A Toro Rosso le están afeitando los pitones

“Debo decir que ambos pilotos (Jean Eric Vergne y Daniel Ricciardo) tienen un gran talento y, hasta ahora, han ofrecido buen rendimiento”, declaraba hace pocas semanas Franz Tost, máximo responsable de Toro Rosso. Sin embargo, ambos cuentan con solo cuatro y dos puntos respectivamente a mitad de campeonato. “Nosotros no hemos dado un paso atrás, pero nuestros competidores están trabajando mejor”. Sí, tanto que el equipo italiano ya solo tiene tras de sí en la clasificación de Constructores a Caterham, Marussia y HRT. Force India, su inmediato antecesor en la misma, tiene cuarenta puntos más.

Y en medio de semejante crisis deportiva y de resultados, ha abandonado sorprendentemente el equipo su director deportivo desde 2007, Giorgio Ascanelli,  “Lo único que puede decir es que está de vacaciones y hay (un pacto) confidencialidad entre las dos partes, es todo lo que puedo decir al respecto…”, respondió  Tost a la pregunta sobre la ausencia del ingeniero italiano en Hockenheim, rechazando extenderse más al respecto.

La marcha de Ascanelli, ¿bronca, u oportunidad profesional?

Es evidente que Toro Rosso ha entrado en crisis respecto a pasadas ediciones. La salida de Ascanelli podría ser consecuencia u otro síntoma de ello. Por un lado, se especula que el antiguo ingeniero de Senna, Schumacher y Vettel habría fichado por otro equipo, lo que exige en la Fórmula 1 una etapa de “dique seco” por razones de confidencialidad técnica entre equipos. Con la máxima responsabilidad técnica en Toro Rosso, podría ocupar un papel más secundario de ser fichado por uno de los grandes como se rumorea, pero su salida sería también una respuesta a la crisis de la escuadra transalpina.

La revista italiana Autosprint especulaba que la ruptura se hubiera producido a raíz de una fuerte discusión por una elección de gomas en una sesión de entrenamientos. Un tema tan banal supondría, en todo caso, la guinda de unas malas relaciones preexistentes y provocadas por razones más profundas. Ascanelli, famoso por una áspera asertividad, estaría muy descontento con la evolución de la gestión del equipo y con la falta de medios técnicos para el desarrollo de sus monoplazas.

El toro se convierte en un cangrejo 

“Este año ha habido cambios con el tema de los escapes, algunos equipos ya han traído sus sistemas, y nosotros somos de los últimos en traerlos. Por ahora no acabamos de hacerlo funcionar bien, estamos trabajando en ello y cuando lo solucionemos estaremos otra vez ahí”, reconocía Vergne en una reciente entrevista en El Confidencial como explicación a la falta de resultados de sus pilotos. 

El pasado año, el equipo italiano también tardó en hacer funcionar el SRT6 tras el primer tercio de temporada, pero su evolución fue constante hasta final de campeonato y consiguió cuarenta y puntos, para terminar octavo en la general. Sin embargo, culminada la  primera mitad del presente certamen, no hay ya visos de progreso alguno hasta después del verano. Si llegan, porque con la ausencia de Ascanelli la recta final se presenta ardua para el equipo italiano.

¿Error con la decisión de los pilotos?

Toro Rosso también habría acusado la elección de dos pilotos sin experiencia suficiente para contribuir al desarrollo de un monoplaza complicado en la temporada más igualada de los últimos tiempos. Ricciardo, con un puñado de carreras en HRT y un debutante Jean Eric Vergne -totalmente superado por las circunstancias, sobre todo en entrenamientos-, no han demostrado por el momento nada que justifique su sustitución por Buemi y Alguersuari, a pesar de las palabras de Tost.

De hecho, Toro Rosso tomó una decisión insólita en la Fórmula 1 al romper la continuidad técnica que supone la presencia de, al menos, un piloto con experiencia previa en el seno de un equipo. Pero  Marko y compañía impusieron su criterio, y parece que Ascanelli se opuso por el descalabro técnico que supondría. El tiempo le está -o estaba- dando la razón.

Cierto es que Daniel Ricciardo puntuó en la primera carrera, Australia, como destacaba Tost. Pero entró en los puntos en la última vuelta en parte por una carambola de otros rivales, que incluía el abandono de un Maldonado en persecución de Alonso. En Sepang, Vergne logró la octava posición final gracias a una afortunada salida del coche de seguridad ante un gran chaparrón cuando el francés aún no había cambiado neumáticos. Desde entonces, solo el gran sexto puesto de Ricciardo en Bahrein en entrenamientos ha sido un resultado digno de mención, pero no hubo más puntos.

"La temporada no ha terminado todavía..."

Red Bull es famoso por el elevado -y a veces poco lógico y realista- nivel de exigencia a sus jóvenes pilotos, en el afán de que solo triturando bajo presión se puede encontrar al próximo Vettel. Pero no parece que el sistema esté funcionando por el momento con todos los que siguieron la estela del alemán en Toro Rosso. Y si no cabe imputar toda la responsabilidad de los actuales resultados a Ricciardo y Vergne, tampoco parece que la pareja tenga algo más que ofrecer hasta el momento que Buemi y Alguersuari.  

“Lo que espero (de Ricciardo y Vergne) es que un piloto de talento me demuestre al menos una chispa de ello”, reconocía Tost para justificar el rendimiento de sus pupilos del presente. "Daniel lo hizo en Bahrein y Jean Eric en Mónaco llegó a colocarse séptimo". De momento, parece que Franz Tost tiene que conformarse con poco.

“La temporada no ha terminado todavía”, declaraba en Alemania  cuando se le preguntaba por las expectativas para el resto de la temporada. Traeremos nuevas evoluciones para las próximas carreras, me siento optimista y positivo para la segunda parte de la temporada”. Pero la cruda realidad es que, a estas alturas del campeonato, a Toro Rosso le están afeitando los pitones.