El Atlético entre la utopía, la Champions y la venta

A falta de siete jornadas, el Atlético de Madrid le disputa la segunda plaza al Real Madrid. Algo que hace un año parecía una utopía se está produciendo. No parece de recibo que un equipo con un presupuesto cinco veces inferior al del Madrid le compita el sitio al, junto con el Barça, mejor equipo del mundo El Madrid se ha dejado llevar desde enero en Liga viendo al Barça campeón, renunciando de alguna manera, el conjunto merengue, a su idiosincrasia de pelear hasta que haya opciones matemáticas y tiempo de partido. Lo normal es que el Madrid quede por delante. Lo contrario sería una gran sorpresa y un éxito del conjunto colchonero.

El Atlético, después de años sin dar con la tecla y fichando decenas de futbolistas que no estaban a la altura del potencial, el historial y la masa social rojiblanca, ha enderezado el rumbo y por fin ha encontrado a un entrenador que lidere su proyecto. El fichaje de Diego Pablo Simeone ha supuesto el mayor acierto del Atlético en el siglo XXI. Con el objetivo único y obligatorio de clasificarse para la Champions virtualmente conseguido, los dirigentes del Atlético planifican junto a Simeone la próxima temporada, obligados a combinar los criterios económicos con la exigencia deportiva de mejorar la plantilla para competir con garantías de estar a la altura en la Liga Campeones.

El objetivo de Miguel Angel Gil Marín, máximo accionista y consejero delegado del Atlético, es reducir la deuda del club en el próximo año. Los parámetros puestos por la Liga de Fútbol Profesional, de acuerdo a las directrices de la UEFA, para luchar contra el doping financiero han sido tomados muy en serio por el Atlético, que después de años de una gestión mala, como consecuencia de la cual debe tantos millones a Hacienda, ha modificado su forma de gestionar. Estaba obligado a hacerlo para evitar correr riesgos de entrar en concurso de acreedores y lo ha hecho.

Ese esfuerzo económico se ha visto acompañado por una buena temporada del primer equipo. Ser segundo no es sólo una cuestión de orgullo deportivo, también puede supones unos 5 millones más de ingresos de la Champions. Y ganar la Copa del Rey sería la guinda de una gran temporada.

El futuro del Atlético depende de decisiones ajenas a la entidad del Manzanares. La construcción del nuevo estadio está vinculada a que el próximo mes de septiembre le concedan a Madrid la celebración de los Juegos Olímpicos de 2020. La construcción de la Ciudad Deportiva va pareja a la de Eurovegas. La idea de los dueños es ver como se construyen estos dos proyectos. Y en su intención siempre está vender el club si llega algún comprador. En las últimas semanas se han extendido los rumores de que el club ya ha sido vendido, algo que niegan los máximos accionistas. Se puede tratar de financiación buscada de Asia y no de una venta como tal. Se verá en los próximos meses si el club ha cambiado su accionariado o mantiene el mismo. Lo que no ha cambiado el Atlético es la ilusión de sus aficionados como demostró ayer en el llenazo del Calderón por el día del niño del Atlético. Quedó claro que hay cantera en la afición colchonera.