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España se la juega con el rugby: ¿será una moda o crearemos cultura?
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Patricia García Rodríguez

Rugby Passion

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España se la juega con el rugby: ¿será una moda o crearemos cultura?

España y el rugby en 2016: final de la Copa, la del top 14 en el Camp Nou, los Juegos de Río, el Central lleno en la final del Europeo y en el amistoso contra Tonga, el Tonga-EEUU, Alhambra Nievas...

Foto: Un momento y ritual especial antes de patear (Foto: patriciagarciarodriguez.com).
Un momento y ritual especial antes de patear (Foto: patriciagarciarodriguez.com).

Hay algo que caracteriza al rugby… esa forma que tiene de echar raíces dentro del corazón de las personas, eso que hace que siempre quieras más. Más partidos, más entrenamientos, más rugby. Esa pasión arraiga y siembra la semilla del entusiasmo por conocer qué hay más allá. Fue esa ambición la que me llevó a viajar a Francia hace casi 6 años. Conocer un país tan cercano en el que el rugby se vive de una forma tan diferente. Aquí, el rugby está creciendo. Allá, el rugby lleva años formando parte de su cultura. Era ese reto a nivel tanto personal como deportivo lo que me movía, uno de los primeros pasos para superar mis límites. Salir de mi zona de confort, buscar nuevas emociones, nuevas sensaciones. El rugby me mostró nuevas facetas de mí misma y del juego y me posibilitó conocer un país en el que el rugby se vive de una forma tan diferente, pues forma parte de él, ya es una tradición.

Crece el rugby y crece su cultura

Qué pequeño es el mundo. Después de dos temporadas en Francia, quise dar otro paso más y viajar al otro lado del mundo hasta Nueva Zelanda, la meca del rugby. Allí este deporte forma parte de la cultura de una forma tan profunda que muchos kiwis, o neozelandes@s, se identifican más con la bandera de los All Blacks y las Black Ferns, de color negro con un helecho plateado, que con la propia bandera nacional. Los valores del rugby se mezclan con los propios de la cultura del país: compañerismo, humildad, ambición, respeto. Una cultura donde el/la jugador/a tiene importancia por sí mism@ porque su objetivo final está siempre vinculado a su equipo: dejar la camiseta en un lugar mejor de donde la encontraste; llegar más alto, haciendo que el equipo llegue más alto. Mi primer año en Nueva Zelanda tuve el privilegio de compartir casa con el internacional tongano Ben Tameifuna, uno de los mejores y más reconocidos pilieres del mundo, que en ese momento jugaba para los Waikato Chiefs, y que personifica el valor de la humildad. Yendo con él por la calle, la gente lo paraba para sacarse fotos y pedirle su autógrafo. Un grande de los más grandes, que nunca dejaba que su nombre y su carrera fueran mayores que su objetivo y su forma de ser. La verdadera grandeza consiste en hacer que tus compañer@s se sientan grandes.

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Después de esas temporadas en Nueva Zelanda en la #NZexperience, volví a España a compartir lo que había aprendido. Por su parte, Ben fichó para el Racing 92 de París, uno de los clubs que juegan el top 14, la liga francesa de mayor nivel. Qué pequeño es el mundo. Ben ha venido a Francia a jugar, y se ha desplazado este fin de semana a Madrid para jugar con Tonga, donde nos hemos encontrado. Yo, después de jugar en Francia, Nueva Zelanda y España, vuelvo este año a Francia a jugar el top 8, la Campeonato Nacional Francés de Rugby XV, con el BSORF, en Toulouse.

Viviendo con el tongano Ben Tameifuna en Nueva Zelanda.

Es verdad que el rugby está creciendo. Durante estos últimos años en España el rugby ha vivido un desarrollo espectacular, tanto en el aumento de clubs y jugador@s como en la mejora del nivel. La juventud del rugby en nuestro país le da una energía que hace posible este desarrollo. Hace apenas 20 años no existía ninguna competición nacional femenina, y solo hace 6 años que existe la División de Honor. Cruzando la frontera por el norte, nos encontramos con un Campeonato Nacional Femenino que lleva desde 1972 enfrentando equipos de todo el país. En Francia, el rugby es uno de los deportes mayoritarios. Además de la madurez de los clubs y del juego, eso significa que hay una serie de costumbres muy arraigadas. Hay una costumbre muy bonita que he vivido en todos los clubs en los que he estado, la mise en place, la “puesta en escena”, lo que en inglés se llama captain’s run. En el entrenamiento previo al partido el capitán o la capitana dirige una sesión en la que se practican una serie de situaciones con las que el equipo tendrá que lidiar el día del partido. Después de ese entrenamiento, todo el equipo cena junto.

Todo un estadio sólo para mí

Hay detalles que marcan. Hierba mojada, el cielo gris. Los palos y yo. Coloco el balón y me detengo antes de patear. Un estadio totalmente vacío. Fin de semana sin partido, he venido al estadio del Stade Bordelais. Mi entrenador me ha dejado las llaves para que pueda entrar y entrenar. Todo un estadio solo para mí. Recuerdo bajar antes de cada entrenamiento al campo del Olímpico de Pozuelo, donde cada día buscaba un trozo de campo que no estuvieran utilizando para entrenar otros equipos, otros deportes, para entrenar la patada.

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A veces también el clima ayuda. En Francia la mayoría de equipos tienen dos campos, uno para entrenar y otro para jugar el fin de semana. El campo de juego se respeta muchísimo y no se utiliza nunca. Es muy normal que en cualquier pueblo haya un club de rugby con sus dos campos de hierba natural, uno de juego y uno de entrenamiento.

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El rugby está creciendo. Se está poniendo de moda en España un deporte que tiene algo que diferente: una cultura y una forma de ver la vida especial. Se está poniendo de moda un deporte en que se trata al árbitro de usted y cuya decisión se respeta incluso sabiendo que se ha equivocado. Se está poniendo de moda un deporte en que el/la contrari@ es aplaudid@ al final del juego e invitad@ a comer y beber para agradecer que hayan hecho posible el partido. Está creciendo un deporte en el que aún miles de personas, como buena afición respetan con su silencio la concentración del deportista (incluso siendo éste del equipo visitante); un deporte que lleva al límite nuestras capacidades físicas, mentales y emocionales; un deporte en que tu compañer@ forma parte de tu familia. En nuestras manos está dejar que pase la moda o sacar lo mejor de este deporte y perseverar su cultura y su forma de ver y de servir a vida, a las personas y a la sociedad…

Hay algo que caracteriza al rugby… esa forma que tiene de echar raíces dentro del corazón de las personas, eso que hace que siempre quieras más. Más partidos, más entrenamientos, más rugby. Esa pasión arraiga y siembra la semilla del entusiasmo por conocer qué hay más allá. Fue esa ambición la que me llevó a viajar a Francia hace casi 6 años. Conocer un país tan cercano en el que el rugby se vive de una forma tan diferente. Aquí, el rugby está creciendo. Allá, el rugby lleva años formando parte de su cultura. Era ese reto a nivel tanto personal como deportivo lo que me movía, uno de los primeros pasos para superar mis límites. Salir de mi zona de confort, buscar nuevas emociones, nuevas sensaciones. El rugby me mostró nuevas facetas de mí misma y del juego y me posibilitó conocer un país en el que el rugby se vive de una forma tan diferente, pues forma parte de él, ya es una tradición.

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