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Valencia, obligado a limpiar la manoseada imagen de Villa
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Javier Gómez Matallanas

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Valencia, obligado a limpiar la manoseada imagen de Villa

“Fue el club el que propuso al jugador que sería conveniente una salida”. Manuel Llorente, presidente del Valencia, acentuó la campaña de limpieza de imagen de

“Fue el club el que propuso al jugador que sería conveniente una salida”. Manuel Llorente, presidente del Valencia, acentuó la campaña de limpieza de imagen de David Villa que había iniciado la pasada semana Unai Emery cuando declaró que nunca había escuchado al Guaje decir que se quería ir del Valencia. Es lógico que el club quiera salvarle la cara al asturiano para que los exigentes aficionados valencianista no carguen contra el delantero internacional.

 

La afición del Valencia ha silbado la presentación de su equipo cuando iniciaba una temporada tras ganar la Liga. La afición del Valencia tiene un nivel de exigencia superior a cualquier otra afición de España. Mete presión a sus dirigentes para que no se desvíen del objetivo de convertir a su equipo en el tercer equipo de la Liga. Pero no se caracteriza por atacar a sus estrellas y seguro que perdonará a Villa.

David Villa ha sido víctima de la inestabilidad societaria que vive el Valencia, con continuos cambios en su Consejo de Administraciones y cambios de criterio en la toma de decisiones. Porque el Real Madrid fue a fichar a Villa porque había acordado un precio un jueves con un dirigente y cuando fue a hacer efectivo ese acuerdo se encontró que había un nuevo presidente que se negó a respetar la negociación cerrada días antes.

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Y Villa pensaba marcharse porque el Valencia le había puesto en el mercado. Porque igual que la inestabilidad institucional le ha perjudicado esta temporada, también le benefició la pasada campaña cuando mejoró su contrato pasando a cobrar una ficha de primer nivel mundial, un peldaño inferior a su valía y rendimiento, pero una cantidad que pocos jugadores españoles cobran. Exactamente sólo tres compañeros suyos de la selección española ganan más que David Villa.

Por eso el se sentía valorado y siempre manifestó que no quería marcharse. Hasta que le pusieron en el mercado y, aunque no dijo nada salvo las enigmáticas declaraciones al micrófono de Sara Carbonero en la Copa Confederaciones, en las que afirmaba que ya había tomado una decisión y que su representante sabía cual era, no dijo en ningún momento que se quería ir. Aquella decisión que anunció Villa fue interpretada como que se iba al Real Madrid, por los madridistas, o que se iba al Barça, por los culés. Pero finalmente, Manolo Llorente no iba de farol y Villa, salvo sorpresa, se quedará en el Valencia.

Sólo queda la duda de si el Valencia será viable económicamente sin vender a sus estrellas. Hace dos meses se anunció desde dentro del club que sólo podría evitar la quiebra definitiva si vendía a sus mejores jugadores. Sólo ha traspasado a Albiol y ha rechazado ofertas por Silva, Mata y Villa. ¿Aguantará sin vender hasta al 31 de agosto? Se antoja complicado, pero esa es la intención de Llorente, si Vicente Soriano y la sociedad uruguaya, u otra sorpresa de las que suelen suceder en el equipo de Mestalla en los últimos años, no se lo impiden. De momento, ahora toca lavar la imagen a David Villa. Lógico porque ha sido el propio Valencia, mejor dicho, sus vaivenes institucionales y su inestabilidad, los que han hecho que el delantero perdiera credibilidad antes la exigente afición valencianista, posiblemente la afición más exigente de la Liga BBVA.

“Fue el club el que propuso al jugador que sería conveniente una salida”. Manuel Llorente, presidente del Valencia, acentuó la campaña de limpieza de imagen de David Villa que había iniciado la pasada semana Unai Emery cuando declaró que nunca había escuchado al Guaje decir que se quería ir del Valencia. Es lógico que el club quiera salvarle la cara al asturiano para que los exigentes aficionados valencianista no carguen contra el delantero internacional.

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