Luis, el sabio que necesitaba España

El 20 de junio de 2004, España cayó eliminada de la Eurocopa tras perder en el tercer partido de la primera fase ante la anfitriona Portugal. Iñaki Sáez era el seleccionador nacional y en España se le señaló como el responsable de la temprana eliminación. El seleccionador tenía contrato firmado y su intención de no renunciar al cargo era firme. El 22 de junio de 2004, el diario Marca sacaba una portada en la que pedía el fichaje de Luis Aragonés. ‘España necesita un Sabio’, rezaba el titular con una foto de Luis Aragonés con la elástica roja de la selección. Aquella portada fue clave en la contratación de Luis. Vamos, Luis acabó siendo seleccionador por aquella 'tapa'. La Real Federación Española de Fútbol había decidido contratar a Benito Floro para sustituir a Sáez. Pero Luis Aragonés era el técnico que concitaba el mayor consenso, mediático sobre todo, para ser el sustituto de Iñaki.

Aquella portada se ideó el lunes 21 de junio en el aeropuerto de Oporto, en una conversación entre Elías Israel, entonces director de Marca, y un servidor. “Tiene que ser Luis Aragonés. Ya le toca”, coincidimos el director y yo, por aquel entonces responsable de la información de la Selección en Marca, tras un intenso debate y mi pertinaz insistencia. “¿Y Luis quiere?”, fue la pregunta del millón que me lanzó Eli. Luis quería ser seleccionador, por supuesto, pero Aragonés tenía contrato en vigor con el Mallorca y estaba planificando la siguiente temporada. Tras varias llamadas a Jesús Paredes, mano derecha de Luis, conseguimos el compromiso de Luis de aceptar el cargo si le llegaba la ocasión. Además, tenía una cláusula en su contrato por la que podía desvincularse si le llamaba la Federación. Le apetecía ser seleccionador, aseguró. “P’alante”, dijo Paredes dando la luz verde a la primera plana de ‘España necesita un sabio’. Y el día 22 de julio apareció esta portada de ‘España necesita un sabio’. El resto de medios de comunicación coincidió en que era el momento de Luis. A Alfredo Relaño, director de As, le parecía también que era el momento de Luis.

Desde aquella portada al nombramiento de Luis pasaron unas semanas. La Federación prefería a Benito Floro, con quien Villar había apalabrado su fichaje. Pero la unanimidad entre todos los medios provocó que Luis Aragonés fuera el elegido por la Junta Directiva de la Real Federación Española de Fútbol. Luego llegó lo de la ‘Gran Sentada’, que, aunque no se produjo nunca físicamente, síprovocó el efecto deseado por el seleccionador, quien captó meridianamente el mensaje más repetido por especialistas en los distintos foros y encuestas que se realizaron para conocer la opinión de muchos informadores al ser consultados sobre cómo se pronunciarían en la anunciada ‘Gran Sentada’, que tuvo lugar virtualmente en los medios. La gente pedía toque y buen juego. Y Luis demostró con creces que su elección fue aceptada.

Después de haber dirigido al Atlético, en varias etapas, Espanyol, Barcelona, Betis, Sevilla, Valencia, Oviedo y Mallorca, cosechando éxitos en todos, llegaba la selección. Porque clasificar a Sevilla y a Betis para jugar la UEFA, siendo tercero o cuarto (hoy sería Champions), es un éxito. Porque conseguir la permanencia con el Oviedo mandando a Segunda al Atlético, en una campaña en la que también descendió el Betis, es un éxito. Porque realizar la mejor temporada en la historia del Mallorca, metiéndolo en Champions, es un éxito. Y ser segundo con el Valencia. Y ganar títulos con el Atlético y en un rato con el Barça. Y bajar a Segunda división para subir a su Atlético a Primera es un éxito y un gesto de valentía y arrojo. Luis estaba preparado para ser seleccionador. Había ejecutado uno de los mejores contagolpes que se han jugado en el fútbol mundial. Pero sabía que en España había jugadores para apostar por la posesión y el toque de balón. Tenía un plan y lo desarrolló. Llegó diciendo que quería acercar a España a los que ganaban, enseñó a España a ganar y se marchó dejándola campeona.

Luis llevaba años dándole vueltas al estilo de la Selección. En las divertidas y didácticas tertulias futbolísticas que regalaba, Luis apostaba por cambiar la furia por el toque. Cuando asumió el cargo de seleccionador tenía un plan. No le salió en el Mundial de Alemania y se pidió su cabeza por aquella eliminación y por su decisión de prescindir de Raúl. Luis soportó la presión, aunque en febrero de 2008, tres meses antes de la Eurocopa que le consagró para la eternidad, estuvo a un paso de abandonar el cargo por la enorme presión mediática para que volviera a convocar a Raúl. Por fortuna, Joan Gaspart y Jesús Paredes le convencieron para seguir.

Luis quería ser seleccionador y aquel mes de julio de 2004 se acogió a la cláusula que tenía en su contrato con el Mallorca de que podía rescindirlo si le llamaba España. Firmó de seleccionador un contrato en el que ganaba cuatro veces menos que el que tenía firmado en el equipo balear. Pero era su momento. Tenía el plan de dotar a España de un estilo y tuvo la valentía de poner a los pequeños y apostar por el tiqui taca. Necesitaba entrenar a España y España necesitaba un sabio.

Luis Aragonés Suárez, descanse en paz.