Es noticia
Red Bull no quiere soltar a Carlos Sainz: ¿bendición o una faena?
  1. Deportes
  2. Fórmula 1
Javier Rubio

Dentro del Paddock

Por

Red Bull no quiere soltar a Carlos Sainz: ¿bendición o una faena?

El fabricante de bebidas no dejará marchar a Sainz a Renault porque le quiere como punta de lanza en Toro Rosso y posible sustituto de los pilotos de Red Bull en caso de problemas

Foto: Carlos Sainz tiene el futuro asegurado a corto y medio plazo en Fórmula 1.
Carlos Sainz tiene el futuro asegurado a corto y medio plazo en Fórmula 1.

“¡Nadie tiene una bola de cristal!” justificaba Fernando Alonso al recordar recientemente la oferta de Red Bull allá cuando los austríacos quitaban el envoltorio a sus propios monoplazas en su asalto a la Fórmula 1. “En aquel momento era un fabricante de bebidas, no un equipo campeón del mundo”. Hoy, ese mismo fabricante quiere que Carlos Sainz siga en su plantilla y no pueda correr en Renault.

[El día que Alonso no pudo 'celebrar' un triunfo: cuando Malasia te dejaba en shock]

En la F1 un piloto siempre afronta encrucijadas que marcan señalan su destino deportivo. Decisiones envueltas en incertidumbres cuyo resultados solo la perspectiva del tiempo pondera. Ya conocemos las de Alonso. A Sainz le ha tocado la primera. El asturiano no cogió aquel tren que luego sería de Alta Velocidad para Sebastian Vettel ¿Hasta qué punto es una bendición o una faena la decisión de Red Bull para el futuro de Sainz?

["Sainz no tiene nada que envidiar a Verstappen, es un campeón"]

Red Bull quiere la garantía que ofrece Sainz

Franz Tost ha puesto por escrito en 'Motorsport.com' lo que ya se sabía ‘sotto voce’. “Hoy, (Carlos) es un profesional de alto nivel, y no veo razón para que le dejen irse (Red Bull). Toro Rosso necesita a Carlos. Es rápido, con talento, y en 2017 necesitaremos un piloto de nivel”. Todo un piropazo en lo que significa. Pero hay más. La cúpula de Red Bull cree que habrá material técnico como para luchar por el título en 2017. Y quiere a Sainz en la recámara por si Ricciardo o Verstappen se tropezaran con la alfombra y quedaran en el dique seco. Lo que vale por Ferrari u otro equipo ‘birlan’ a uno de los titulares actuales a final de temporada. Un ‘suplente’ de lujo, vamos.

[¿Qué le pasa a Vettel? ¿Es que no es tan bueno como decían?]

Hoy, Ricciardo está confirmado un nivel de campeón del mundo. El potencial de Verstappen es amplísimo. Pero el australiano le está superando. Con su enorme talento y potencial habrá que dar tiempo al holandés. ¿Y si a finales de 2017, con la misma lógica que se ha aplicado a Kvyat en 2015 y principios de 2016, Verstappen no pudiera con el australiano? Pero todo indica que Red Bull mantendrá a sus actuales pilotos durante varios años, como han reconocido desde el equipo.

Como Tost apuntaba, el fabricante de bebidas ha realizado una gran inversión con Sainz. Habría que leer su contrato, pero el español no parece dueño de su destino. Que la negativa suponga una estrategia negociadora para elevar el listón con Renault sería una posibilidad poco probable. De modo que retener a Sainz tiene todo el sentido estratégico desde la perspectiva comprensible de los intereses de Red Bull, porque su continuidad cubre una amplio árbol de supuestos.

Cuando un mal coche te contamina

Con este tapón en su trayectoria deportiva, ¿Cuál es su futuro en el seno de la estructura del fabricante de bebidas? Pues lo dicho, subordinar sus opciones e intereses a los de Red Bull a pesar de la oportunidad surgida con Renault. Sin embargo, seguir en Red Bull tiene sus ventajas. Con un motor Renault en proceso de musculación asociado a un chasis bajo la dirección de James Key, Sainz puede contar con una máquina digna para no perder pedigrí en 2017.

[Horarios del GP de Malasia]

Porque un monoplaza no competitivo suele contaminar el desempeño y la percepción de un piloto, salvo casos excepcionales (como el de Alonso con Ferrari) Viene esto a cuento por Renault. El propio Cyril Abiteboul reconoce hasta qué punto resulta dificil valorar el rendimiento de Magnussen y Palmer para una posible renovación por culpa del ‘hierro’ que ambos tienen este año entre manos.

El fabricante francés ha establecido ambiciosos objetivos para volver a ganar y cuenta con un gran presupuesto para cumplirlos en los próximos cinco años. Para Sainz, cabría el peligro de que una temporada o dos de monoplazas poco competitivos todavía diluyeran por contaminación la imagen que ahora disfruta en la Fórmula 1, reforzada también por la decisión estratégica de Red Bull.

El ejemplo de Alonso en Renault

Pero en el otro fiel de la balanza ¿No estaría perdiendo Sainz en 2017 la oportunidad de liderar desde ya un proyecto tan ambicioso? Para un piloto, Renault es ahora como comprar acciones baratas en la bolsa de la F1. Perder ese tren el año próximo puede dejar espacio y ventaja a otros pilotos de gran nivel para asentarse en su estructura invirtiendo esfuerzo deportivo, técnico y personal que fortifique un territorio más difícil luego de conquistar con una incorporación posterior de Sainz. Si la oportunidad se mantuviera en 2018, que nadie tampoco lo garantiza.

[Depailler, el piloto que sabía que moriría en un Fórmula 1]

Alonso, en este caso, vuelve a ser un ejemplo. Llegó a Renault cuando Flavio Briatore reconstruía el equipo. Piloto probador en 2002, aprovechó aquella temporada para conocer bien la estructura e integrarse en ella. Es cierto que el italiano tenía interés personal en apoyarle, pero la cuestión nuclear es que creció en paralelo a la competitividad de Renault hasta conseguir su primer título cuatro años después de su llegada. Renault fue el equipo de Fernando Alonso. Quizás Sainz podría haber iniciado en 2017 una labor semejante.

[Lea más noticias de Fórmula 1]

En definitiva, Sainz sigue en la estructura ganadora que es Red Bull y con opciones competitivas a muy corto plazo. Con el riesgo de rodar por una vía muerta que le deje sin opciones en 2018. Queda por tanto al socaire de los intereses de Mateschitz, Marko y compañía, que ya sabemos cómo se las gastan allí cuando se trata de cambiar la bombilla del piloto. Por otro lado, la opción de Renault habría dado a Sainz la oportunidad de emanciparse y crecer deportiva y humanamente para liderar el proyecto del fabricante francés.

¿Tendrá suerte Carlos Sainz en esta encrucijada? ¿Surgirán otras oportunidades difíciles de visualizar hoy a finales de 2017? “Nadie tiene la bola de cristal…”. Pero todos tenemos una certeza: quien paga, manda.

“¡Nadie tiene una bola de cristal!” justificaba Fernando Alonso al recordar recientemente la oferta de Red Bull allá cuando los austríacos quitaban el envoltorio a sus propios monoplazas en su asalto a la Fórmula 1. “En aquel momento era un fabricante de bebidas, no un equipo campeón del mundo”. Hoy, ese mismo fabricante quiere que Carlos Sainz siga en su plantilla y no pueda correr en Renault.

Fórmula 1 Fernando Alonso Red Bull Sebastian Vettel
El redactor recomienda