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La tierra prometida de Rafa Nadal y el Dorado de Novak Djokovic
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Álvaro Rama

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La tierra prometida de Rafa Nadal y el Dorado de Novak Djokovic

Llega el polvo de ladrillo europeo al circuito masculino. Y existe la incertidumbre de conocer si Rafa Nadal escalará peldaños en su versión actual en la superficie que mejor se le da

Foto: Llega la época de la tierra batida, la superficie en la que Rafa Nadal se maneja a las mil maravillas (EFE)
Llega la época de la tierra batida, la superficie en la que Rafa Nadal se maneja a las mil maravillas (EFE)

Llega el polvo de ladrillo europeo al circuito masculino y con él uno de los capítulos más esperados de la temporada. Por lo incompleto de la obra de Novak Djokovic, queda la curiosidad de saber si alcanzará su mayor objetivo presente en Roland Garros. Por el respeto del gran dominador histórico, queda la incertidumbre de conocer si Rafa Nadal escalará peldaños en su versión actual. Por el surgimiento de terceras partes (Andy Murray, sobre una superficie nunca asaltada, se desató con dos coronas en 2015; Stan Wawrinka, como convidado de piedra, se reservó el mayor premio el año anterior), queda la expectativa de una competencia desatada.

El jugador más solvente de todos los tiempos sobre la arcilla se reencuentra con la superficie. La gira sudamericana, quedando a dos pasos de la copa en Buenos Aires y Río de Janeiro, contempló a un jugador con dificultades para levantar el vuelo incluso en su terreno más favorable. La actuación de Indian Wells (su retirada del torneo por motivos de salud impidió hacer una lectura de continuidad en Miami) dejó destellos de auténtica mejora. ¿Se verá trasladado este proceso al polvo de ladrillo? ¿Las distancias con sus rivales se acortarán? ¿Tiene un horizonte de esperanza el balear en los torneos de las próximas semanas?

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La temporada de tierra, con la especial particularidad de Roland Garros, ha compuesto un elemento de calma en las campañas del balear durante su carrera. En distintas ocasiones el jugador ha afirmado, tras pasar por París, en los cursos donde su dominio rozaba lo incuestionable, que el resto del año se veía con otros ojos. Es complicado establecer un panorama de este tipo en 2016. En realidad, el balear ha venido compitiendo con mayor estabilidad en certámenes de pista dura en el último año y medio. Sin embargo, sus actuaciones en la superficie pueden actuar como un sólido sostén en el ranking. Sus mejores resultados en las tres mayores categorías del circuito fueron registradas sobre polvo de ladrillo. Tanto en Grand Slam (cuartos de final en Roland Garros), como en Masters 1000 (final de Madrid), como en ATP 500 (título de Hamburgo), el de Manacor afronta una defensa de puntos importante para mantener su posición entre los cinco primeros del circuito.

El último gran reducto

No obstante, su carrera se encamina hacia una sequía de dos años en torneos de calibre notable, con el torneo de Madrid 2014 como último gran brillo en su expediente. Buscar la mejor versión en la superficie que plantea un juego más táctico, menos predisposición al juego recto que va imperando y un mayor conocimiento histórico, ¿puede mantener al balear en una línea ascendente?

El dominio de Novak Djokovic se adentra en el bastión pendiente. En su destino hacia la historia, la conquista de la tierra, el número 1 tiene en este tramo del año la oportunidad para terminar de plantar su nombre en los libros. Tras un arranque de temporada inmaculado, sin derrotas en partidos completos hasta la llegada de abril, el de Belgrado afronta en cada torneo previo a Roland Garros una oportunidad psicológica respecto a sus rivales. Esa es la realidad: al llegar al polvo de ladrillo Djokovic no conoce la derrota. Montecarlo, Madrid y Roma, al tiempo que marcarán una cuenta atrás en dirección a Roland Garros, supondrán un escenario mental en la superficie.

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Los formatos serán distintos al del Grand Slam, las circunstancias probablemente serán diferentes antes y después de rodarse en la gira, y la presión por alcanzar lo hasta ahora esquivo puede influir en el rendimiento. Pero la oportunidad de subrayar su dominio es evidente: entre el Monte-Carlo Country Club, la Caja Mágica y el Foro Itálico, Djokovic ha sido capaz de acumular hasta siete Masters durante su trayectoria profesional, todo un mérito al compartir era con Rafael Nadal. Va a tocar un terreno más que conocido, con condiciones ajustables a su estilo total en el fondo de pista.

Nole y su plan de ataque psicológico

Ganar Roland Garros vuelve a ser la puerta que tiene que derribar Novak para completar un currículo ya escrito en mayúsculas. Tras hacerse con el récord de Masters 1000, toda una muestra de regularidad en una época de figuras históricas, su decisión de regresar al Mutua Madrid Open dos años después vuelve a colocar bajo sus piernas un calendario completo de tierra batida. Una lucha por todos los torneos en plena fase de esplendor.

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El síntoma es evidente: Djokovic busca asaltar de una vez por todas la tierra batida, trazando un plan de ataque psicológico desde el primer punto con la mirada final puesta en la Philippe Chatrier. Doblando en puntos al segundo clasificado, sumando de hecho más unidades que el número 2 y el número 3 juntos, nunca pareció más preparado para lograrlo. En 2015, apenas un Wawrinka monumental, rayando un nivel con escaso precedente, y una tensión que atenazó sus nervios pudieron frenar a Novak.

Si Djokovic logra coronar la superficie habrá firmado algo más que una gesta. Si la cúspide del circuito se encuentra entre sus manos, dominando el número 1 en cuatro de las últimas cinco temporadas tras abrirse paso entre Roger Federer y Rafael Nadal, una de las grandes rivalidades de siempre, la altura histórica del jugador de Belgrado tomaría muchísimos metros. Sea cual sea el desenlace, este tramo del curso se antoja fundamental para el devenir de los próximos meses en el circuito masculino.

Llega el polvo de ladrillo europeo al circuito masculino y con él uno de los capítulos más esperados de la temporada. Por lo incompleto de la obra de Novak Djokovic, queda la curiosidad de saber si alcanzará su mayor objetivo presente en Roland Garros. Por el respeto del gran dominador histórico, queda la incertidumbre de conocer si Rafa Nadal escalará peldaños en su versión actual. Por el surgimiento de terceras partes (Andy Murray, sobre una superficie nunca asaltada, se desató con dos coronas en 2015; Stan Wawrinka, como convidado de piedra, se reservó el mayor premio el año anterior), queda la expectativa de una competencia desatada.

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