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El fútbol y la telebasura: platós para ladrar
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El fútbol y la telebasura: platós para ladrar

Me resisto a ser un mero complaciente de este montaje estúpido creado por el interés de algunos y la ineptitud de muchos. Charlatanes que utilizan el fútbol como excusa para medrar

Foto: Piqué y Luis Suárez celebran con Messi un gol del argentino. (EFE)
Piqué y Luis Suárez celebran con Messi un gol del argentino. (EFE)

Cada vez se hacen más patentes dos interrogantes que hace bastante tiempo ya planteó Manuel Vicent: ¿Qué es más importante, el atleta o las zapatillas? ¿Qué es más importante, el triunfo en sí mismo o la marca del refresco que bebe el campeón? Esta cuestión la he empleado varias veces yo para trasladarla al fútbol: ¿Qué es más importante, el juego o un grupo de individuos repartiendo basura, a base de rebuznos, desde un plató de televisión?

Pues bien, he llegado a varias conclusiones: importa mucho más el reparto de basura, los charlatanes inconsistentes utilizan el fútbol como excusa para medrar, ni se entiende ni se valora este juego, se fabrican hinchas de equipos en vez de aficionados al fútbol.

Pero me resisto a ser un mero complaciente de este montaje estúpido creado por el interés de algunos y la ineptitud de muchos. Debe reivindicarse el desarrollo de este juego deportivo, lleno de facetas hermosas para practicar, contemplar y analizar. La lucha por la posesión del balón (esencia del juego) y la búsqueda del gol (objetivo del juego) implican movimientos y acciones muy interesantes. El sistema de juego de un equipo se basa en la coordinación adecuada de siete elementos: alineación, formación, posición defensiva, tipo de ataque, conducta defensiva, dinámica de ataque y acciones a balón parado. Su aplicación sobre el terreno de juego, unida a las acciones técnicas de cada futbolista, representa muy bien las relaciones que surgen de la colaboración de los compañeros frente a la oposición de los adversarios.

Resulta contrario a la ética, y a la dignidad, escupir directamente sobre la red de células nerviosas del cerebro de los televidentes a base de utilizar este juego deportivo como un misil destructivo dirigido a aquellos, pocos, a los que todavía les gusta el fútbol. Además, aparte de dañar el cerebro, también daña el aparato digestivo porque convierten el fútbol en una especie de salsa de tomate putrefacta que perfora el intestino de los muchos que la ingieren.

Jesús Cuadrado Pino
Entrenador Nacional de Fútbol, nivel III
Máster en Alto Rendimiento Deportivo (UAM y COE)
Director de CESFÚTBOL y de Training Fútbol

Cada vez se hacen más patentes dos interrogantes que hace bastante tiempo ya planteó Manuel Vicent: ¿Qué es más importante, el atleta o las zapatillas? ¿Qué es más importante, el triunfo en sí mismo o la marca del refresco que bebe el campeón? Esta cuestión la he empleado varias veces yo para trasladarla al fútbol: ¿Qué es más importante, el juego o un grupo de individuos repartiendo basura, a base de rebuznos, desde un plató de televisión?