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José Manuel García

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Al Atlético le han tomado la matrícula

El Cholo tiene trabajo, sobre todo con los nuevos, para que se aprendan pronto los conceptos y se ajusten el mono de trabajo. Al Atleti le han tomado la matrícula...

Foto: El Olympiacos se impuso a un Atlético de Madrid que falló más de la cuenta (EFE)
El Olympiacos se impuso a un Atlético de Madrid que falló más de la cuenta (EFE)

"Todos los entrenadores estudiamos a los rivales, pero el trabajo de los jugadores ha sido increíble. Hemos sacado el partido y estamos encantados. Hemos hecho un poco de Atlético de Madrid y les hemos sorprendido". Eran palabras del español Michel, entrenador del Olympiacos griego, equipo que sorprendió al Atlético en su debut en Champions al darle de probar su propia medicina.

La clave de los últimos títulos cosechados por el Atlético de Madrid del Cholo Simeone (campeón de la última Liga, subcampeón de la Champions) ha sido muy sencilla: la pelota la tenía el rival. El Atlético se limitaba a mantener la posición, meter adrenalina a ras de hierba, presión sofocante al rival hasta conseguir desquiciarle, emparedar su área y, en las jugadas a balón parado, sacar el libreto, apuntar bien y que la pelota se dirigiera a las cabezas de Miranda, Raúl García, Diego Costa y Godín, sobre todo Godín.

Gabi y Mario (o Tiago) eran los diques de contención en el medio, la sala de máquinas con medidores de intensidad y proclamas;por delante, haciendo el movimiento de la pinza del cangrejo (de fuera adentro); Koke, Arda Turan y Raúl García (David Villa y Adrián también tuvieron su participación, pero el papel de ambos se diluyó en el cómputo final de la temporada) elaboraban jugadas y ejercían el engarce con Diego Costa, el hombre solo, el vigía que aparecía en todas las posiciones.

Con Miranda y Gabi en la parcela central de la defensa y Juanfran y Filipe Luis como guardianes de la banda, arropados por Courtois, el Atlético jugaba con los ojos cerrados. Su programa sonaba a simple: agresividad, esfuerzo máximo, concentración extrema, una tensión eléctrica y siempre bordeando los límites del cortocircuito o el incendio. Se encontraba el Atlético con el papel tan asimilado que podía ponerse a cenar tranquilamente a una cuarta del abismo. Y así podía ser: campeón de Liga y la 'orejona'de la Champions esfumándose en el último soplido…

Pero el Atlético ha cambiado de unos meses a esta parte. Courtois, Filipe Luis y Diego Costa, tres pilares de los últimos tiempos, volaron al Chelsea y los dirigentes del club rojiblanco, aconsejados por Simeone, apostaron por mirar de frente al fútbol y dar paso al talento.

Ya no están Diego Costa ni David Villa, tampoco Adrián, pero vinieron Mandzukic, el mexicano Giménez, el italiano Cerci y, sobre todo, el francés Griezmann. De la banda izquierda desapareció Filipe Luis pero aterrizaron Siqueira y Ansaldi, dos laterales con buen manejo de la pelota, vocación ofensiva y dispuestos engullir los puntos más espinosos de la filosofía del Cholo.

Pero el Cholo quiere dar un paso más, que el Atlético se haga amigo de la pelota, invertir en talento. Por eso insistió en anclar su proyecto sobre la figura de Koke, seguir dando protagonismo al mago Arda Turan; por eso dio su visto bueno a la incorporación del francés Griezmann, la inversión más fuerte del Atlético, y apostó por el talentoso Cerci. El paso delante del Atlético no significa rebajar gramos en agresividad y tensión, significa mirar de frente al fútbol, hacerse dueño de la pelota.

Y por ahí llegaron los dos encontronazos imprevistos en lo que va de temporada. Frente al Rayo y el martes en El Pireo, feudo del Olympiacos. En ambos partidos, casualmente, el Atlético ha sido el dueño de la posesión de la pelota en un porcentaje elevado y, sin embargo, la victoria se le escapó. En el caso de Grecia, la situación terminó en sangre: derrota y tres goles encajados, lo que no deja de interpretarse como una afrenta en un equipo tan meticuloso en las tareas defensivas como es el Atlético.

Simeone no lanza gasolina al incendio. Obviando el mal rato que pasó, el argentino rebaja dramatismo a la situación vivida en el Kariskakis: "Para mí el equipo atacó bien ytuvo situaciones en el primer tiempo muy claras, pero ellos fueron contundentes a la hora de atacar", dijo el técnico, y añadió una frase que descubre su fastidio: “Fue un partido en que nos lastimaron en jugadas particulares”.

Con la Champions cuesta arriba, el Cholo tiene trabajo por delante, sobre todo con los nuevos, que se aprendan pronto los conceptos y se ajusten el mono de trabajo. Pronto y ya. Porque a este Atlético los equipos le han tomado la matrícula.

"Todos los entrenadores estudiamos a los rivales, pero el trabajo de los jugadores ha sido increíble. Hemos sacado el partido y estamos encantados. Hemos hecho un poco de Atlético de Madrid y les hemos sorprendido". Eran palabras del español Michel, entrenador del Olympiacos griego, equipo que sorprendió al Atlético en su debut en Champions al darle de probar su propia medicina.

Diego Simeone Diego Costa
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