Las lecciones que Ayrton Senna dejó para Max Verstappen y Carlos Sainz

Así que, según declaraba al ficharlo Helmut Marko, estamos ante el “nuevo Ayrton Senna” con Max Verstappen… Bien, bien. Y Carlos Sainz debuta en la Fórmula 1 junto a un fenómeno semejante. Ante tan apasionante duelo, sólo nos queda disfrutar ante las perspectivas de confirmar si Marko acierta con el adolescente y también con el desafío que supone para Sainz enfrentarse al holandés en el seno de Toro Rosso.

Las palabras de Marko pueden sonar exageradas. Hay quien las ha considerado, incluso, una falta de respeto. Por supuesto, concedámosle el beneficio de la duda por su vasta experiencia con los mejores talentos que han pasado por sus manos desde el año 2000 a través del Red Bull Junior Team. El cedazo de su red debe ser terriblemente fino, de modo que si un pez como Verstappen pasa por ella con semejante juicio...

Pero acudamos a quien estuvo con Senna en su primer año de Fórmula 1 para conocer la altura del listón que dejó ya en su primera temporada. Pat Symonds trabajó con el brasileño en Toleman. El actual líder técnico de Williams estaba sólo en su cuarto año como ingeniero.

En un fascinante relato a nuestro compañero portugués Luis Vasconcelos, Symonds reveló jugosos detalles de aquel primer año con Senna que anticipaban ya el talento de un fuera de serie. De hecho, hoy es todavía la referencia para los mejores pilotos de Fórmula 1, léase Hamilton y Alonso. Por algo será.

Como Verstappen en los karts y en la Fórmula 3, Senna venía precedido por una extraordinaria fama en las categorías inferiores de Gran Bretaña. “Creo que uno de los mejores cumplidos que puedes hacer a cualquier piloto joven es olvidar que lo es, y me he cruzado ya con algunos de ellos”, explicaba Symonds. “Un mes o así después de trabajar con pilotos de tal calibre olvidas que son ‘rookies’, y con Ayrton me pasó así, fue la primera vez”.

“Conozco a muchos pilotos que tienen 24 años y, simplemente, son demasiado lentos para la Fórmula 1. Luego, hay pilotos muy jóvenes que son muy rápidos y ofrecerán gran rendimiento”, declaraba un convencido Franz Tost (responsable de Toro Rosso) respecto a Verstappen estos días: “Estoy convencido de que Max hará esto si le damos un buen coche”. Veremos…

Pero volvamos a Senna. Otro rasgo de genio comprobado (Schumacher o Alonso, citaba Symonds) era “poder pilotar el coche muy rápido, pero era la primera vez que un piloto usaba el 90% de su capacidad cerebral para conducir el coche y el 10% restante para analizar todo lo demás. Incluso, era más…”.

Symonds explicaba cómo Senna era capaz de recordar “cada detalle de cada vuelta” en una época en la que no existía la telemetría: “Nos apoyábamos en el piloto para darnos datos como las revoluciones que usaba a la salida de la curva y así elegir las mejores relaciones de cambio; él era increíble en ello”. Es el signo inevitable de los tiempos y el desarrollo tecnológico, pero ¿ven por qué el factor humano ha perdido terreno en la Fórmula 1 actual?

Pero aquí viene la guinda, esa perla que nos ofrece Symonds sobre Senna. Todo el mundo recuerda la carrera del brasileño en Mónaco'84, pero el ingeniero británico destacaba la celebrada en Dallas. ¿Por qué?: “El coche era razonablemente competitivo y esperábamos un buen resultado”. Senna hizo un trompo en los primeros compases de carrera y en la remontada tocó el muro de cemento. Tuvo que retirarse. Cuando volvió a boxes le explicó todo a Symonds: “¡Estoy seguro de que el muro se ha movido!”. “He oído cada excusa posible de un piloto, pero nunca algo así”, comentaba irónicamente el ingeniero británico.

Sin embargo, la convicción de Senna era absoluta. Tanto, que insistió en llevar a Symonds al punto exacto de su incidente después de la carrera. El ingeniero británico se quedó anonadado. La pista estaba delimitada por bloques de cemento. Por las marcas dejadas en el suelo, un monoplaza había tocado el borde del bloque y, efectivamente, lo había desplazado ligeramente: “El borde opuesto sobresalía por unos milímetros. Ayrton estaba pilotando con tanta precisión que esos milímetros eran la diferencia entre golpear o no el muro”. Symonds reconocía que se había enfadado inicialmente al conocer el incidente: “Cuando vi lo que había ocurrido y vi cómo había estado pilotando, creció mi respeto por él”.

En último extremo, es en la mente y en la personalidad del piloto donde el talento natural se exprime y sublima. Un rasgo que también es patrón en los grandes y que a veces no es comprendido por el gran público: “He trabajado con muchos grandes pilotos y lo que la gente recuerda de Ayrton, Michael y Fernando, lo que comparten, es su increíble autoestima. Entran en cada prueba diciendo “Soy el mejor aquí, así que si no gano esta carrera no es por culpa mía, tiene que ser algo distinto”. Ayrton fue el primero que vi”.

La convivencia con Senna cambió la perspectiva de Symonds para siempre: “He aprendido en la vida que hay alguna gente especial, por encima de la norma, que llegan donde llegan trabajando muy duro, aplicando una inteligencia extrema, atrayendo a todo el mundo en torno a sí, con una gran atención al detalle. Lo que entendí aquel año es que hay que trabajar muy duro”.

Puede que Helmut Marko en 2014 se hubiera emocionado ante el pez holandés que pescó, pero si acierta con Max Verstappen, ¿comprenden por qué la temporada 2015 puede ser tan crucial para Carlos Sainz? Y tan fascinante para todos nosotros.