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Un derbi no se juega, un derbi se gana
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Javier Gómez Matallanas

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Un derbi no se juega, un derbi se gana

Andan los madridistas con una confianza enorme de cara al derbi de mañana. Tienen motivos para sentirse seguros de una nueva victoria, que sería la undécima

Andan los madridistas con una confianza enorme de cara al derbi de mañana. Tienen motivos para sentirse seguros de una nueva victoria, que sería la undécima consecutiva en Liga en una racha impresionante que les ha permitido recortar ocho puntos al Barcelona en tres jornadas. Tienen motivos los merengues en verse seguros vencedores porque el Atlético ha sido incapaz de ganarle en los últimos diez años en el Santiago Bernabéu.

 

Los madridistas, jugadores y aficionados, ven al Atlético de Madrid como un rival inferior. Eterno rival, pero menos. El empequeñecimiento que ha sufrido el conjunto colchonero en los últimos cuatro lustros, agudizado por la mala gestión deportiva de los propietarios rojiblancos, ha provocado que los blancos se sientan muy superiores a los colchoneros.

En el plano económico el Real Madrid se distanció de forma abismal del Atlético con la llegada de Florentino Pérez a la presidencia, porque el presidente de ACS consiguió acabar con la deuda histórica del club y convertirle en el equipo más rico del mundo, mientras el Atlético no consigue sanear su economía y siempre anda asfixiado para cumplir con los objetivos económicos y ni el cambio de estadio le supondrá que liquide la enorme deuda que arrastra, como hizo Florentino con la recalificación de al antigua Ciudad Deportiva. En los últimos 20 años se ha reducido la cadencia histórica en la que el Atlético superaba en alguna competición al Real Madrid. Eso es un hecho tangible.

La coyuntura deportiva no ha acompañado al Atlético en los últimos años y se ha visto superado en su estadio y en el Bernabéu casi siempre por el Real Madrid, incapaz de ganarle y arañando como mucho algún empatito. Con todos estos hechos, es normal que la gran mayoría de los madridistas piensen que mañana lo tienen chupado. Pero el fútbol es un deporte tan grandioso que en los genes del escudo de los equipos que han ganado algo (en el caso del Atlético mucho) en su historia permanece ese ADN ganador. Le ha sucedido al Athletic Club de Bilbao esta semana al conseguir meterse de nuevo en la final de su competición preferida. Los vizcaínos jugarán una final de Copa 25 años después y tienen opciones de ganar el título que más veces han ganado en su historia (23), por más que en el último cuarto de siglo no lo hayan logrado. Igual que el Atlético volvió a ganar un partido de los que hacen afición al Barcelona el pasado domingo, uno de esos clásicos de la Liga que siempre habían protagonizado los dos equipos salvo en los últimos años.

El tópico de que un derbi es un partido imprevisible, en el que no hay favoritos y que da igual en que momento lleguen los dos equipos no se ha cumplido en los últimos diez años porque el Real Madrid siempre ha sido favorito y siempre ha superado o, como mínimo, ha empatado ante el Atlético. Pero en el fútbol la historia siempre vuelve y quizás el día sea mañana. Muchos madridistas y muchos aficionados al fútbol, incluso algún atlético, aunque la mayoría nunca pierde la fe, califican de imposible que el Atlético pueda ganar en el Bernabéu el partido de mañana. Pero en el fútbol no hay imposibles, por eso es el deporte más apasionante del mundo. Y los derbis no se juegan, los derbis se ganan.

Andan los madridistas con una confianza enorme de cara al derbi de mañana. Tienen motivos para sentirse seguros de una nueva victoria, que sería la undécima consecutiva en Liga en una racha impresionante que les ha permitido recortar ocho puntos al Barcelona en tres jornadas. Tienen motivos los merengues en verse seguros vencedores porque el Atlético ha sido incapaz de ganarle en los últimos diez años en el Santiago Bernabéu.