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Luis Enrique, a lo Mourinho: los periodistas dejan de viajar con el Barça
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Gemma Herrero

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Luis Enrique, a lo Mourinho: los periodistas dejan de viajar con el Barça

El oscurantismo en las lesiones y comunicados médicos, los entrenamientos siempre a puerta cerrada, la falta de contacto con los jugadores... El técnico del Barça está detrás de la última decisión del club

Foto: Luis Enrique, técnico del FC Barcelona (EFE)
Luis Enrique, técnico del FC Barcelona (EFE)

El FC Barcelona ha dado un paso más para alejar a los medios de comunicación de la primera plantilla y los periodistas dejarán de viajar con el equipo por primera vez en el próximo desplazamiento a Sevilla. El oscurantismo en las lesiones y comunicados médicos, los entrenamientos siempre ya a puerta cerrada, la falta de contacto con los jugadores, las ruedas de prensa cada vez más escasas, igual que las apariciones de los futbolistas en las zonas mixtas tras los partidos. El último paso era dejar de viajar en el avión con el equipo. El último, por ahora, porque cada temporada hay un nuevo paso atrás en la relación entre el Barça y la prensa. Mourinho implantó ‘la moda’ en el Real Madrid. Luis Enrique sigue ahora su estela.

El club lo avisó este martes, cuatro días antes del partido en el Sánchez Pizjuán, en una reunión en el Camp Nou a la que invitaron a una veintena de representantes, jefes en su mayoría, de los principales medios de la ciudad, tanto de radio, prensa escrita, TV3 y TVE. Los interlocutores por parte del club fueron Ignacio Mestre, director general del club, Albert Montagut, el todavía director de comunicación, Albert Roura, el recién nombrado que tomará el cargo a partir del 1 de octubre, Pere Jansà, que también fue director de comunicación y ahora lo es del área social, y Toni Ruiz, empleado también en el área de comunicación. Durante una larga charla, los representantes del club comenzaron a explicar a los periodistas su nuevo plan para que 80 socios viajen con el primer equipo en Liga, Champions y Copa del Rey a precios competitivos argumentando que fue una promesa electoral y enumerando las bondades que tendrá la medida para los seguidores del Barça. Concluida la exposición, Albert Montagut cuestionó: ¿Alguna pregunta? Y sí, claro que la había.

Los periodistas fueron directos al grano: “Eso significa que nosotros dejaremos de viajar con el equipo, ¿no? Para eso nos habéis convocado”. El envoltorio de la promesa electoral a los socios fue tan solo un mero circunloquio para disfrazar la verdad: El club no quiere que los periodistas viajen con el primer equipo. La reunión fue tensa en algunos momentos, cuando, por ejemplo, se recordó al ejército de comunicación y al director general azulgrana que ni en la mitad de los viajes se desplazan 80 aficionados con la plantilla. “Solo lo vais a llenar en tres partidos: el día del Real Madrid, cuando se pueda ganar la Liga y cuando coincida con un puente. Ya nos diréis cuántos van a Getafe, por ejemplo”, se apuntó. Los representantes del club negaron que tuviera nada que ver con Luis Enrique, aunque es un secreto a voces que al entrenador le molestó sobremanera que se emitieran por televisión unas imágenes de su familia en un desplazamiento y que de ahí, viene todo.

Curiosamente, y es cuestión de tiempo comprobarlo, raro es el que no tiene un smartphone con cámara incorporada. Así que a partir de ahora, las fotos y vídeos de los viajes serán de los socios que viajen con el primer equipo. El contacto, por cierto, es mínimo. Los jugadores llegan a la terminal del aeropuerto con el tiempo justo, embarcan los primeros por la puerta delantera y el resto del pasaje por la trasera, operación que se repite en el viaje de vuelta. La mayoría de imágenes de los medios de comunicación en los desplazamientos eran de los futbolistas llegando al aeropuerto, caminando por la cinta transportadora, en el finger o bajando por las escalerillas. Dentro del avión estaba prohibido filmar o acercarse a la parte delantera de la aeronave donde están los jugadores. y los medios en su mayoría lo siguieron a rajatabla. Cuando alguna televisión se saltó el pacto se llevó el rapapolvo correspondiente.

