La última Eurocopa de Villar, con Padrón desaparecido y la jefa Claramunt al mando

España debuta en la Eurocopa ante la República Checa con un ambiente raro por la presunta implicación de David de Gea en un escándalo sexual y con un vacío de poder en la Real Federación Española de Fútbol al estar Ángel María Villar ejerciendo supuestamente de presidente de la UEFA ante la ausencia de Michel Platini por inhabilitación.

El desgobierno en la Federación se traduce en que la máxima autoridad de la Selección es María José Claramunt, que llegó de la mano de Jorge Pérez como responsable de marketing y se ha autoproclamado directora de la Selección y ejerce de jefa de todo, manda en el departamento de comunicación, en el departamento de marketing, en el de ticketing, y hasta en el cuerpo técnico (haciendo las veces del puesto que dejó vacante Fernando Hierro) y en los jugadores (aunque algunos de los capos ya se han cansado de ella).

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En la crisis desatada el pasado jueves cuando apareció la noticia de la vinculación de De Gea en el Caso Torbe se escenificó el descontrol existente en la Federación y en la Selección. Villar dio orden de que De Gea no hiciera ninguna declaración y fueron el agente y los asesores del portero de la Selección los que decidieron que hablaba en rueda de prensa contra la orden del presidente de la Federación. Hubo momentos de incertidumbre cuando intentaban localizar a De Gea sus asesores y desde el hotel Atalante de La Isla de Ré les informaban que no podían hablar con él hasta que Claramunt saliese de la reunión técnica con Del Bosque y su equipo, porque ella es miembro del staff técnico y, por lo visto en la lista, podría tener ascendencia incluso en las decisiones del cuerpo técnico de La Roja.

Mientras tanto Villar vive su última Eurocopa como presidente de la Federación porque pase lo que pase en las elecciones a la presidencia de la RFEF, que está intentando retrasar todo lo posible, aunque ganara, no aguantaría más de dos meses en el cargo, según fuentes próximas al Gobierno español. Y probablemente la imputación que ha conseguido la denuncia del candidato Miguel Galán por prevaricación al retrasar las elecciones no le permita presentarse.

En ese desgobierno de la Federación llama la atención la ausencia de Juan Padrón cada vez más prolongada. El todopoderoso vicepresidente económico se deja ver cada vez menos en más eventos y actos. Ha dado un paso al costado y no aparece ya por ningún lado. No fue ni a la final de la Copa del Rey para evitar que le pidieran explicaciones los presidentes de las federaciones territoriales. Parece que tampoco se dejará ver por la Eurocopa el dirigente canario de la mano de quien llegó a la presidencia Villar en 1998.

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Ese hueco que ha dejado Juan Padrón es el que aspira a ocupar María José Claramunt. Su objetivo es quedarse como jefa de todo el área económica. Y Villar lleva los últimos meses en manos de Claramunt, que le lleva algún día hasta la comida al despacho. Muchos en la Federación ven la fascinación del presidente de la RFEF idéntica a la que tuvo Jorge Pérez cuando fichó a Claramunt como responsable de marketing. Tres años después, Claramunt traicionó a su mentor Jorge Pérez. ¿Le pasará lo mismo a Villar? Veremos.