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Un frustrado e incomprendido Bale se quiere marchar del Real Madrid
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José Manuel García

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Un frustrado e incomprendido Bale se quiere marchar del Real Madrid

A este Real Madrid dolorido le ha salido un imprevisto desconchón: Gareth Bale. El futbolista galés, muy disgustado por su escaso papel estelar, ha pedido dejar el Real Madrid. Se quiere marchar

Foto: Gareth Bale no ha cumplido esta temporada como se esperaba de él (EFE)
Gareth Bale no ha cumplido esta temporada como se esperaba de él (EFE)

Es lo que sucede cuando dos saurios (Real Madrid y Barcelona) del fútbol se disputan un bocadillo: que solo uno queda satisfecho. El otro pasa hambre y le come la tristeza. O el orgullo. Le ha pasado al Real Madrid este año, que salvó los muebles con el Mundialito de Marruecos, pero llega a la línea de meta de junio con el rostro tenso y el corazón hecho jirones. A este Real Madrid dolorido le ha salido imprevisto desconchón: Gareth Bale. El galés, disgustado por su poco estelar papel, ha pedido dejar el Real Madrid. Se quiere ir.

Gareth ha mirado hacia atrás, ha hecho acopio de pros (Champions League de Lisboa yy Mundialito) y contras, y la balanza cae del lado negativo. Todo se ha acrecentado en el segundo tramo de la campaña, donde las lesiones le han castigado pero otras circunstancias le han mortificado con más dureza si cabe. El futbolista galés, campeón de muchas cosas, salió el día de la Juventus entre pitos de la grada y cuando iba a abandonar el recinto, triste y cansado, su vehículo fue zarandeado por unos cuantos madridistas encolerizados por la eliminación europea. La pagaron con Bale. Y este hecho ha dejado muy tocada la moral del zurdo galés, que siente un alto grado de infravaloración por parte del club, sentimiento acrecentado en las últimas fechas.

El ex jugador del Tottenham se ha puesto en contacto con sus agentes para que estos cuenten lo sucedido en el club y lleguen a un arreglo amistoso. Bale quiere que atiendan las numerosas peticiones de traspaso que el Real Madrid tiene en su mesa, en especial las provenientes de la Premier League: Manchester United, Manchester City, incluso el Tottenham, se muestran muy interesados en la repatriación del zurdo galés.

Cansado de jugar por la derecha

A Bale le dolió sobremanera que su esfuerzo del pasado miércoles ante la Juventus tuviera una agria respuesta de una parte de la grada. El jugador lo intentó de mil maneras (sin duda fue el futbolista de blanco que más veces se aventuró), pero sus remates no encontraron puerta. Además de extenuado, su frustración era grande porque el balón no encontró el objetivo del gol.

Aunque jamás hará público sus pensamientos, Bale está muy cansado de jugar en la banda derecha, siendo más zurdo que Paco Gento. El futbolista ha comentado que esa posición de ‘pierna cambiada’le perjudica notablemente, incluso le perjudica a nivel físico, temiendo sufrir una lesión grave. Gareth prefiere dibujar su juego desde su puesto natural, exterior izquierdo, donde su velocidad es tremenda y sus centros infalibles. Su fútbol escalaría dos peldaños, mínimo.

Pero la banda zurda pertenece en exclusiva a Cristiano Ronaldo, poco proclive a las permutas (lo que demanda el galés) y motivo principal del gran enfado (indisimulado) de Bale con el mediático compañero, al que tilda de egocéntrico y, sobre todo, egoísta.

Ancelotti crispa al galés

Bale, que es un consumado especialista en las diagonales, se queda a mitad de camino, pues su partenaire de la banda zurda, cada día más estático, no realiza la misma faena. Bale mira de reojo al banquillo. Pero en las últimas semanas, Carlo Ancelotti ni siente ni padece. El italiano se muestra inamovible y su silenciosa respuesta crispa los ánimos de Bale. El futbolista ha dicho a sus agentes que ya no soporta que sus demandas encuentren una respuesta tan plana por parte de alguien que tiene en su mano la llave de la solución al conflicto. Ancelotti, cuyo puesto peligra cada día, tiene el respaldo de los pesos pesados del vestuario.

La directiva blanca se ha encontrado con una ‘patatacaliente’. La zona noble del Bernabéu, poco propensa a sofocar incendios, se ha chocado con uno de proporciones considerables. Florentino, que hace unos meses dejó ver su intención de abrir la mano al traspaso de Cristiano Ronaldo, ha enmudecido. Al presidente le han llegado desde varios puntos las ‘desconexiones’ de su máxima estrella con algunos miembros del plantel. La ‘ausencia’ de CR7 en el decisivo partido de la Juventus, mezclado con los exagerados gestos en la celebración de los goles en el intrascendente partido contra el Espanyol, es un cigarrillo encendido junto a un tonel de gasolina. La máxima temperatura llegará este verano, mucho más en el Real Madrid.

Es lo que sucede cuando dos saurios (Real Madrid y Barcelona) del fútbol se disputan un bocadillo: que solo uno queda satisfecho. El otro pasa hambre y le come la tristeza. O el orgullo. Le ha pasado al Real Madrid este año, que salvó los muebles con el Mundialito de Marruecos, pero llega a la línea de meta de junio con el rostro tenso y el corazón hecho jirones. A este Real Madrid dolorido le ha salido imprevisto desconchón: Gareth Bale. El galés, disgustado por su poco estelar papel, ha pedido dejar el Real Madrid. Se quiere ir.

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