Sólo habrá dos excepciones para la prensa con la nueva medida: El viaje a Minks para el partido de Champions ante el Bate Borisov y el Mundial de clubes de Japón, que no serán baratos precisamente. También se les recordó a los representantes del club que los periodistas que viajaron a Tiblisi dos días con el equipo pagaron 1.900 euros, mientras que los medios de Sevilla por cinco días, incluyendo tres jornadas antes en Grecia, pagaron 1.200.

En un momento de la reunión se llegó a plantear por parte de los medios la aplicación de unas ‘normas de conducta’, para que no aparecieran en las televisiones imágenes de familiares, por ejemplo, pero el club mantuvo en todo momento su estrategia inicial, la cortina de humo de los 80 socios. En el colmo del surrealismo, se recordó a los periodistas que se estaba “avanzando” en la relación, ya que el comunicado médico de Leo Messi, por primera vez en la temporada, era el adecuado: tipo de lesión y tiempo previsto de baja. Con Adriano, por ejemplo, que no entró ayer en la lista de convocados, se sabe únicamente que tiene “problemas en la pierna izquierda”. La teoría de Luis Enrique de “salvaguardar la privacidad de los jugadores” saltó por los aires, evidentemente, con Messi, porque la presión hubiera sido insoportable y el club no se podía permitir no dar información sobre el tipo de lesión y cuánto tiempo estaría alejado de los terrenos de juego su máxima estrella.

Es la primera vez en la historia, desde que los periodistas comenzaron a viajar con el equipo, que se les dejará fuera y el club no ha dado otra explicación más que la promesa electoral para “incentivar y mejorar el apoyo al primer equipo de fútbol en sus desplazamientos”. A Tiblisi, para la Supercopa de Europa viajaron la friolera de 11. En el primer desplazamiento de Champions a Roma, unos 150, de los que solo 30 viajaron con el equipo, cuando las entradas disponibles para el Barça eran de 2.500.

La bunkerización del Barça es un hecho cada vez más evidente. Se empezó poniendo una valla en La Masía para no poder acercarse a los jugadores cuando terminaban los entrenamiento en la última época de Rijkaard, Guardiola cerró los entrenamientos, después dejaron de comparecer en sala de prensa diariamente al menos un futbolista y ahora, por ejemplo, el día después de los partidos no habla nadie y en la zona mixta si aparecen dos es fiesta. Lo último es que se convoca a los medios a actos publicitarios en los que ni siquiera se puede preguntar. ¿Un ejemplo? El último de Gillette con Neymar la semana pasada, en el que el brasileño se afeitó cuando ni tenía barba, un presentador era el que le cuestionaba y lo más interesante que dijo era que cada día pensaba en mejorar. La culpa también es de los medios, evidentemente. Neymar afeitándose la pelusa invisible apareció en todas las televisiones y la mayoría de los periódicos deportivos, aunque el contenido informativo fuera de cero patatero.

A todo esto, las medidas para alejar a los medios coinciden en el momento en que el Barça ha igualado el triplete histórico de Guardiola. Es decir, que la situación es en teoría ideal y cuando Bartomeu acaba de ser elegido presidente por una incontestable mayoría del 54% de los socios. Es club es el que está tensando, cada vez más, la cuerda. El problema de comunicación es evidente. Albert Roura será el quinto director del área en cinco años. Ayer, el diario AS adelantó también el inminente fichaje de Josep Vives, ex presidente del Básquet Manresa, como nuevo portavoz. Faena desde luego van a tener.

El FC Barcelona ha dado un paso más para alejar a los medios de comunicación de la primera plantilla y los periodistas dejarán de viajar con el equipo por primera vez en el próximo desplazamiento a Sevilla. El oscurantismo en las lesiones y comunicados médicos, los entrenamientos siempre ya a puerta cerrada, la falta de contacto con los jugadores, las ruedas de prensa cada vez más escasas, igual que las apariciones de los futbolistas en las zonas mixtas tras los partidos. El último paso era dejar de viajar en el avión con el equipo. El último, por ahora, porque cada temporada hay un nuevo paso atrás en la relación entre el Barça y la prensa. Mourinho implantó ‘la moda’ en el Real Madrid. Luis Enrique sigue ahora su estela.

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