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España-Francia: callen por un momento y respeten al campeón
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José Manuel García

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España-Francia: callen por un momento y respeten al campeón

Marcó Suecia un golazo. Ese Ibrahimovic, además de grandullón, mal encarado y chulesco, es un genio. Francia recibió un certero crochet al mentón. La orgullosa Francia

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España-Francia: callen por un momento y respeten al campeón

Marcó Suecia un golazo. Ese Ibrahimovic, además de grandullón, mal encarado y chulesco, es un genio. Francia recibió un certero crochet al mentón. La orgullosa Francia de Laurent Blanc besó la lona. Los comentaristas de la tele haciendo cábalas y quejándose de nuestra maldita suerte. En la radio, lo mismo: el que menos se rasgó las vestiduras. 'La France, horreur'. Durante una hora y pico tuve que escuchar todo tipo de lamentos. Al final llegué a dos conclusiones: que, en lugar de España, somos la selección de Andorra y que, a decir verdad, tenemos más de lo que nos merecemos.


España es la campeona de Europa y del mundo. Es la selección que mejor fútbol ha desplegado en los últimos ocho años en todo el planeta, un combinado que muchos comparan con el mítico Brasil del 70 y que puede que lo haya superado. Aquellos jugaban a cámara lenta, 'La Roja', en décimas de segundo arregla relojes y gana. Sobre todo gana. Pues bien, como la lluvia contenta a unos y fastidia a otros, este país de secano anda húmedo con tanto chaparrón de miedos, falacias y olvidos.


Dice que la envidia es el arma atómica del siglo XXI. Aquí somos potencia. Se marchó Luis Aragonés y entró Vicente Del Bosque. La máquina roja llamada España, lejos de aminorar el paso, acrecentó calidad y sumó potencial arriba. Ganamos un Mundial. Dicen que España jugó horrible en el Mundial. Que “sólo” jugó bien medio partido. Vale, bueno: campeona del mundo.


Alemania arrasó a Argentina y arrió velas jugando contra España. Salió Puyol y desatascó la tubería con aquel gol a lo Marcelino. Luego llegó Holanda, que bajó del autobús a Uruguay y Brasil. Se enfrentó a España a machete limpio y a patadón en pecho. Hasta que llegó Iniesta

Pero con Luis tocamos el cielo, dicen. De acuerdo: magníficos los partidos contra Rusia. Pero tuvo que ser Casillas el que, en la tanda de penaltis, abriera la llave para semifinales. Antes, frente a Suecia, David Villa abrió la lata al final y contra Grecia fue Dani Güiza. Nadie se acuerda ya. Como nadie se acuerda ya de la final, frente a Alemania, y aquel chispazo de Fernando Torres. Con todo, los amigos de Luis Aragonés no pierden el momento para poner los mismísimos cañones de Navarone apuntando a Vicente Del Bosque.


Es cierto: España no anduvo fina frente a Croacia. Como dice un comentarista: los croatas nos tuvieron agarrados por las solapas mucho tiempo. Vean la foto de Iniesta rodeado de jugadores croatas; o a Xavi Hernández con un perseguidor a cuadros yendo hasta la misma banda de España y poniendo la oreja para ver qué le decía el bigotón al barcelonista. Es cierto que España se enmarañó, rotundamente verídico que la selección quedó nublada ante el sistema defensivo balcánico, pero es que los rivales de España juegan a eso: a no dejar jugar a España, porque si la roja despliega su fútbol estarán perdidos.


También es cierto que se echa en falta a gente del carisma de Puyol o del olfato goleador del Guaje Villa. Pero esta coyuntura ha propiciado la explosión definitiva de Sergio Ramos en el eje de la defensa, así como su acoplamiento casi total con Gerard Piqué, despejando dudas y malas intenciones. La ausencia de David Villa ha propiciado la erupción goleadora de Cesc Fábregas (se cuentan sus goles, pero dio también la asistencia del gol a Iniesta y Jesús Navas), y eso que en la banda, impacientes, esperan Fernando Llorente y Álvaro Negredo, ávidos por decir la última palabra. O sea: ¡gol!


Laurent Blanc, que al decir de algunos es el gurú de todo esto del balón, ya lo ha anunciado: “Croacia nos ha mostrado lo que hay que hacer con España”. O sea, jugar a no dejar jugar. El fútbol perfecto.


A Vicente Del Bosque y a su equipo de analistas les tocará poner remedio a tanta vacuna 'antiEspaña'. Me consta que el técnico ha visto el choque último tres veces como mínimo. De arriba abajo. Seguro que si Francia juega a poner grilletes a España, 'La Roja' tendrá más llaves. No hay que temer (como he escuchado innumerables veces en estas últimas horas), hay que respetar. Francia es una selección que nos ha eliminado las últimas veces que nos enfrentamos a ellos. Nos ganó en la final de su Eurocopa. Nos ganó en la Eurocopa de Holanda/Bélgica (ellos fueron campeones), nos eliminaron en cuartos en el Mundial de Alemania. Es un buen momento para revertir los papeles, el mejor momento para dar la vuelta a la tortilla… francesa.

Marcó Suecia un golazo. Ese Ibrahimovic, además de grandullón, mal encarado y chulesco, es un genio. Francia recibió un certero crochet al mentón. La orgullosa Francia de Laurent Blanc besó la lona. Los comentaristas de la tele haciendo cábalas y quejándose de nuestra maldita suerte. En la radio, lo mismo: el que menos se rasgó las vestiduras. 'La France, horreur'. Durante una hora y pico tuve que escuchar todo tipo de lamentos. Al final llegué a dos conclusiones: que, en lugar de España, somos la selección de Andorra y que, a decir verdad, tenemos más de lo que nos merecemos.

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