Es noticia
El pastorcillo de KPMG y el saqueo ‘popular’ del Banco Pastor
  1. Economía
  2. A Corazón Abierto
Agustín Marco

A Corazón Abierto

Por

El pastorcillo de KPMG y el saqueo ‘popular’ del Banco Pastor

El ruido político y social que ha generado el escándalo de las generosas indemnizaciones de la CAM y de Novacaixagalicia ha eclipsado el papel de algunos

El ruido político y social que ha generado el escándalo de las generosas indemnizaciones de la CAM y de Novacaixagalicia ha eclipsado el papel de algunos de los protagonistas aparentemente secundarios. Los medios nos hemos fijado en las cifras gruesas, pero hemos prestado poca atención a otros responsables, como KPMG, esa consultora/auditora de reconocido prestigio internacional que quiere escabullirse sin hacer ruido, con las manos limpias, cuando lo cierto es que está manchada de los pies a la cabeza.

 

Porque el nombre de esta firma con 2.500 profesionales en España resonó esta semana en el Parlamento gallego cuando los hipócritas políticos del BNG, PSOE y PP se escupían culpas unos a otros, para evidentemente no asumir ningún pecado en la concesión de millonarias indemnizaciones y pensiones a unos tipos que han llevado a la ruina a dos cajas en un santiamén.

Hubo uno de estos mequetrefes que, al menos, dijo una verdad. Fue cuando le recordó a Alberto Núñez Feijjo el millón de euros que pagó la Xunta a KPMG para justificar la fusión entre Caixa Galicia y Caixanova. La conclusión del estudio, independiente como no podía ser de otro forma, coincidió, por casualidad –supongo- con la voluntad predeterminada de Feijoo, que después se agarró al citado documento para esgrimir que la fusión de ambas entidades era una oportunidad histórica para que Galicia “no se quede en segunda división”.

La entidad resultante es “solvente y viable”, resumió KPMG, una firma que durante veinte años se encargó de radiografiar las cuentas de la CAM. En esas dos décadas, sus profesionales no encontraron ni el más mínimo rasguño en las cuentas de la caja mediterránea. Todo estaba perfecto, según el auditor, hasta que, vaya por Dios, el Banco de España la intervino en pleno mes de julio, cuando las chicharras cantaban a muerto por la albufera alicantina.

KPMG tiene como eslogan corporativo “transformar el conocimiento en valor para el beneficio de nuestros clientes”. Una magnífica definición que, visto lo visto, sugiere interpretaciones poco agradables. En la firma no ha corrido ninguna cabeza por su magnifico trabajo en ambas cajas y el responsable del sector financiero, Julio Álvaro, sigue disfrutando de su puesto.

A Julio Álvaro se le conoce cariñosamente en KPMG como “el Pastorcillo”, un apodo que viene como anillo al dedo para recordar también otro de esos disparates que se han cometido en la banca en los últimos años y que ahora cobra gran actualidad. Me refiero al papelón de los hermanos Arias Mosquera, que en una década han destruido en el Banco Pastor todo lo que la Condesa de Fenosa construyó en treinta.

Los sobrinos de doña Carmela asumieron la presidencia y la vicepresidencia en septiembre de 2001 y a finales de 2002  pusieron el banco en manos de directivos del Popular. Primero llegó Fulgencio García Cuellar como consejero delegado; después Jorge Gost, que asumiría ese mismo cargo; más tarde Amadeu Font, director general, y otros de menor relevancia. Cuando tomaron las riendas, el Pastor ganaba 83,65 millones. El año pasado, apenas 62. Enhorabuena. Todos ellos han llevado a la deriva a una entidad que, curiosidades de la vida, ahora será absorbida por el Popular.

Y lo peor es que, como los de Novacaixagalicia y los de la CAM, serán premiados por su buena gestión cuando los pasen a cuchillo por los nuevos dueños. Todo, obviamente, a cargo de las cuentas del accionista en este país en el que es un arte eso de irse de rositas.

Feliz fin de semana.

El ruido político y social que ha generado el escándalo de las generosas indemnizaciones de la CAM y de Novacaixagalicia ha eclipsado el papel de algunos de los protagonistas aparentemente secundarios. Los medios nos hemos fijado en las cifras gruesas, pero hemos prestado poca atención a otros responsables, como KPMG, esa consultora/auditora de reconocido prestigio internacional que quiere escabullirse sin hacer ruido, con las manos limpias, cuando lo cierto es que está manchada de los pies a la cabeza.