Es noticia
El Málaga, ya en octavos, es el coco de la Champions
  1. Deportes
  2. No hay Estrellas
José Manuel García

No hay Estrellas

Por

El Málaga, ya en octavos, es el coco de la Champions

El agónico empate del Real Madrid ante el Dortmund ha puesto un gramo de sordina a la gesta de otro equipo español, Málaga CF, que está

Foto: El Málaga, ya en octavos, es el coco de la Champions
El Málaga, ya en octavos, es el coco de la Champions

El agónico empate del Real Madrid ante el Dortmund ha puesto un gramo de sordina a la gesta de otro equipo español, Málaga CF, que está rompiendo todas las ventanas de las previsiones y que, como antaño hiciera el Villarreal, vuela en Champions como un F-18, dejando a todos con la boca abierta. El Málaga se ha empeñado en quebrar vaticinios y muestra a toda Europa esa cara romántica del mito del pequeño gigante que a veces nos regala el fútbol.

El equipo del ingeniero Manuel Pellegrini ya está en octavos y eso que sólo faltan dos partidos para concluir la liguilla de clasificación. Nadie ha podido batirle: ni el histórico Milan ni el multimillonario Zenit ni, por supuesto, el Anderlecht. A todos se enfrentó el Málaga y todos bebieron a morro la calidad de Isco y Joaquín, y se dieron de bruces ante el murallón que forman Demichelis y Wellington, o la tela de acero y fútbol que construyen  Iturra Toulalan o Camacho. Aparte de la calidad innata de estos futbolistas (no debemos olvidar a Willy Caballero, el meta, o Jesús Gámez o Eliseu, un jugador tan veloz que parece pariente de Speedy González ), el mérito se multiplica por tres cuando uno sabe que, como cualquier españolito o griego que se tercie, llega el fin de mes y nadie cobra, porque la caja del Málaga presenta telarañas y roña, una vez que el jeque  Abdullah Al-Thani, un bluf muy a tener en cuenta, dejó de hacerse fotos con los grandes de nuestro fútbol y cerró el grifo de los dólares.

“El equipo que nos toque en octavos de Champions nos tiene que demostrar que es mejor”, ha dicho orgulloso Pellegrini, un tipo serio y cuajado, que ha librado con mano de seda batallas  épicas en Europa (todavía duele el penalti errado por Román Riquelme aquella noche de semifinales frente al Arsenal…) como director técnico del Villarreal, sin obviar su etapa  como responsable de un banquillo tan lujoso y caliente como es el del Real Madrid.

Ahora, Pellegrini encara una aventura de rosas con un montón de espinas. En el cuadro costasoleño hace que sus pupilos remonten escarpadas dificultades y muestren unas hechuras de equipo bien armado, un grupo que combina calidad y fuerza, velocidad y definición, una botella  que llena de equilibrio y armonía a este Málaga rocoso y lleno de fútbol.

Un equipo que ha llegado antes que nadie a los octavos de Champions esgrimiendo insólitos poderes de campeón. Ahí andan sus números: ocho goles marcados y tan sólo uno encajado; diez puntos. Con uno más, iría de líder de su grupo y, por tanto, encararía a rivales de menor envergadura, aunque tal y como están las cosas, el equipo que se mida al Málaga, se llame como se llame o tenga repleta sus vitrinas de títulos, no podrá saltar henchido de júbilo. Porque le habrá tocado un marrón.  Un marrón albiazul llamado Málaga.

El agónico empate del Real Madrid ante el Dortmund ha puesto un gramo de sordina a la gesta de otro equipo español, Málaga CF, que está rompiendo todas las ventanas de las previsiones y que, como antaño hiciera el Villarreal, vuela en Champions como un F-18, dejando a todos con la boca abierta. El Málaga se ha empeñado en quebrar vaticinios y muestra a toda Europa esa cara romántica del mito del pequeño gigante que a veces nos regala el fútbol.

Champions League