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Rafa Benítez escupió hacia arriba: su Real Madrid de PlayStation, otra vez a cero
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Kike Marín

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Rafa Benítez escupió hacia arriba: su Real Madrid de PlayStation, otra vez a cero

Apenas tres días le duró el liderato al Real Madrid tras su empate sin goles ante el Málaga. Dos años llevaban los blancos sin quedarse a cero en el Bernabéu. ¿Es este el equilibro que quiere su técnico?

Foto: Rafa Benítez, con Cristiano al fondo, tras el empate del Real Madrid ante el Málaga (EFE)
Rafa Benítez, con Cristiano al fondo, tras el empate del Real Madrid ante el Málaga (EFE)

"El béisbol es un 90% mental y la otra mitad es física", dijo el recientemente fallecido Yogi Berra. Parafraseando al mítico beisbolista estadounidense, podría decirse que Rafa Benítez cree que el fútbol es un 90% de los futbolistas y la otra mitad, del entrenador. Como conductista convencido que es, el técnico del Real Madrid sería feliz si pudiera dirigir a sus jugadores con un mando a distancia.

Rafa presume de llegar el primero a Valdebebas y marcharse, no solo el último, sino a última hora del día. Al igual que hizo durante su estancia en Nápoles, el madrileño ha dejado a su familia en Liverpool, de ahí que tampoco tenga prisa para irse a casa. Como él mismo reconoció, no le importaría quedarse a dormir en la ciudad deportiva del Real Madrid. Para él, el trabajo es lo primero, de ahí la importancia que conceda a tener todo bajo control, algo que llega a saturar a sus futbolistas, de ahí que sean pocos los que guarden un buen recuerdo de él.

"Quiero atacar igual y defender un poquito mejor para lograr ese equilibrio que nos permita ganar más partidos y tener más posibilidades de ganar títulos". Esta fue la declaración de intenciones de Benítez al poco de coger los mandos del Real Madrid. La referencia a su antecesor, Carlo Ancelotti, fue demasiado fácil, sobre todo porque iba en la misma línea argumental de Florentino Pérez para cortar la cabeza al italiano. Sin embargo, lo de Rafa fue como escupir hacia arriba y el escupitajo no ha tardado en caerle encima. Es lo que tiene la Ley de la gravedad...

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Su Real Madrid, que ya se quedó sin ver puerta contra el Sporting en la primera jornada de Liga, llevaba 56 partidos oficiales y más de dos años sin hacerlo en el Bernabéu. En aquella ocasión los blancos perdieron 0-1 contra el Atlético, y el sábado empataron sin goles ante un Málaga que llegó en puestos de descenso. Es decir, que al Real Madrid de Benítez el liderato le duró apenas tres días y esta vez su entrenador no pudo refugiarse en la victoria como hizo el día del Granada (1-0) para justificar las dudas que sigue dejando su equipo.

Los blancos remataron 22 veces fuera, pero solo nueve a puerta. En total, 31 tiros a la portería de Kameni, casi la mitad de ellos (14) de un Cristiano que no tiene término medio: o marca cinco o tres goles o no marca ninguno. "Cuando un equipo se mete atrás, no se encuentran tan fácilmente los espacios", se lamentó Benítez, olvidando que su rival se quedó con uno menos y eso solo ocurrió cuando Javi Gracia no tuvo más remedio que atrincherarse. Pero, claro, es precisamente ahí donde un entrenador tiene que tener la capacidad de encontrar soluciones. El técnico del Madrid apuntó a la ansiedad como uno de los problemas de su equipo, pero meter 58 centros al área denota también una alarmante falta de claridad en el juego.

Quizás el problema de este Madrid es que tiene un empacho táctico. Tanto hablar de equilibrio puede terminar por desequilibrar mentalmente a los jugadores. Kroos quizá sea el mejor ejemplo de ello. Que un entrenador esté tanto tiempo en la banda dando instrucciones a sus hombres solo puede deberse a dos cosas: o bien que su equipo no ha sido bien trabajado durante la semana, lo cual en el caso de Benítez parece estar descartado, o bien que sus futbolistas no entienden lo que quiere, de ahí que su técnico se vea obligado a estar continuamente corrigiéndoles.

Después de ganar en San Mamés (1-2), Benítez se permitió presumir de que su quipo había variado hasta cuatro veces de sistema de juego: "Hemos jugado 4-3-3, luego 4-3-1-2, luego 4-2-3-1 y acabamos 4-1-4-1". Pero una cosa es tener un patrón de juego y otra estar cambiando durante todo el partido como si los futbolistas fueran marionetas o el entrenador se pensara que tiene un mando de la PlayStation.

placeholder Benzema y Kameni, durante el partido del pasado sábado en el Bernabéu. (EFE)
Benzema y Kameni, durante el partido del pasado sábado en el Bernabéu. (EFE)

Los elogios (gratuitos) debilitan más

Fue colocarse líder tras su victoria en Bilbao y la derrota anterior del Barça en Vigo, y a Benítez empezaron a llegarle los primeros elogios. Desde sus dotes de gran estratega a comparaciones sobre su inicio liguero con los de Ancelotti o Mourinho, aunque después del empate ante el Málaga, resulta que el del italiano fue mejor, con cinco victorias y un empate, precisamente en el campo del Villarreal, actual líder de Primera.

Volviendo al partido del Málaga, Benítez solo hizo un cambio, y obligado por los calambres de Jesé. Sí, calambres, lo cual deja en el aire la cacareada preparación física. Quizás habría que preguntarle al respecto al 'doctor estiramientos'. Además, el cambio en cuestión supuso la entrada en el campo de Kovacic, cuando lo normal hubiera sido ver a Lucas Vázquez o a Cheryshev. "Meter cambios podía cerrarnos las subidas de nuestros laterales y tampoco veíamos meter gente por dentro porque no había mucho hueco", fue la explicación de Benítez. Quizá la entrada de Kovaciv fue para intentar enmendar la inoperancia de Kroos, incrustado entre los centrales, mientras Modric se escoraba a la izquierda.

Lo cierto es que, errores arbitrales al margen, el Málaga jugó con uno menos durante casi 20 minutos por la expulsión de Amrabat, su mejor jugador, sin contar por supuesto a Kameni. Aunque también Keylor Navas volvió a tener ocasión de lucirse y evitar los goles de Recio y el mencionado Amrabat. Los andaluces aún no han estrenado su casillero de goles a favor. "Evitar que ellos salgan fácil es algo que tenemos que corregir", dijo el incorregible Benítez. Del mismo modo que atacar mucho no quiere decir atacar bien, defender con muchos no significa defender mejor. Para los amantes del equilibro, se supone que un 0-0 es el partido perfecto, pues quiere decir que los dos equipos lo han estado.

"El béisbol es un 90% mental y la otra mitad es física", dijo el recientemente fallecido Yogi Berra. Parafraseando al mítico beisbolista estadounidense, podría decirse que Rafa Benítez cree que el fútbol es un 90% de los futbolistas y la otra mitad, del entrenador. Como conductista convencido que es, el técnico del Real Madrid sería feliz si pudiera dirigir a sus jugadores con un mando a distancia.

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