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Los culés siguen sufriendo en la Champions, pero por no ver al Madrid en la final
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Gemma Herrero

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Los culés siguen sufriendo en la Champions, pero por no ver al Madrid en la final

El puñal que tienen clavado los azulgranas es que los blancos aún tengan posibilidades de estar en Milán. Y hasta que no llegue el próximo miércoles no despejarán la duda

Foto: Piqué, con Neymar y Luis Suárez de espaldas en primer plano, durante un entrenamiento del Barça. (EFE)
Piqué, con Neymar y Luis Suárez de espaldas en primer plano, durante un entrenamiento del Barça. (EFE)

El escritor Sergi Pàmies acaba de publicar el libro ‘Confesiones de un culé defectuoso’ que ha sido uno de los éxitos de ventas en Sant Jordi y que sirve para radiografiar no solamente a su autor, sino el talante, las filias y fobias de una afición singular como es la del FC Barcelona. Pàmies se califica a sí mismo como culé raro por un solo motivo: no es antimadridista. A un día de que el Barça se juegue el liderato en el Benito Villamarín, a tres jornadas para que termine la Liga, a menos de un mes para la final de Copa, ante el reto, en fin, de conseguir el doblete, a gran parte de la afición azulgrana lo que le quita el sueño es la posibilidad de que el Real Madrid gane la Undécima.

“Para los culés de nacimiento o de crianza, el antimadridismo no es una opción: forma parte de una estructura genética (…) Enseguida me di cuenta que los culés estaban mucho más unidos contra el Madrid que no a favor del Barça”, escribe Pàmies. Da lo mismo si el aficionado azulgrana pertenece a la generación de las Recopas o la que se ha criado en medio de la abundancia con Rijkaard, los 14 títulos de 17 de Guardiola, los cien puntos de Tito, los cinco trofeos de Luis Enrique y, sobre todo, con Messi. Porque, efectivamente, los ‘ismos’ siguen funcionando como placas tectónicas en el Barça, pero el único ismo que cohesiona al barcelonismo es el antimadridismo. Este jueves se vivió un nuevo episodio sintomático en la reunión anual de la Junta con el ‘senado’ del Barça. El senado está formado por los mil socios con más antigüedad del club y en el mencionado encuentro había unos doscientos. Tras el parlamento de presentación de Josep María Bartomeu, algunos socios tomaron la palabra. Uno de ellos, tal y como informó el periodista Ignasi Fortuny, soltó: “Con el tema de Cruyff os distrajisteis y perdimos contra el Real Madrid”, frase que fue recibida con aplausos por los asistentes.

[Solo Hart impide que el Real Madrid saque ya los billetes para la final de Milán]

Antes de que Pàmies lo dejara escrito negro sobre blanco, confieso también que algo me barruntaba. En el 2014 viví la final de la Champions entre Real Madrid y Atlético de Madrid en Port de la Selva, una preciosa localidad costera de Girona. Por los altavoces del atestado bar sonó antes de que comenzara el encuentro el himno del Atlético y la parroquia coreó el estribillo, que era lo único que se sabían. Tras el gol de Sergio Ramos el local se vació considerablemente y fueron pocos los que se quedaron a presenciar la prórroga. Huelga decir que no hay ninguna peña rojiblanca en Port de la Selva.

Teniendo claro cuál es el panorama, resulta lógica la zozobra con la que los seguidores catalanes están viviendo este final de temporada. A las dudas que aún no ha solventado el equipo de Luis Enrique a pesar de las dos últimas goleadas y la desazón de no saber a qué atenerse ahora con un Barça que hasta hace un mes sumaba 39 partidos consecutivos sin conocer la derrota, se le une el dolor de tripa no solo por estar fuera de la Champions, sino porque el Madrid está todavía dentro.

En algunas tertulias de medios de comunicación catalanes se han hecho eco de las que ya existían entre culés desde que el Barça cayó ante el Atlético y el Madrid eliminó al Wolfsburgo: ¿Renunciarían los seguidores a algún título del doblete si les aseguraran que los blancos no ganan la Undécima? No existe una cifra exacta, no es un estudio científico, pero, vamos, que muchos dicen que sí, que dónde hay que firmar, que firman.

Los mensajes políticamente correctos se han impuesto en las plantillas, pero algunos se saltan la regla y no tienen problema alguno en decir en voz alta lo que piensan. Gerard Piqué no se ha pronunciado aún al respecto, pero salvo un cambio súbito de personalidad, no resulta difícil imaginar lo que desea. Son varias las ocasiones en las que el central, siempre desinhibido, ha proclamado con toda sinceridad que él quiere siempre que pierda el Real Madrid. En la última concentración de la selección española, en un Periscope con Casillas admitió que cuando Sergio Ramos marcó en Lisboa se llevó un disgustazo: “Quería que palmárais, pero vamos… Es el puñal más grande que he visto jamás. Estaba en Los Ángeles y reventé la tele”.

El puñal que tienen clavado los azulgranas ahora es el de ver al Real Madrid con posibilidades de estar en Milán. Y hasta que no llegue el próximo miércoles no despejarán la duda. Y si los blancos eliminan al City, a seguir sufriendo hasta el final.

El escritor Sergi Pàmies acaba de publicar el libro ‘Confesiones de un culé defectuoso’ que ha sido uno de los éxitos de ventas en Sant Jordi y que sirve para radiografiar no solamente a su autor, sino el talante, las filias y fobias de una afición singular como es la del FC Barcelona. Pàmies se califica a sí mismo como culé raro por un solo motivo: no es antimadridista. A un día de que el Barça se juegue el liderato en el Benito Villamarín, a tres jornadas para que termine la Liga, a menos de un mes para la final de Copa, ante el reto, en fin, de conseguir el doblete, a gran parte de la afición azulgrana lo que le quita el sueño es la posibilidad de que el Real Madrid gane la Undécima.

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