Galán: "¿Está todo pagao?" Y tanto, señor presidente

Hace varios años, cuando Ibedrola se convirtió en patrocinador principal de la Selección Española de Fútbol (finales de 2009), Ignacio Sánchez Galán fue invitado por Ángel Maria Villar para visitar la Ciudad Deportiva de la Roja, un magnífico recinto repleto de campos de hierba natural y artificial, pabellón de fútbol sala, un pequeño hotel y una sala de convenciones donde los mayores y los pequeños jugadores del equipo nacional se concentran para afrontar los grandes retos internacionales.

La ciudad donde se entrenan los héroes futbolísticos, construida con bastante polémica por la propiedad de los terrenos de Las Rozas (Madrid), es de tal dimensiones que el presidente de Iberdola, acostumbrado a ver grandes plantas hidráulicas, presas con millones de metros cúbicos, ciclos combinados y centrales nucleares se quedó asombrado. Fue tal su sorpresa que, recurriendo a la austeridad que caracteriza su origen charro, preguntó con esa expresividad inequívoca. “¿Pero está todo pagao?”.

El eterno presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) le respondió con media sonrisa que “por supuesto, aquí no se debe nada”, frase que debió revolotear por el cerebro del ingeniero, empeñado en hacer crecer a Iberdrola a base de adquisiciones financiadas en gran parte con créditos bancarios. La estrategia le fue bien hasta que Iberdrola empezó a caer en bolsa desde sus máximos de 11,90 euros en noviembre de 2007 hasta los apenas 3,7 a los que se cambia ahora. Un desplome causado en buena parte por el famoso déficit de tarifa y otras decisiones que ya en su día fueron puestas en cuarentena, como el globo sin aire de Iberdrola Renovables y el alto precio pagado por Energy East y Scottish Power.

A Galán le valió ese áspero discurso contra todas las atrocidades regulatorias cometidas, primero por Miguel Sebastián y luego por José Manuel Soria, hasta que las agencias de califiación de riesgo le bajaron el rating por primera vez en una década en mayo del pasado año. En ese momento, el presidente de Iberdrola observó que, no solo estaba en juego la solvencia de la compañía, sino también su bolsillo, cuyo tamaño (62,8 millones en seis años) conjuga regular con la naturaleza sobria de los salmantinos. El presidente de Iberdrola ha ganado 62,8 millones en seis años mientras sus accionistas han perdido casi el 70% de su valor

Esforzado empedernido, conocedor de la empresa hasta el último rincón, guerrillero contra cualquier causa injusta, lo cierto es que su remuneración sigue provocando estupor en algún Ministerio, donde cuesta entender que se tenga que subir la luz un 30% al ciudadano para mantener esos salarios. Porque don Ignacio ganó el pasado año 7,4 millones entre sueldo fijo, variable y el plan de acciones gratis, más de lo que se embolsaba en 2007 (descontados complementos plurianuales). Aquel ingreso, que le convirtió en el ejecutivo mejor pagado del Ibex, fue muy cuestionado en la junta general de accionistas, a lo que Galán respondió que su retribución estaba más que justificada porque había creado mucho valor para todos los accionistas. Prueba de que aquel toque de atención se lo llevaron los vientos de Gredos fue que en 2008 cobró 16 millones, pese a que en ese ejercicio ya había comenzado el derrumbe de la cotización.

Hoy, con Iberdrola un 70% lejos de su máximo histórico (el Ibex ha bajado un 49% en ese periodo), el primer ejecutivo de la eléctrica ha cambiado de discurso después incumplir plan estratégico tras plan estratégico, pero sigue siendo de los pocos españoles que gana más que cuando irrumpió la crisis. Aquella frase de “¿pero está todo pagao?” ha cogido cuerpo otra vez, pero como una pregunta interior, forzada por las agencias de rating. En vez de seguir vendiendo objetivos imposibles, Galán ha optado por bajar el listón para demostrar que es capaz de saltar la valla.

Con ese fin, en octubre del pasado año, sacó otra hoja de ruta cuyo escaparate principal era la venta de activos por 2.000 millones. El asunto era tan fácil que en diciembre ya había cumplido con la mitad de ese objetivo –desinversiones en Francia, Alemania, Medgaz, etc...- y antes del verano tendrá asegurados los otros 1.000 millones restantes o más (Estados Unidos, Polonia y Portugal). Con ello quiere enviar el mensaje de que, en vez de anunciar profits warning, la empresa superar los objetivos con una facilidad inusitada. El desplome del valor, la retirada de ACS y la venta del 5% en manos de Bankia pone a la eléctrica en el ojo de los grandes fondos internacionales

Pero la cotización, lejos de animarse, dormita y las agencias de calificación siguen muy cautas porque consideran que el plan es laxo, más propio de una energética que juega la Europa League que de una que aspira a ser Campeón del Mundo. Y en ese envite con Standard & Poor´s, Moody´s y Fitch, don José Ignacio se juega muchas perras. Porque el plan gratuito de stock options 2012-2013 está condicionado a que Iberdrola mantenga sus ratings. De no conseguirlo, el presidente y su guardia de corrp se dejarán por el camino 17 millones de acciones, que ahora valen 60 millones y cuando fue aprobado, 90, diferencia que demuestra que la cotización no ha hecho más que caer.

Galán siempre se defiende que su retribución, la de su consejo y la de sus directivos tiene el respaldo de la junta, que la aprueba por casi unanimidad. Lo cual es tan cierto como que, en tiempos de crisis y con los accionistas perdiendo dinero por sexto año consecutivo (con la excepción del 2% que subió el valor en 2009), no vendría mal un regreso a la tierra, charra, por supuesto. Con ACS en retirada tras la humillante derrota y Bankia con el cartel de venta de su 5%, por la sierra de Béjar puede empezar a soplar ruido de OPA. Motivo por el cual el presidente ha debido de pensar que un tal Ángel Acebes le puede ser muy útil debido a su vasta experiencia empresarial y jurídica.

Sean felices