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Gemma Herrero

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Cuando la manada es la nuestra

El fúbol español tiene un problema con los grupos violentos. Y cuando se hacen públicos, la reacción de sus dirigentes es la de disculparlos, como si la cosa no fuera con ellos

Foto: Un grupo de aficionados, la mayoria de la peña 'Biris Norte', en una protesta contra el expresidente del Sevilla FC, José María del Nido. (EFE)
Un grupo de aficionados, la mayoria de la peña 'Biris Norte', en una protesta contra el expresidente del Sevilla FC, José María del Nido. (EFE)

Pepe Castro, el presidente del Sevilla, salía del Palacio del Pardo de Madrid tras acudir a los Premios Nacionales del Deporte cuando un periodista le preguntó por la pancarta en la que se podía leer ‘Gordo’, en alusión a José Angel Prenda, uno de los presuntos violadores de una joven en los pasados Sanfermines y miembro de los 'Biris', que se colgó en el estadio de El Sadar el pasado domingo. Castro, tras escuchar la pregunta, se indignó: “Me parece lamentable que me haga esa pregunta, la verdad. Me parece lamentable. Hay una pancarta del Sevilla que pone ‘Gordo’. Los 'Biris' ayer no asisten al partido. Como si va usted o un familiar suyo que pone canijo. ¿Eso que significa? ¿Usted sabe lo que significa? Pues yo tampoco”. El presidente de LaLiga, Javier Tebas, también presente en el acto, añadió: “Algunos exigimos más determinación en algunas cuestiones. Eso no significa que Castro esté a favor de los violentos”.

Foto: Pancarta en El Sadar

El presidente del Sevilla negó la mayor, que la pancarta fuera a favor de Prenda, Tebas lanzó balones fuera y tuvo que ser el abogado de Prenda el que admitiera la evidencia en declaraciones a 'Telecinco':

“Aquí no estamos colocando ninguna pancarta a favor de las agresiones sexistas ni en contra de los derechos de las mujeres, ni en contra de ninguna vinculación que pueda suponer un menoscabo de cualquiera de los derechos constitucionalmente recogidos, se está simplemente apoyando a una persona que entendemos, porque tenemos derecho a entenderlo, que está sometida a una prisión provisional injusta. A mucha gente le podrá parecer bien o mal, pero es así. La pancarta la ha colgado una persona a título personal y claro que alude a mi cliente. ¿Cuál es el problema?”.

El problema es que ‘El Prenda’ es uno de los cinco acusados que presuntamente violaron a una joven en los pasados Sanfermines, que está en prisión incondicional decretada por el juez y que declaró en el juicio que la chica había afirmado: “Yo puedo con cinco o con los que haga falta”. La violación fue grabada por los móviles de los acusados. El problema es que dos meses antes, en Pozoblanco (Córdoba), ‘El Prenda’ grabó con su móvil cómo él y sus cuatro amigos abusaban de una chica de 21 años que estaba inconsciente. La besaron, le manosearon los pechos mientras la chica no respondía y ellos se reían a carcajadas. Tanto el episodio de Pamplona como los abusos de Pozoblanco fueron enviados a un grupo de WhatsApp denominado ‘La Manada’. Porque no es suficiente con hacerlo, hay que compartirlo para demostrar lo ‘machotes’ que son.

El problema es que el presidente del Sevilla, en lugar de indignarse y calificar la pregunta de lamentable y soltar lo de ‘canijo’, debería ser consciente de la responsabilidad del cargo que ocupa y mostrarse contundente, porque esa misma pancarta ya había aparecido en el Sánchez Pizjuán. Y todo el mundo sabe que así es como llamaban a José Ángel Prenda, que pertenecía al grupo de ‘Los Biris’. Si tan en contra están todos de la violencia, lo lógico, lo ético, lo moralmente aceptable habría sido que Pepe Castro se mostrara al menos algo compungido. Él no ha puesto la pancarta, no refleja ni representa a toda la afición del Sevilla, pero ahí estaba, y lo mínimo era decir que le parecía mal. Sin grises: mal.

Tratan con tibieza algunos hechos cuando se trata de sus propios aficionados. Son unos miserables, pero son nuestros miserables, parece ser el lema

El caso de Rubén Castro

Lamentablemente lo de Pepe Castro no es un hecho aislado. En el fútbol español existen más casos de la tibieza con la que tratan los dirigentes de los clubes algunos hechos cuando los protagonizan sus propios aficionados. Son unos miserables, pero son nuestros miserables, parece ser el lema. Ahí está el caso de Rubén Castro, el delantero del Betis. El pasado mes de diciembre el Juzgado de Violencia sobre la Mujer nº3 de Sevilla rechazó rebajar la fianza de 200.000 euros que impuso al jugador antes del juicio por un delito de malos tratos habituales, otro de amenazas leves y seis delitos de maltrato en el ámbito familiar, por los que la Fiscalía le pide 4 años de cárcel y la acusación, 8 años y 9 meses.

