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Economía de guerra para el Sevilla y el Villarreal, dos grandes en horas bajas
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José Manuel García

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Economía de guerra para el Sevilla y el Villarreal, dos grandes en horas bajas

A veces, la economía y la gestión rigurosa andan peleadas con el fútbol. Dos de los clubes más señeros de nuestro fútbol y modélicos en el

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Economía de guerra para el Sevilla y el Villarreal, dos grandes en horas bajas

A veces, la economía y la gestión rigurosa andan peleadas con el fútbol. Dos de los clubes más señeros de nuestro fútbol y modélicos en el área económica, como son el Sevilla y el Villarreal, han pasado un mal año. El primero se quedó en la zona de nadie que muy pocos quieren, mientras que el segundo se dio el gran costalazo y cayó al pozo que todos odian: el descenso. Esta es la grandeza del fútbol y también su lado amargo y miserable.

Al margen del poder dictador de Real Madrid y Barça, el fútbol español ha sido pródigo este año en sorpresas inesperadas. Una de ellas, el Levante. Club en concurso de acreedores, con un plantel hecho de retales y jugadores desechados de otros equipos, se ha metido en Europa. El cuadro granota abrió los brazos a Arouna Koné. El marfileño, goleador de prestigio en Europa,  donde destacó en las filas del PSV Eindhoven, llegó al Sevilla y fue testigo de un montón de sucesos extraños. Muerte de un compañero de vestuario, fuga un viernes del entrenador y, por encima de todos, dos lesiones consecutivas en sus rodillas, ambas de triada, que empantanaron su estancia en el club sevillista, hasta el punto de no querer saber nada del club ni de la ciudad. Dos goles en cuatro años de blanco. Llegó a Valencia y comenzó a marcar goles como buñuelos. 17 hizo de azulgrana antes de lesionarse. Si el casi cuarentón Ballesteros es el líder espiritual de este equipo de obreros, Koné es su martillo pilón. Toca madera si le hablan del Sevilla.

El gol le faltó precisamente al club nervionense en un Campeonato cuajado de altibajos, tanto que sus aficionados quedaron con el corazón encogido. Porque fallaron sus elementos más importantes, en unas por lesión; en otras, por desidia; en otras, porque el elemento psicológico y tensión se evaporó de varias cabezas; y en otras, simplemente, porque el balón  tiene un punto de sorpresa y magia. Entre una cosa y otra, el Sevilla se bajó del autobús de Europa a la novena temporada.

En lugar de meterse en el saco de las promesas y al arrullo de esas palabras/palomas que se las lleva el viento, José María Del Nido, presidente del Sevilla desde Mayo de 2002, ha renovado a Michel, el entrenador, ha bajado los abonos (en la mayoría de los casos hasta un 24 por ciento), y ha anunciado que el presupuesto para la temporada 2012/2013 será de poco más de 60 millones de euros. Treinta millones de euros menos que la temporada que está a punto de concluir.

¿Economía de guerra? “Llámenlo como quieran”, ha contestado Del Nido, “pero en España hay una aguda crisis económica, en Andalucía y, en particular, en Sevilla mucho más, y nosotros tenemos que tener los pies bien plantados en el suelo. ¿Un paso atrás? Sí, pero para tomar impulso. Nosotros tenemos que ser sinceros y realistas con el aficionado. El sevillista lo va a comprender”.

El paso atrás del Sevilla incluirá en las nóminas de los jugadores que se ficharán, cuyas fichas no serán de Champions ni por asomo. Los rectores también cuentan con el parte de bajas que se darán. Tres veteranos,  que formaron parte del Sevilla de los títulos  tienen muchas papeletas de salir. Kanouté ya se ha despedido. Julién Escudé termina contrato y no le renovarán; y Andrés Palop, pese a quedarle un año más de contrato, cuenta con muchos números para que él o su representante, negocien una salida airosa. La marcha de estos jugadores, que levantaron muchos títulos y fueron santo y seña de la afición, chorrea nostalgia y dolor, pero aligerará de ceros la nómina de la futura plantilla.

El descenso ha partido por la mitad al Villarreal, un club modélico en sus estructuras, cuyo presupuesto se amoldará a los cánones de la División de Plata. El club perderá (o, mejor dicho, dejará de ganar) un saco de millones. Habrá que convencer a muchas de sus figuras para que jueguen en Segunda, otras sufrirán el canon del traspaso. El submarino amarillo, tocado y hundido, pero orgulloso, saca pecho: “El Villarreal tendrá que ajustar la plantilla y puede que traspase a algún jugador, pero no vamos a malvender a nadie y, desde luego, que no vengan a pescar donde no se pueda pescar”, ha comentado Fernando Roig, el dueño de la entidad.

A veces, la economía y la gestión rigurosa andan peleadas con el fútbol. Dos de los clubes más señeros de nuestro fútbol y modélicos en el área económica, como son el Sevilla y el Villarreal, han pasado un mal año. El primero se quedó en la zona de nadie que muy pocos quieren, mientras que el segundo se dio el gran costalazo y cayó al pozo que todos odian: el descenso. Esta es la grandeza del fútbol y también su lado amargo y miserable.