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Ferrari puede ganar en los despachos, pero no en la pista
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Andy Soucek

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Ferrari puede ganar en los despachos, pero no en la pista

Parece obvio afirmar que quien se proclama campeón del Mundo es aquel que ha sumado más puntos a lo largo de la temporada, sin embargo, no

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Ferrari puede ganar en los despachos, pero no en la pista

Parece obvio afirmar que quien se proclama campeón del Mundo es aquel que ha sumado más puntos a lo largo de la temporada, sin embargo, no siempre ocurre así. Vettel logró tres puntos más que Alonso, para así proclamarse por tercer año consecutivo en campeón del Mundo de F1. Pero la polémica surgida en las redes sociales y prensa tras las imágenes del adelantamiento de Vettel e Vergne bajo bandera amarilla hace que cada individuo pueda pensar diferente al resultado oficial.

La mayor satisfacción para un piloto es ganar en la pista. Pero quién sabe, si Ferrari recurriera a la FIA, tras la caótica carrera de Interlagos aún nos podemos esperar cualquier cosa. Al principio de la carrera, tras el golpe de Senna a Vettel, parecía que el caprichoso destino iba por fin a premiar a Alonso. Nadie habría estado en contra, porque en el fondo todos sabemos que Fernando ha sido el mejor este año y ha pilotado de forma magistral, sacando petróleo de un Ferrari poco competitivo. No pudo ser en la pista, pero sí es posible –si Ferrari recurriera- en los despachos

Tras analizar los momentos decisivos de la carrera -y gracias a los vídeos desde diferentes ángulos-, queda claro Vettel adelanta justo antes de la bandera verde, bajo bandera amarilla y con la luz de su volante parpadeando en amarillo. También es cierto que el adelantamiento se produce quince metros antes de la luz verde y a una velocidad muy alta, por lo que es difícil para el piloto medir la referencia.

¿El beneficio de la duda?

Si los comisarios no sancionaron sobre la marcha, fue porque quizás concedieron al alemán el beneficio de la duda. O, simplemente, no analizaron la acción con detenimiento en una carrera de por sí muy compleja en todos los frentes. Pero, independientemente de esto, cabe la posibilidad de que se viva un capítulo nuevo, lamentablemente, fuera del asfalto. A mí, desde luego, me ocurrió en el pasado.

Fue en 2006 y corríamos las World Series by Renault, en la que participaban Maldonado y el propio Vettel.  Durante la carrera de Misano (Italia), el venezolano venció en la primera manga, Sebastian Vettel terminó segundo y yo tercero. Sin embargo, al terminar el día, y tras las verificaciones técnicas, los comisarios descalificaron a Maldonado por irregularidades técnicas en su monoplaza. Me enteré en el hotel, relajado, y pensando en la carrera del domingo. Pero me alegré porque sabía que esos puntos extra me ayudarían de cara al final de la temporada.

El ganador de la carrera tras la descalificación de Maldonado, fue el recién incorporado al programa de Red Bull, Sebastian Vettel.

Aquella historia tuvo trascendencia entonces, pero más a final de año, en la última cita de Montmeló. Varios pilotos  nos jugábamos el campeonato: el propio Maldonado, Álvaro Parente, Alx Danielsson, Borja García y yo. Salí líder de la penúltima carrera y el domingo me servía un simple quinto puesto, pero un incidente entre Kerr y Rositter me hizo perder el control y tuve que retirarme. Terminé con una espina clavada, pero satisfecho, porque terminé como subcampeón en el año de mi debut.

Los abogados que me quitaron el subcampeonato, los de Ferrari

Si el capítulo estaba cerrado en la pista, no lo estaba en los despachos. Los abogados de Maldonado (que casualmente eran los mismos que utiliza la Scudería Ferrari), apelaron su descalificación de Misano y consiguieron ganar el tema en los tribunales. Con ello, perdí mi posición en el campeonato, e incluso me reclamaron y tuve que devolver el trofeo que me acreditaba como subcampeón porque a Maldonado le devolvieron los puntos de una carrera en la que su coche era manifiestamente antirreglamentario. Terminé cuarto en un campeonato ajustadísimo que había liderado hasta la última cita. La moraleja es que, aunque el campeonato haya terminado en la pista, las cosas pueden cambiar después.

Ahora, extrapolo todo a la actualidad y  puedo imaginar que los abogados de Ferrari harían lo mismo que entonces. En este caso, con mucha más razón porque sería una forma de que la Scudería le podría devolver a Fernando todo lo que no le ha podido devolver en la pista. Ferrari tiene la oportunidad de aferrarse al único clavo ardiendo que les queda, luchar por el triunfo en los tribunales.

Este es un asunto con mucho en juego, intereses económicos, sí, pero ante todo la reputación, orgullo y dignidad de quién todo el  mundo considera el campeón espiritual de 2012.

Parece obvio afirmar que quien se proclama campeón del Mundo es aquel que ha sumado más puntos a lo largo de la temporada, sin embargo, no siempre ocurre así. Vettel logró tres puntos más que Alonso, para así proclamarse por tercer año consecutivo en campeón del Mundo de F1. Pero la polémica surgida en las redes sociales y prensa tras las imágenes del adelantamiento de Vettel e Vergne bajo bandera amarilla hace que cada individuo pueda pensar diferente al resultado oficial.