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Michel, mi queridísimo enemigo
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José Manuel García

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Michel, mi queridísimo enemigo

Sorpresas que da la vida, como dice la canción y si hace diez años o menos algún sevillista recalcitrante, de esos que se desgañitaron chillando a

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Michel, mi queridísimo enemigo

Sorpresas que da la vida, como dice la canción y si hace diez años o menos algún sevillista recalcitrante, de esos que se desgañitaron chillando a Michel (José Miguel González Martín del Campo), uno de los futbolistas más odiados por la afición del Sevilla durante años, hubiera imaginado al madrileño lucir el escudo del viejo club nervionense en el pecho, pensaría con un hato cargado de razones que el mundo se ha vuelto loco.

Antonio, frutero en el Merca, sevillista de carnet antiguo, una vez se quedó un día ronco de tanto gritarle sapos al de Villaverde. "A Michel y a Hugo Sánchez. El mexicano era un pinta y muy barriobajero, pero dolían mucho los gestos y las miraditas de Michel. Sobre todo por los goles que nos metían. Por eso, y por la amistad que tenían con los béticos, porque en el fondo ellos, los madridistas, son amigos de los verderones". Y es que Rafael Gordillo, el jugador más emblemático del Betis de todos los tiempos, sembró amigos y simpatías en sus años como jugador del Real Madrid. 

Posiblemente el mejor amigo del antiguo rey del Polígono haya sido Michel. Ambos compartieron muchos días, tanto en el club blanco como en la Selección y desbrozaron vivencias, goles y risas. Quizás pudiera ser lógico que la querencia verdiblanca de uno arrastrara al otro. Es más, hace varias semanas, cuando Pepe Mel, entrenador bético, parecía caerse de la cuerda floja, el nombre de Michel saltó a la luz como su sustituto, rumor que éste desmintió categóricamente el día de su presentación como técnico del club de Nervión.

Precisamente Mel y Michel, hoy entrenadores de Betis y Sevilla, respectivamente, han contribuido a alimentar el morbo en la fauna futbolera. Madrileños, madridistas, de la misma edad (Mel es un mes mayor), compartieron escudo, equipo y goles. Michel daba los pases y Mel las enchufaba. Fueron campeones del juvenil madridista, que entrenaba el fallecido Ramón Grosso. Michel se unió a la Quinta del Buitre y Mel tuvo que buscarse los garbanzos muy lejos del Santiago Bernabéu. Pero siguieron siendo amigos. Hasta la fecha. "Somos amigos, pero ahora somos rivales y conozco la rivalidad entre las dos aficiones".

Michel, centro de las iras de la afición

En Sevilla, Michel ha sufrido cruz y calvario. Sevilla es cuna del arte y Nervión es una rama afilada del ingenio. En esta parte hispalense han disparado hiel contra jugadores rivales, como Fernando Torres y su pelo excesivo 'rubio Marlene'. Un poner. También aludieron al desafortunado gag que protagonizaron el madridista y el colombiano Valderrama, cuando éste militaba en el Valladolid. Hubo un toque de genitales y unas larguísimas secuelas en forma de mofa.

Luego se suavizaron las flechas, Michel se hizo entrenador y le tocó debutar en Primera con el Getafe. Ya titular del banquillo 'azulón', el ex miembro de la Quinta visitó Nervión varias veces, y varias veces pasó factura en forma de victorias. Pero también el Sevilla le hincó el diente en la yugular: semifinales de la Copa del Rey, Getafe metido en lo alto y mirando a la final. En el camino, el club de Nervión. Otra vez. Ganó el Sevilla en la ida con solvencia (2-0). Pero la vuelta se convirtió en una pesadilla para los blancos, que se quitaron el intenso frío del cuerpo a puro susto, y merced a una noche milagrosa de Andrés Palop, San Andrés Palop, como le bautizaron los sevillistas.

Consciente de las suspicacias y las miradas afiladas que el aterrizaje de Michel ha generado en un amplio sector de la afición blanca, José María Del Nido ha dicho: "Esto es un mensaje para nuestros aficionados; hoy Michel es para todos los sevillistas el mejor entrenador del mundo", zanjando de un plumazo cualquier desliz venenoso. Michel mostró interés en apostillar una impresión de afecto: "Siempre recordaré que cuando jugaba en la Selección, querían que jugáramos en otra ciudad y los jugadores pedíamos jugar aquí por lo que transmitía la afición, porque nos sentíamos arropados, venir a entrenar a un equipo como el Sevilla es una continuidad de lo que pensaba".

Poco a poco, aquellas lanzas que cortaban con sólo mirarlas se irán suavizando. En su estreno de corto, más de mil aficionados del Sevilla arroparon en silencio y con su pizca de morbo las primeras evoluciones como entrenador del equipo de sus almas de aquel 'ocho' madridista, que miraba de manera arrogante y era centro de cohetes cubiertos de ira, y que hoy defiende a muerte el escudo de Nervión. Michel, aquel enemigo, tiene el encargo de enderezar el barco sevillista. Cosas del fútbol.

Sorpresas que da la vida, como dice la canción y si hace diez años o menos algún sevillista recalcitrante, de esos que se desgañitaron chillando a Michel (José Miguel González Martín del Campo), uno de los futbolistas más odiados por la afición del Sevilla durante años, hubiera imaginado al madrileño lucir el escudo del viejo club nervionense en el pecho, pensaría con un hato cargado de razones que el mundo se ha vuelto loco.