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El Mago Herrera tenía más gracia que Mou cuando salía a los medios
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José Manuel García

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El Mago Herrera tenía más gracia que Mou cuando salía a los medios

En plena tormenta del desierto, con el gran adversario batiendo récords numéricos, el Real Madrid parece una olla hirviendo con los garbanzos a punto de reventar.

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El Mago Herrera tenía más gracia que Mou cuando salía a los medios

En plena tormenta del desierto, con el gran adversario batiendo récords numéricos, el Real Madrid parece una olla hirviendo con los garbanzos a punto de reventar. El ciclo madridista de José Mourinho no tiene tan lejos el horizonte, después de las numerosas transgresiones de la línea roja. Ni una victoria clara frente al Atlético ha borrado el gesto vinagre de los rostros de la dirigencia blanca. El idilio que mantenía Mou con la cúpula del Real Madrid se ha difuminado en el agua. Y se vislumbra ruptura en junio de 2013. A Florentino Pérez ya no le hacen gracia los chistes del portugués.

A FP no se le borra el gesto crispado que se le quedó el pasado sábado cuando José Mourinho, como el partenaire de Carmen de España, en solitario plantó sus zapatillas en el césped y miró a los tendidos medio vacíos del Bernabéu dispuesto a recibir pitos, flautas, bendiciones, improperios y alguna lagartija de boca. En el palco miraban horrorizados: “¿Y si algún loco le da por saltar, le endiña una colleja y el míster le responde?”, preguntó un personaje muy cercano al presidente. No ocurrió nada, pero a Florentino aquel gesto de Mou, imitación sui géneris al que realizó el legendario Helenio Herrera, le sentó como si le hubieran clavado dientes de tigre en la parte más sensible de su cuerpo. FP, cansado de los incendios internos provocados por el fuerte carácter acaparador del luso, ya no quiere saber más, sólo pasar página y que termine el año de la mejor manera: ¿Ganando la Champions se iría Mourinho? Incluso ganándola. Ocurrió en el Inter, no se extrañen.

Helenio Herrera, que fue entrenador del Atlético, del Sevilla, del Barcelona y del Inter, tenía una personalidad arrolladora. El argentino, listo como los ratones coloraos en pleno invierno, mandaba calentar a los suyos a los vestuarios y decía a sus jugadores. “Esperadme aquí, que ahora vuelvo”. Y se marchaba él solo al centro del campo, las manos en los bolsillos, el gesto distraído, como el que ha perdido una moneda de cinco duros, se ponía a rascar el césped con la punta del zapato. La bulla de la grada era monumental, los improperios de todos los colores y alcance. A H-H lo vestían de limpio y ensuciaban un montón de veces. El Mago aguantaba el chaparrón unos tres o cinco minutos, y cuando el técnico observaba cansancio y decaimiento, bajaba al vestuario y exclamaba a los jugadores: “Ea, ya está cansado (el público), ahora os toca a vosotros”.

Helenio Herrera repitió varias veces el gesto a lo largo de la carrera. Es muy posible que alguien del Inter se lo contara a Mourinho y el portugués haya incorporado la acción a su repertorio, pero con matices importantes. El Mago Herrera lo hacía en campo hostil y con la intención de rebajar adrenalina en el aire y cargar las pilas a su equipo. En el caso de Mou, el campo era el Bernabéu, y sus intenciones no han quedado del todo claras: ¿Pretendía un plebiscito, mirar el hueco de las nubes por donde se filtraba la luna, enardecer a los suyos? Ninguna de esas circunstancias, me temo. Florentino Pérez hizo el sábado sus propias conclusiones: Mourinho va a su bola.

En plena tormenta del desierto, con el gran adversario batiendo récords numéricos, el Real Madrid parece una olla hirviendo con los garbanzos a punto de reventar. El ciclo madridista de José Mourinho no tiene tan lejos el horizonte, después de las numerosas transgresiones de la línea roja. Ni una victoria clara frente al Atlético ha borrado el gesto vinagre de los rostros de la dirigencia blanca. El idilio que mantenía Mou con la cúpula del Real Madrid se ha difuminado en el agua. Y se vislumbra ruptura en junio de 2013. A Florentino Pérez ya no le hacen gracia los chistes del portugués.