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MotoGP se ha convertido en el juego de los errores
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Juan Pedro de la Torre

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MotoGP se ha convertido en el juego de los errores

Marc Márquez salió a la carrera de Sepang, disputada bajo la lluvia, con frenos de carbono, una decisión arriesgada, pero bien fundamentada y que le funcionó. No se cayó por eso

Foto: Márquez se cayó en Sepang, pero pudo terminar la carrera (Fazry Ismail/EFE-EPA)
Márquez se cayó en Sepang, pero pudo terminar la carrera (Fazry Ismail/EFE-EPA)

La autobiografía de Valentino Rossi concluye con esta frase: “Imagina si no lo hubiera intentado”. Es, en cierto modo, una lección de vida. El piloto italiano la escribió en 2005, con la ayuda del periodista Enrico Borghi, y desde entonces han pasado muchas cosas. Entonces Rossi era, indiscutiblemente, faro y guía de MotoGP. Parecía poseer el don de la infalibilidad. Hoy su palabra ya no es una verdad absoluta, pero este libro, escrito a la edad de 26 años, sigue siendo una referencia de gran validez.

Lo que cuenta Rossi es que, para triunfar, hay que estar dispuesto a arriesgarlo todo y tener el valor de someterse a una continua experimentación. Un piloto apoltronado tiene muy poca perspectiva, y si no está dispuesto a entrar en la continua dinámica del ensayo-error, su recorrido es corto.

Foto: Pilotos reconociendo el circuito de Sepang (MotoGP) Opinión
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En la actualidad, Rossi no es el espejo en el que se mira Marc Márquez, ni mucho menos, pero viendo cómo ha sido la temporada del piloto de Honda y recordando aquellos maravillosos años en los de Rossi navegaba en la cresta de la ola, te das cuenta de que, en esencia, los grandes pilotos de este deporte están cortados por el mismo patrón. Lo que ha hecho Márquez esta temporada, plagada de errores y de caídas, la de mayor siniestralidad para el de Cervera desde su llegada a MotoGP, es sencillamente genial. Porque ha sabido modular su respuesta en cada carrera en función de las circunstancias, del mismo modo que Rossi en su día supo adaptarse y evolucionar.

En Sepang, Márquez volvió a irse al suelo. ¿Y qué? No es cuestión de sacar el condicional y empezar a hacer cábalas. ¿Y si las Yamaha no se hubieran caído en Japón? ¿Y si el motor de Rossi no se hubiera roto en Italia? ¿Y si Lorenzo no se hubiera bloqueado a mitad de temporada? ¿Y si no hubiera llovido tanto…? Es evidente que los errores cometidos por Márquez en Australia y Malasia, con el título ya en el bolsillo, han llegado precisamente por esto, por haberse asegurado la corona, y es más que probable que de haber sido la puntuación más ajustada el de Honda no se habría tomado tantas alegrías. Pero ha hecho bien en medirse y salir a buscar el límite en dos carreras tan especiales como han sido las de Phillip Island y Sepang, donde las condiciones de la pista eran muy delicadas. Márquez ha salido mal parado en las dos, pero ¿y si no lo hubiera intentado? La experiencia acumulada en estas dos carreras es impagable.

Márquez nos sorprende todos los días. Cuando creíamos que estaba todo inventado, probó cosas nuevas, como salir con frenos de carbono en mojado. ¡Sacrilegio! Si preguntas a un ingeniero por esta idea te dirá que es una locura, porque el agua y el carbono no son una buena combinación: el funcionamiento óptimo de los discos de carbono se alcanza entre los 450 y los 670ºC, y el agua, al enfriarlos, provoca pérdida de efectividad. Pero dado que la temperatura ambiente en Malasia siempre es alta, ¿por qué no intentarlo?

“Estábamos perdiendo mucho en aceleración y sabía los puntos débiles y que si perdía en aceleración y no recuperaba en frenada, era imposible estar delante. Arriesgué y creo que me salió bien. La caída fue por otra cosa, los frenos iban perfectos”, aseguró Márquez en Sepang. “Los discos de carbono me ayudaban a recuperar. En las frenadas me acercaba muchísimo y esto era debido a los frenos, que me ayudaban a frenar tarde. Es una decisión que jugándome el título no la habría tomado, pero salió bien. En eso estoy contento”, dijo.

No fue una apuesta en vano. Uno no se levanta por la mañana y dice: ¡Ponedme discos de carbono! Simplemente es intuición o genialidad o mera curiosidad. ¿Y si Colón no se hubiera empeñado en cruzar la mar océana con rumbo oeste? Hombre, alguien habría descubierto América tarde o temprano, pero el caso es que lo hizo él.

No es que las MotoGP necesiten nuevas soluciones de frenada, aunque es verdad que con tanta agua los discos de acero terminan saturados. Márquez entendió que los discos de carbono representaban una ayuda extra muy eficaz. Luego, después de la carrera, Rossi también habló de los frenos: “Es importante que Brembo (el principal suministrador de frenos de MotoGP) trabaje con los frenos; con los discos de hierro en mojado estamos verdaderamente al límite, la moto no se para. Hoy había demasiada agua para utilizar los frenos de carbono y, sinceramente, los frenos de carbono en agua a mí no me gustan mucho. Por tanto necesitamos tener un freno de hierro un poco más resistente”, aseguró Rossi.

Foto: Malaysia motorcycle grand prix

El ensayo-error de Márquez en Sepang fue concluyente para él. La caída fue por otra cosa: “Estaba rodando bastante cómodo en el grupo delantero, intentando cuidar los neumáticos para el final, pero de repente, me he caído al perder adherencia en la curva 11”.

Veremos qué sucede en Valencia. Esta es la temporada en la que los tres primeros del campeonato acumulan mayor número de errores: tres caídas en carrera para cada uno, además del motor que Rossi rompió en Mugello, y la carrera sin puntos de Lorenzo en Brno. La puntuación media por gran premio del trío de cabeza es la más baja de la historia de MotoGP (42,2 puntos), peor aún que la de 2006 (42,8), pero podrán ponerle remedio en el Circuit Ricardo Tormo dentro de dos semanas.

La autobiografía de Valentino Rossi concluye con esta frase: “Imagina si no lo hubiera intentado”. Es, en cierto modo, una lección de vida. El piloto italiano la escribió en 2005, con la ayuda del periodista Enrico Borghi, y desde entonces han pasado muchas cosas. Entonces Rossi era, indiscutiblemente, faro y guía de MotoGP. Parecía poseer el don de la infalibilidad. Hoy su palabra ya no es una verdad absoluta, pero este libro, escrito a la edad de 26 años, sigue siendo una referencia de gran validez.

Marc Márquez