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Del Milan de Sacchi (y de Berlusconi) al Madrid de Benítez (y de Florentino)
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Javier Gómez Matallanas

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Del Milan de Sacchi (y de Berlusconi) al Madrid de Benítez (y de Florentino)

¿Aguantarán los futbolistas del Madrid un trabajo táctico tan puntilloso y metódico? Ya ha habido comentarios en privado sobre lo que les parece la nueva forma de trabajar del entrenador madrileño

Foto: Benítez da órdenes durante la final de la Audi Cup contra el Bayern (Imago)
Benítez da órdenes durante la final de la Audi Cup contra el Bayern (Imago)

Las imágenes que llegaban en julio desde Australia de Rafa Benítez dirigiendo los movimientos tácticos de los jugadores del Real Madrid evocaban a las de Arrigo Sacchi dirigiendo a los jugadores del Milan en su cuatrienio magnífico (1987-1991) en el conjunto lombardo. Ese balón imaginario, esas basculaciones, esa milimétrica distancia entre líneas, ese acordeón perfecto que pretendía y que consiguió Sacchi y que siempre ha sido el objetivo de Benítez. Rafa buscó ese bloque en el Valladolid, Osasuna, Extremadura, Tenerife, Valencia, Liverpool, Inter de Milán, Chelsea y Napolés. Y ahora lo busca en el Madrid.

La pregunta surge de inmediato: ¿aguantarán los futbolistas del Madrid un trabajo táctico tan puntilloso y metódico? En estas primeras semanas se ha visto un equipo más ordenado y más fuerte defensivamente. En definitiva, en esa fase defensiva, se ha notado la mano de Rafa Benítez. Otra cosa es cómo están asimilando los jugadores esas sesiones de trabajo y los repetitivos métodos del entrenador madrileño. Mientras el equipo funcione y arranque la Liga ganando, no habrá problema; pero como haya el más mínimo tropiezo podrían salir los comentarios que ya van haciendo en privado sobre lo que les parece la nueva forma de trabajar, que no tiene nada que ver con la intensidad (menor) de Mourinho ni la de Ancelotti (mucho menor).

El fichaje de Rafa Benítez por parte de Florentino Pérez obedece a su deseo de que el vestuario no se le vuelva a ir de las manos como en su primera etapa, cuando renunció a la presidencia del Real Madrid incapaz de controlar los caprichos de los 'galácticos'. Florentino aceptó la propuesta de José Angel Sánchez (el elegido era Ernesto Valverde, pero el Txingurri prefirió seguir en el Athletic Club) consciente de que Benítez iba a hacer trabajar y, de alguna manera, incomodar a los jugadores. Y en estas primeras semanas de trabajo ha conseguido su objetivo inicial.

Sacchi se encontró en el Milan un magnate como Silvio Berlusconi que coincide con Florentino Pérez, y con todos los poderosos que controlan equipos de fútbol pongan o no dinero para ello, en su deseo de controlar la alineación de su equipo. Florentino no entiende que el entrenador se guarde y no comparta el once titular que va a disponer cada partido. No le entra en la cabeza que un alto ejecutivo de ACS no comparta con el presidente y el consejo de administración un plan estratégico. Y su lucha con los entrenadores del Madrid siempre ha sido la misma: conocer, controlar y hasta influir en las alineaciones. Florentino se ve capacitado para escribir el libro del buen entrenador, según comenta cuando habla de fútbol, y, en general, desprecia el trabajo de los entrenadores.

Cuenta la leyenda que Berlusconi llegó a influir en algunas decisiones en la formación del Milan de Sacchi, ese equipo que entró en la historia del fútbol al cambiar e imponer un nuevo concepto de la presión y que hizo trabajar a futbolistas de clase y talento como Rijkaard, Gullit y Van Basten con la sapiencia táctica de Ancelotti y Baresi. Florentino aún no ha llegado a su objetivo y resultaría extraño que lo consiguiera con Rafa Benítez, aunque la nueva ubicación de Bale de mediapunta satisfaga al presidente y el perfil tan bajo del entrenador madrileño pueda producir sospechas. Verle dirigir tácticamente a sus jugadores también recuerda al Sacchi que llegó al Atlético en 1998 y hacía largas sesiones tácticas en las que los Njegus, Pilipauskas, Chamot, Gamarra, Ayala y compañía no se enteraban de nada por más que Arrigo se tirara 40 minutos repitiendo los movimientos.

Se hablará del Madrid de Benítez si dejan trabajar a Rafa con libertad y si los futbolistas aceptan su trabajo obsesivo. Y sobre todo, el Madrid de Benítez está llamado a marcar una época siempre y cuando Florentino Pérez no se entrometa en su trabajo. Por más que a Sacchi no le fue mal cuando Berlusconi se inmiscuyó para montar su gran Milan.

Las imágenes que llegaban en julio desde Australia de Rafa Benítez dirigiendo los movimientos tácticos de los jugadores del Real Madrid evocaban a las de Arrigo Sacchi dirigiendo a los jugadores del Milan en su cuatrienio magnífico (1987-1991) en el conjunto lombardo. Ese balón imaginario, esas basculaciones, esa milimétrica distancia entre líneas, ese acordeón perfecto que pretendía y que consiguió Sacchi y que siempre ha sido el objetivo de Benítez. Rafa buscó ese bloque en el Valladolid, Osasuna, Extremadura, Tenerife, Valencia, Liverpool, Inter de Milán, Chelsea y Napolés. Y ahora lo busca en el Madrid.

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