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Las fiestas de Room Mate, la cadena de hoteles más 'cool', a costa de Hacienda
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Agustín Marco

A Corazón Abierto

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Las fiestas de Room Mate, la cadena de hoteles más 'cool', a costa de Hacienda

Enrique Sarasola vendía este año que su Room Mate iba bien e inauguró su hotel más grande con una gran fiesta. Olvidaba un detalle: pagar los impuestos

Foto: Enrique Sarasola, en una foto de archivo.
Enrique Sarasola, en una foto de archivo.

Si hay algún producto que ha proliferado durante la crisis, ese es sin duda el libro. Cualquier desconocido ha consumado uno de los típicos sueños de una vida; publicar un simulacro de best seller. Desde los oportunistas que han dado lecciones de psicoanálisis a los parados –encuéntrate a ti mismo, chato, vienen a decir–, como si en la eterna cola del INEM tuviera uno ganas de leer monsergas, hasta los tremendistas que han vaticinado el fin del mundo. Pasando por la tropa de magos emprendedores que han dado lecciones de cómo buscarse las habichuelas con el disfraz de autónomo. Alguno bueno ha habido.

Uno de estos manuscritos fue el que puso en las librerías y en los ebook Enrique Sarasola, el fundador de la cadena de hoteles Room Mate. Sarasola es un innovador constante, un tipo con una energía envolvente, un excelente vendedor de ilusiones. El suyo se tituló 'Más ideas y menos másters', un manual donde el empresario daba consejos 'prácticos' para arriesgarse en los negocios, para ser humilde, trabajar mucho y no morir de éxito. Benditos principios.

Jinete olímpico, amante del Monopoly, Sarasola vendía al calor del libro que a su Room Mate le iba bien. Que sufría la crisis, como todos, incluidos los cinco estrellas como el Ritz y los de Alicia Koplowtiz, pero que crecía internacionalmente, abriendo fronteras, buscando nuevos mercados. Descripción maravillosa de una estrategia que culminó en septiembre con la inauguración del Aitana Ámsterdam, el hotel más grande del grupo, una apuesta tan importante y tan personal que lleva el nombre de la hija del fundador.

Su fundador, Enrique Sarasola, ha conseguido que Montoro le dispense de pagar la Seguridad Social durante cinco años mientras celebra con una fiesta descomunal la apertura de un hotel en Amsterdam

La fiesta fue espectacular. No se pierdan el vídeo que subió a YouTube la propia compañía. Equilibristas, transformistas, gente guapa, muy guapa, periodistas del corazón y del diseño, djs de moda, canapés y copas, todo muy cool, al estilo Room Mate. Una party con un glamour singular, a todo trapo, con fuegos artificiales incluidos, para celebrar un hito para la empresa. Nochevieja no deja de ser una merienda en comparación con este evento.

Enhorabuena si no fuera porque Sarasola esquiva un asunto tan vital que debería estar en el primer capítulo de cualquier libro de negocios: pagar los impuestos. Sí, eso que cualquier españolito, sea emprendedor, autónomo, currante o parado, hace todos los años, lea o no best sellers. Porque Room Mate tuvo que pedir un aplazamiento a Hacienda por no tener capacidad para cumplir con la Seguridad Social, para desembolsar una cantidad suculenta al Estado que se podía haber financiado con parte de la factura del sarao holandés.

Según documentos oficiales, Sarasola ha conseguido que Cristóbal Montoro le dé cinco años más para pasar por caja, a cambio, eso sí, de pagar unos intereses del 4%. El generoso cobrador le dio la venia quizás porque –supongo que no lo sabían– los lectores de este artículo también fueron accionistas de Room Mate, ya que el FROB, el famoso banco malo creado a escote de los contribuyentes,  se comió una participación del 10% que estaba en manos de Caja Castilla-La Mancha, la primera entidad financiera que quebró en España.

La cadena de hoteles sufre pérdidas desde hace años y tiene un patrimonio negativo, una pesadilla de la que le ha salvado la generosidad de la fallecida Rosalia Mera

Pero los problemas del audaz escritor no acaban ahí, porque Room Mate tienen unos números que no son precisamente para tirar cohetes. El grupo lleva años en pérdidas, con un fondo de maniobra muy negativo y una deuda corporativa que no es capaz de pagar. Si no fuera por el ángel de la guarda de Rosalía Mera, la exmujer de Amancio Ortega, que antes de fallecer el pasado verano metió dinero en la cadena con una generosidad cuasi infinita, las habitaciones estarían cerradas. Cuasi porque sus últimas aportaciones fueron mediante canje de deuda por capital –es decir, se fue quedando con la empresa a la fuerza– y aplazando el vencimiento de otros préstamos.

Es cierto, y de ello hay que alegrarse, que Room Mate parece que ha mejorado algo durante 2013. Así lo va contando Sarasola a todo el que le quiere oír, al subir la ocupación de los establecimientos y al reducir los costes tras alguna que otra medida traumática, lo que se ha traducido en un incremento del beneficio operativo que asciende a… 250.000 euros. De las pérdidas netas, ni palabra de este emprendedor que busca un inversor que compre una participación minoritaria para reforzar los recursos propios –el patrimonio neto es negativo a cierre de 2012– mientras asegura que va a duplicar el tamaño y salir a bolsa.

“Consejos vendo, que para mí no tengo”, dice el refranero español

Sean felices en 2014.

Si hay algún producto que ha proliferado durante la crisis, ese es sin duda el libro. Cualquier desconocido ha consumado uno de los típicos sueños de una vida; publicar un simulacro de best seller. Desde los oportunistas que han dado lecciones de psicoanálisis a los parados –encuéntrate a ti mismo, chato, vienen a decir–, como si en la eterna cola del INEM tuviera uno ganas de leer monsergas, hasta los tremendistas que han vaticinado el fin del mundo. Pasando por la tropa de magos emprendedores que han dado lecciones de cómo buscarse las habichuelas con el disfraz de autónomo. Alguno bueno ha habido.

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