caso, entrar en el Q3 y, a ser posible, puntuar. Algo que no logró el brasileño. Tampoco Briatore fue el único en poner el énfasis en la arrancada. Pat Symonds también cuestionó a Alonso: “Fernando perdió terreno con una salida pobre y en una carrera tan reñida, fue difícil recuperarse”. Desvanecido por el esfuerzo realizado, el español mereció otro reconocimiento de sus jefes. Bien mirado, quizás Alonso fue demasiado benigno con el equipo y Pat Symmonds tras el error de China.

“Tampoco podemos pedir peras al olmo, ni milagros…”, reconocía resignado ayer  Fernando Alonso. Ya hablamos de ello con ocasión del Gran Premio de Australia. Alonso se refería en la primera carrera a un buen comportamiento del R29,  pero que no encontraba su equivalencia en los cronos. Ayer se explicaba en términos semejantes: “He corrido la prueba en vueltas de calificación, el coche me lo ha permitido hacer, (el coche) no ha ido mal, y no hemos tenido grandes problemas de subviraje ni sobreviraje”. En definitiva, un monoplaza que ha nacido lento.  O en sus mismas palabras, “si hemos hecho octavos, es porque hay siete coches más rápidos que nosotros ahora”.  Raikkonen, desde su rincón, lo expresó de otra forma: “Hoy, hemos sacado el máximo partido del F60”. Un sexto para un Ferrari y un octavo para Alonso vienen a ser, más o menos, lo mismo.

En esta primera parte de la temporada, Alonso ni siquiera está logrando cumplir con la condición inexcusable para luchar por el título cuando no se pueden lograr  victorias: entrar regularmente entre los cinco primeros y no quedar descolgado del grupo de cabeza de la clasificación general. Solo de esta forma, si el R29 evoluciona en la línea del pasado año habría opciones al título en la segunda parte de la temporada. De momento, Button cuenta con 31 puntos. Alonso, con 5. Para  Montmeló, no auguró mejor resultado que el sexto. Salir del Gran Premio de España con treinta puntos de desventaja…Si así fuera, si Renault no avanza por las razones que fueren, si el equipo toma la decisión en concentrarse en la temporada 2011 a mitad de año... ¿Cuál será la posición de Alonso? De momento, la entrega total de Bahrein.

Recuerdo perfectamente que alguien anunció con absoluta certeza, y con un año de anticipación, el fichaje de Kimi Raikkonen por Ferrari. ¿Su nombre?: Gerhard Berger, el mismo que aseguró este pasado fin de semana dónde correrá Fernando Alonso el próximo 2010. Quizás, el pasado Gran Premio de Bahrein  volvió a confirmar esa creciente impresión de que tanto el español como la Scudería se necesitan  cada vez más. Y quizás, como en el pasado, Gerhard Berger acierte de nuevo.

“Un punto es mejor que nada”, explicaba un agotado Fernando Alonso justo al término de la carrera de ayer. Seamos realistas, un resultado decepcionante, Fernando, porque un punto para ti, no es nada.  Que un doble campeón del mundo se consuele con tan magro resultado, tras un esfuerzo descomunal que le llevó al desfallecimiento al término de la prueba,  es solo poner la mejor cara posible ante el mal tiempo reinante, y la confirmación del difícil momento que atraviesa el equipo Renault. Tan solo le faltó a Alonso continuar con las palabras que Kimi Raikkonen también pronunció al final de la carrera, y que podrían serle perfectamente aplicables: “Estoy contento de haber logrado algunos puntos, pero no puedo estar contento con nuestro nivel de rendimiento. He estado en esto lo suficiente para no emocionarme con una sexta posición”. Con un octavo, mucho menos. Pero es que Alonso tampoco estaba precisamente emocionado ayer.

Fernando Alonso