Foto: Rubén Castro agradece a la grada su apoyo. (EFE)

En febrero de 2015 en la grada del Benito Villamarín se coreó “Rubén Castro, alé, no fue tu culpa, era una puta, lo hiciste bien”. En marzo del 2016, el Betis publicó un vídeo por el Día Internacional de la Mujer en la que incluía la camiseta rosa del delantero dobladita en el vestuario, lista para que el ídolo de la afición bética se la enfundara. Juan Carlos Ollero era el presidente del club andaluz cuando se hicieron públicos los cánticos y LaLiga decidió investigarlos. En un primer momento, Ollero afirmó que eran repugnantes, pero cuando se supo que la Comisión Antiviolencia se planteaba incluso clausurar el fondo dónde se cantó, dijo en rueda de prensa: “En nuestra opinión, la sanción que se propone contra el Betis es injusta, discriminatoria y oportunista. Cualquiera puede recoger de las hemerotecas o internet comportamientos de mucha mayor gravedad que éste sin sanción alguna. No quiero señalar ningún comportamiento de nadie, no creo que sea necesario”. El actual presidente, Ángel Haro, lo era también cuando el Betis difundió el vídeo para unirse al Día de la Mujer y eligió precisamente la camiseta de Rubén Castro, lo que es, como poco, una falta de tacto evidente. ¿Que si pasó algo? ¿Se cerró la grada? No. Nada.

El caso del Eibar

El pasado mes de octubre se hizo público un vídeo de contenido sexual en el que los jugadores del Eibar Sergi Enrich y Antonio Luna mantenían relaciones consentidas con una mujer. Lo que no consintió fue que la grabaran. “Para, eso no”, se la oye decir en la grabación. Ambos futbolistas emitieron un comunicado en el que lamentaban primero que se hubiera hecho público, afirmando que no eran responsables, para más tarde pedir disculpas por haber podido dañar su imagen, la del club, la de la ciudad y hasta ofender a los niños. La última a la que se referían en el comunicado era a la mujer, que fue la víctima de que los jugadores no respetaran la privacidad del acto. Como solamente estaban ellos, es de cajón adivinar cómo esas imágenes llegaron a internet: porque ellos las difundieron en un grupo de WhatsApp. Así que sí, son responsables. ¿Cuál fue la reacción del Eibar? Mantenerse al margen y afirmar que era un asunto privado, cuando si dejó de ser privado fue por culpa de sus futbolistas, sus empleados, que lo grabaron y se lo pasaron a los amigotes. Ni siquiera hubo un tirón de orejas a los jugadores. Nada. La presidenta del Eibar, por cierto, es una mujer: Amaia Gorostiza.

Foto: Enrich celebra un gol con el Eibar. (EFE) Opinión

Hay más casos. Como los cánticos de “Shakira es una puta” o la pancarta “Shakira es de todos” en Cornellà en dos derbis consecutivos frente al Barcelona. El entonces presidente del Espanyol, Joan Collet, pidió disculpas. Pero la pancarta no era precisamente pequeña, así que teniendo en cuenta las medidas de seguridad, alguien hizo la vista gorda para que se pudiera exhibir en el estadio. En el FC Barcelona, la ‘grada de animación’ que impulsó el club y que tanto le gusta a Luis Enrique —“menuda diferencia”, ha llegado a decir—, ya la lió en el último derbi frente al Espanyol con una pancarta en la que se leía: “RCD, primer negocio chino sin final feliz”. Y durante el partido se pudieron escuchar insultos hacia los jugadores y aficionados periquitos. Un día más tarde, el portavoz del Barça, Josep Vives, lamentó los hechos y reveló, ¡oh, sorpresa!, que ya habían expulsado a dos integrantes de la grada de animación por altercados durante el Clásico frente al Real Madrid, algo de lo que no se había informado.

El fúbol español tiene un problema con los grupos violentos. Y cuando se hacen públicos, la reacción de sus dirigentes es la de minimizarlos, disculparlos, ser condescendientes y actuar, en su mayoría, como si la cosa no fuera con ellos y no pudieran hacer nada por evitarlo. Pepe Castro, calificando la pregunta sobre la pancarta de El Sadar de ‘lamentable’ ha sido el último, por ahora. Me apuesto algo a que no será el último. Una pena. Y una vergüenza también porque mientras sean de los suyos, su particular manada, los gestos no son contundentes, radicales. No se lo están tomando en serio. Y ya va siendo hora, señores y señoras presidentes.

Pepe Castro, el presidente del Sevilla, salía del Palacio del Pardo de Madrid tras acudir a los Premios Nacionales del Deporte cuando un periodista le preguntó por la pancarta en la que se podía leer ‘Gordo’, en alusión a José Angel Prenda, uno de los presuntos violadores de una joven en los pasados Sanfermines y miembro de los 'Biris', que se colgó en el estadio de El Sadar el pasado domingo. Castro, tras escuchar la pregunta, se indignó: “Me parece lamentable que me haga esa pregunta, la verdad. Me parece lamentable. Hay una pancarta del Sevilla que pone ‘Gordo’. Los 'Biris' ayer no asisten al partido. Como si va usted o un familiar suyo que pone canijo. ¿Eso que significa? ¿Usted sabe lo que significa? Pues yo tampoco”. El presidente de LaLiga, Javier Tebas, también presente en el acto, añadió: “Algunos exigimos más determinación en algunas cuestiones. Eso no significa que Castro esté a favor de los violentos”.

Osasuna Javier Tebas