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Fernando Alonso y su particular 'Ley de Murphy'
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Javier Rubio

Dentro del Paddock

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Fernando Alonso y su particular 'Ley de Murphy'

"Cualquier cosa que tu mente consciente asuma y crea que es verdadera, tu mente subconsciente la aceptará y llevará a cabo. Cree en la buena fortuna,

Foto: Fernando Alonso y su particular 'Ley de Murphy'
Fernando Alonso y su particular 'Ley de Murphy'

"Cualquier cosa que tu mente consciente asuma y crea que es verdadera, tu mente subconsciente la aceptará y llevará a cabo. Cree en la buena fortuna, en la guía divina, en la acción correcta y en todas las bendiciones de la vida. Eres el regidor de tu alma y el responsable de tu destino". La sentencia corresponde al doctor Joseph Murphy, un famoso sacerdote irlandés estudioso de las corrientes espirituales y la naturaleza humana. Si Fernando Alonso la desconoce, en esta recta final de la temporada también demuestra que la comparte de manera admirable.

"Ganaré título al 100%, seguro", desafiaba Alonso en la India a pesar del chaparrón  en los entrenamientos con Vettel. En Marina Bay se antojaba el diluvio tras el séptimo puesto del Q3. Sin embargo, hoy Fernando Alonso y Ferrari siguen vivos, en parte, gracias a esa indomable actitud de la que hablaba  el doctor Murphy.

Zafarrancho de combate

"A mí el pelotón, que los arrollo". Como ese voluntarista equipo que sale en tromba para intentar dar la vuelta al partido, así Ferrari en Abu Dabi. Una y otra vez, Alonso exteriorizaba estos días ese espíritu irreductible con el que está asfixiando a su propio equipo. "Necesitamos competir a nuestro máximo nivel, hay que encontrar tiempo extra de cada persona del equipo, cada mecánico, ingeniero y piloto", exigía el mismo jueves. Dicho y hecho.

Durante todo el fin de semana, Ferrari parecía un equipo en zafarrancho de combate al grito de "banzai". El equipo italiano llegaba a Marina Bay con varias novedades aerodinámicas –que funcionaron a medias-, y que requerían intensas pruebas. Hasta sus mecánicos acudían el viernes al circuito con el canto del gallo utilizando un comodín para romper los límites de horario reglamentarios, tal era la carga de trabajo. Sin embargo, la realidad se impuso de nuevo. Como Alonso reconocía ayer, "no hay varita mágica para hacer nuestro coche el más rápido". De hecho, conviene ya resignarse a ello.

Más de lo mismo

"1.41.5 en el Q1, 1.41.5 en el Q2, 1.41.5 en el Q3…". Tras los entrenamientos del sábado, a Fernando Alonso sólo le faltó añadir "¿Te has enterado bien, Pat (Fry)?", en una suerte de respuesta al polémico fin de semana anterior. El piloto reivindicaba haber exprimido el limón de su monoplaza aunque… a un segundo de Hamilton, a medio de Webber, y a cuatro décimas de Vettel. No hay bola de cristal para las próximas pistas, pero el contexto de toda una temporada invita a dar por perdida la batalla de los entrenamientos, factor crucial para marcar la pauta en carrera.

Y si en la prueba se esperaba una transformación del monoplaza italiano, ayer "todas nuestras simulaciones nos daban la oportunidad de terminar quinto o sexto, así que no éramos optimistas con la carrera, y como mucho íbamos a sacar ocho o diez puntos", explicaba al final de la prueba. En general, la "media ponderada" de las últimas carreras certifica que no por clavarle más espuelas al 'Cavallino F2012' este va a superar al RB8. En Abu Dabi, más de lo mismo.

Cada uno, sus bazas

En definitiva, si el RB8 ya es irremediablemente superior ("bloody quick" decía ayer Vettel de su cohete azul), Alonso y Ferrari han de jugar con otras bazas: "Ellos tienen el coche más rápido, nosotros el mejor equipo, cada uno lucha con las armas a su disposición". Lo que traducido a otras palabras, significa "estar lo más cerca posible y ponerles más presión para que podamos aprovechar la oportunidad cuando [Red Bull] no haga las cosas a la perfección". Vamos, que dependes de tu rival más que de ti mismo.

El Gran Premio de Abu Dabi fue el mejor ejemplo. Porque, en esta recta final, se trata ya de intentar forzar y capitalizar ese conjunto de factores aleatorios e imprevistos propios de toda competición (fiabilidad, accidentes, situaciones fortuitas…), incluyendo la fortuna en su sentido más literal. Para diferenciarlo del rendimiento de los monoplazas, generalizando, llamémosle “factor suerte” por no depender del propio rendimiento.

En un campeonato de semejante tensión, cualquier decisión o el mínimo incidente adquiere un carácter letal. Ya ocurrió el sábado ante el error/problema mecánico (según versiones) del equipo austríaco bajo la presión de McLaren en entrenamientos. El domingo, si el coche de seguridad benefició a Vettel, tanto el incidente de Red Bull como el abandono de Hamilton ayudaron a la postre a Alonso. En definitiva,  si Vettel y el RB8 son superiores en pista en las próximas citas, el “factor suerte” será crucial a la hora de lograr el título.

"El Alonso más fuerte, y el Ferrari más fuerte"

Pero hay que pisar área para meter el pie si la pelota queda suelta. Ferrari y Alonso están obligados a  ser "perfectos" en cada una de las pruebas de este intenso final, según nos recordaba el español. Y como reconocía ayer, "esta fue, una carrera más, perfecta". Para quien destaca por unas fenomenales palizas físicas en los entrenamientos cotidianos,  su inusual estado físico al terminar confirmaba el enorme esfuerzo que supuso para Alonso la carrera de ayer. Mientras que Vettel se deshace en elogios al equipo, en Ferrari esta temporada suele ocurrir lo contrario. Abu Dabi tampoco fue la excepción.

Si según la Ley de Murphy "todo lo que puede ir mal, va mal", Alonso proclama constantemente lo contrario. "En estas últimas carreras veremos al Ferrari más fuerte, y al Alonso más fuerte del año", volvía a avisar el piloto español este fin de semana. Ahí va el guante. Aunque tras ser testigos de la "limitación de daños" de Vettel ayer, cabe dudar si será suficiente. 

Con tan poderoso Red Bull, si Fernando Alonso lograra su tercer título, será también por creer con obstinación de titanio en esa etérea fortaleza que otorga ser "el regidor de tu alma y el responsable de tu destino".  Ya saben, "cree en la buena fortuna, en la guía divina, en la acción correcta y en todas las bendiciones de la vida". Es su particular y muy singular "Ley de Murphy".

"Cualquier cosa que tu mente consciente asuma y crea que es verdadera, tu mente subconsciente la aceptará y llevará a cabo. Cree en la buena fortuna, en la guía divina, en la acción correcta y en todas las bendiciones de la vida. Eres el regidor de tu alma y el responsable de tu destino". La sentencia corresponde al doctor Joseph Murphy, un famoso sacerdote irlandés estudioso de las corrientes espirituales y la naturaleza humana. Si Fernando Alonso la desconoce, en esta recta final de la temporada también demuestra que la comparte de manera admirable.

Fernando Alonso