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El Barça y el grito de "esto es increíble" como respuesta a todo
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Gemma Herrero

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El Barça y el grito de "esto es increíble" como respuesta a todo

Un equipo que llevaba 39 partidos consecutivos invicto en todas las competiciones, que no perdía en Liga desde octubre, está ahora empatado a puntos en la tabla de clasificación con el Atlético de Madrid

Foto: Luis Enrique, en el banquillo del Barça durante el partido contra el Valencia. (Reuters)
Luis Enrique, en el banquillo del Barça durante el partido contra el Valencia. (Reuters)

Todos recurrimos a frases que nos marcaron. La nostalgia de los años ochenta para una generación está especialmente presente ahora, pura cuestión de edad. Antes de que llegara al banquillo azulgrana Johan Cruyff en 1988 y cambiara el estilo y la mentalidad culé, muy de “si algo malo puede pasar, pasará seguro”, de 1980 a 1984 se emitió un programa de televisión de la cadena ABC que aquí se llamó: ‘Esto es increíble’. Entre otros disparates, había espacio también para supuestos fenómenos paranormales. Y, cuando sucedían, el público y los presentadores chillaban a pleno pulmón: "¡Estoooo eees increíbleeeee!". El grito podría ser ahora mismo la banda sonora de la Liga en general y del FC Barcelona en particular.

Porque, efectivamente, esto es increíble. Un equipo como el Barça que llevaba 39 partidos consecutivos invicto en todas las competiciones, que no perdía en Liga desde octubre, está ahora mismo empatado a puntos en la tabla de clasificación con el Atlético de Madrid después de conseguir solo un punto de los últimos 12: empató en su visita al Villarreal y la ha pifiado frente a Real Madrid, Real Sociedad y Valencia. Si ya resulta complicado explicar desde fuera qué le ha pasado al conjunto azulgrana en el último mes, lo de ayer forma parte del misterio que hace del fútbol un deporte que levanta pasiones como pocos; cualquier cosa es posible. Así, un Barcelona que salió enchufado y que en los primeros 12 minutos de partido ya había chutado tres veces a puerta y a los 25 minutos Diego Alves ya se había lucido, vio como en el minuto 26 un autogol de Rakitic adelantaba al conjunto che en el marcador. En el 45, Santi Mina marcó el 0-2 ante la incredulidad de la grada. Y a partir de ahí, a remar contracorriente. El tanto de Messi en la segunda mitad no fue suficiente y, en un partido eléctrico, pleno de errores por ambas partes -la ocasión de Alcácer y la de Piqué a punto de concluir el choque-, se terminó confirmando el batacazo del conjunto de Luis Enrique.

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La falta de pulso, de latido, que hubo ante el Real Madrid y en Anoeta no fue el problema anoche. Tampoco el desconcierto del Calderón tras especular con el resultado en la primera parte. El Barcelona ayer salió a ganar, se topó con dos goles y se quedó sin ideas, hecho un flan, pasto de la ansiedad. De ahí que la afición, que casi llenó el Camp Nou, no se apartara de su equipo. No hubo ni un reproche, solo un leve murmullo producto de la taquicardia en algunos momentos. La cara de Piqué cuando se certificó el sopapo, mientras abandonaba el terreno de juego y después de la ocasión que falló en el minuto 44, era el espejo del alma culé: pura desesperación y abatimiento. “Prefiero perder así a ganar jugando mal como en los últimos partidos”, afirmó en la zona mixta, dejando además un mensaje muy claro: “Jugando así vamos a ganar la Liga, lo vamos a sacar adelante”.

Luis Enrique se sentó con la tensión arterial todavía algo alterada en la sala de prensa después de haber vivido con gran nerviosismo el partido, pero sus explicaciones no fueron más allá de la mala suerte, la injusticia de la derrota y la esperanza de que ganarán los cinco encuentros que les restan: “El partido se presentaba con las dificultades de la racha en la que estamos inmersos, son partidos muy difíciles de jugar y creo que la respuesta del equipo fue magnífica. En el descanso éramos superiores al Valencia, y la segunda parte fue muy buena también. En los últimos minutos tuvimos menos cabeza, pero generamos cinco o seis ocasiones claras. No ha podido ser, se escapan tres puntos que hubiera sido justo que ganáramos. El fútbol es así, te permite ganar sin atacar. Ahora tenemos un reto maravilloso, único; nos quedan cinco partidos y si ganamos, somos campeones. Solo queda levantarse, somos conscientes del reto y lo afrontamos como lo hace un jugador del Barça: con la cabeza bien alta”.

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Pese a los esfuerzos que hacía el técnico por controlarse, cuando un periodista, Víctor Malo, le cuestionó sobre la preparación física, le contestó así: “¿Cuál es tu apellido? Con eso está todo dicho. Siguiente pregunta...”. La falta de mano izquierda de Luis Enrique sí que no resulta increíble. Es más bien una constante.

Todos recurrimos a frases que nos marcaron. La nostalgia de los años ochenta para una generación está especialmente presente ahora, pura cuestión de edad. Antes de que llegara al banquillo azulgrana Johan Cruyff en 1988 y cambiara el estilo y la mentalidad culé, muy de “si algo malo puede pasar, pasará seguro”, de 1980 a 1984 se emitió un programa de televisión de la cadena ABC que aquí se llamó: ‘Esto es increíble’. Entre otros disparates, había espacio también para supuestos fenómenos paranormales. Y, cuando sucedían, el público y los presentadores chillaban a pleno pulmón: "¡Estoooo eees increíbleeeee!". El grito podría ser ahora mismo la banda sonora de la Liga en general y del FC Barcelona en particular.

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