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Brasil es el Real Madrid de las selecciones
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Javier Gómez Matallanas

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Brasil es el Real Madrid de las selecciones

Esa genética ganadora de la 'Canarinha' es similar a la 'limpia y blanca que no empaña' del Real Madrid. Va superando rondas sin hacer un fútbol muy vistoso

Foto: Brasil no quiere vivir otro 'Maracanazo' en este Mundial (EFE)
Brasil no quiere vivir otro 'Maracanazo' en este Mundial (EFE)

El Mundial 2014 camina inexorablemente a una final en la que Brasil pueda sacudirse los fantasmas del Maracanazo de 1950. Para ello, la 'Canarinha' debe dar buena cuenta de la Alemania de Löw que se ha metido de nuevo en las semifinales, esta vez apoyada en el 'tiki taka' español que en los alemanes queda como raro, por cierto. Por el otro lado llega la Argentina de Messi e Higuaín yla Holanda de Robben y Van Gaal, un genio de los banquillos que se consagró en cuartos con su cambio de porteros para la tanda de penaltis ante Costa Rica.

Brasil aspira a demostrar de nuevo que entre las selecciones es igual que el Real Madrid a los clubes. Los pentacampeones del mundo aspiran a ganar en casa su sexto Mundial igual que el Madrid ha logrado esta temporada ganar la Décima Copa de Europa que perseguía desde 2002, año en que Brasil ganó su quinto Mundial.

Esagenética ganadora de la 'Canarinha' es similar a la 'limpia y blanca que no empaña'del Madrid. Va pasando rondas en la Copa del Mundo, sin hacer un fútbol vistoso, y está a un paso de su ansiada final. Ante Colombia pasó Brasil por el peso de la historia. El arbitraje de Velasco Carballo no ayudó a los anfitriones, que pasaron a la semifinal porque impusieron su jerarquía de mejor selección de la historia, igual que el Madrid gana muchas veces sus partidos.

Brasil fraguó su leyenda tras el desastre del Maracanazo que traumatizó a todo el país. Aquella frustración no se les ha quitado a los brasileños por más que ganaran cinco mundiales después (58, 62, 70, 94 y 2002). Por eso han montado otro Mundial y no les vale otra cosa que no sea ganar. LuizFelipe Scolari ha montado un equipo ramplón, nada vistoso, a años luz del 'jogo bonito' que enamoraba al mundo y del Brasil del 70 o del 82. Pero con ese equipo, incluso sin el lesionado Neymar, optan a ser campeones de su mundial.

La aparición de España en escena ha quitado el foco a Brasil unos años. Las dos Eurocopas y el Mundial de Sudáfrica, logrados con el 'tiqui taca', un estilo de juego atractivo a la vista, hizo temer a los brasileños que La Roja llegara a su casa a quitarles su Mundial. Por eso había tanto odio hace un año en la Copa Confederaciones de los aficionados brasileños a la Selección Española. La veían como el gran rival. Pero no se explica cómo una vez eliminada, los brasileños siguieran con el mismo odio hacia España, como demostraron en Curitiba en el partido ante Australia, en el que abuchearon el himno español y gritaron 'olé, olé'desde el minuto dos cuando la tocaba Australia.

Para ganar a España, a los brasileños les valía cualquier cosa, había que ganarla como fuera, por lo civil o por lo criminal, y optaron por la vía de Scolari, algo parecido a lo que hizo el Madrid al fichar a Mourinho para frenar al imparable Barça de Guardiola. Brasil sacó del campo a España en la final de la Copa Confederaciones y en el Mundial ha sido la propia Selección Española la que cayó eliminada antes de la primera semana de competición tras darse un tiro en el pie entre mojitos, 'Crunch', bicicletas y rodicios en el desastre de Curitiba.

El Madrid de Mou no pudo con el Barça de Guardiola y Tito. Lo frenaron el Bayern de Múnich, el Atleti y el Madrid de Ancelotti, que acabó ganando la Décima. El Brasil de Scolari no tuvo que vérselas con España. Pero tiene muchas papeletas para ganar su sexto Mundial. Con permiso de Müller, Robben y Messi, por supuesto.

El Mundial 2014 camina inexorablemente a una final en la que Brasil pueda sacudirse los fantasmas del Maracanazo de 1950. Para ello, la 'Canarinha' debe dar buena cuenta de la Alemania de Löw que se ha metido de nuevo en las semifinales, esta vez apoyada en el 'tiki taka' español que en los alemanes queda como raro, por cierto. Por el otro lado llega la Argentina de Messi e Higuaín yla Holanda de Robben y Van Gaal, un genio de los banquillos que se consagró en cuartos con su cambio de porteros para la tanda de penaltis ante Costa Rica.

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