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La edificante utopía del Levante
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Javier Gómez Matallanas

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La edificante utopía del Levante

El cuento de hadas que protagoniza el Levante no se terminó con su derrota ayer ante Osasuna. La fábula emocionante y ejemplarizante que protagoniza el equipo

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La edificante utopía del Levante

El cuento de hadas que protagoniza el Levante no se terminó con su derrota ayer ante Osasuna. La fábula emocionante y ejemplarizante que protagoniza el equipo de Ballesteros, ese patito feo que se ha convertido en cisne repentina e inesperadamente, continúa. El hecho de que el equipo más modesto de la categoría, junto al Rayo Vallecano de Sandoval, haya liderado la Liga de las Estrellas un par de semanas y, lo más importante, haya conseguido la mitad del objetivo de la salvación en el primer cuarto del campeonato, es una lección de superación, constancia y lucha en una época en la que ni peleando se pueden conseguir los objetivos.

La gestión de Quico Catalán es modélica. No ya por este milagroso inicio de temporada, principalmente por lograr el ascenso y luego la permanencia con una economía de guerra. El presidente del Levante, además, ha conseguido quitar la sombra de la duda a un equipo constantemente señalado por las supuestas primas a terceros como práctica habitual en la etapa del anterior propietario. Este utópico arranque liguero, unido al saber estar, sentido común y clase de Quico Catalán han creado un nuevo Levante, que ha enamorado a toda la afición española que necesitaba volver a creer en que el fútbol es un juego en el que a veces los humildes tienen su minuto de gloria.

Sin analizar tácticamente a la plantilla ni el buen trabajo de Juan Ignacio Martínez (para todos ya es JIM), edificado sobre la base dejada por Luis García Plaza (sacará adelante el Getafe, seguro), el Levante ha hecho valer aquella máxima que Valdano tomó de Alfredo Relaño de que "el fútbol es un estado de ánimo", como la vida en general.

Ayer perdió en Pamplona, pero este Levante será recordado por algo más que el equipo revelación que siempre aparece y desaparece, como el río Guadiana, en todos los campeonatos. Este Levante de Quico Catalán, JIM, Ballesteros, Valdo, Nano, Juanfran, Juanlu, Koné y tanto héroe anónimo es un ejemplo para la sociedad por el trabajo bien hecho que, casi siempre, garantiza el éxito y, siempre te deja la satisfacción del deber cumplido.

El cuento de hadas que protagoniza el Levante no se terminó con su derrota ayer ante Osasuna. La fábula emocionante y ejemplarizante que protagoniza el equipo de Ballesteros, ese patito feo que se ha convertido en cisne repentina e inesperadamente, continúa. El hecho de que el equipo más modesto de la categoría, junto al Rayo Vallecano de Sandoval, haya liderado la Liga de las Estrellas un par de semanas y, lo más importante, haya conseguido la mitad del objetivo de la salvación en el primer cuarto del campeonato, es una lección de superación, constancia y lucha en una época en la que ni peleando se pueden conseguir los objetivos.

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