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¿Y si el Real Madrid y el Barça tienen accionistas en lugar de socios?
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Agustín Marco

A Corazón Abierto

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¿Y si el Real Madrid y el Barça tienen accionistas en lugar de socios?

El problema de la singularidad del Madrid y del Barça es que su forma de propiedad, más que en desuso, está en fuera de juego en un sector profesional

El Real Madrid y el FC Barcelona, los dos gigantes del fútbol español, son de los pocos de entre los grandes de Europacuya propiedad es de los socios. Una singularidad muy sentimental, de forofo bien entendido, de adultos que fueron inscritos en el registro de aficionados de primera clase cuando apenas tenían días. Un amor a unos colores que se transmitieron de padres a hijos, de abuelos a nietos y que continúa hasta la fecha.

Pero esta estructura jurídica tan peculiar está en desuso si se compara con los dueños de los clubes con los que el Real Madrid y el Barça compiten por ser los reyes de la Champions añotras año. La mayoría de los equipos que se juegan la orejona son de accionistas de orígenes muy distintos, ya sean inversores locales o extranjeros, como ocurre con instituciones históricas como el Manchester United, el City, el Arsenal, la AS Roma o el Inter. Otras utilizan sistemas mixtos, como el Borussia Dortmund, el Ajax o el Celtic de Glasgow, que cotizan en bolsa, o el Bayern Munich, que tiene de accionistas a multinacionales como Allianz y Audi, al tiempo que sus socios mantienen el 75% del capital.

El problema de la singularidad del Madrid y del Barça es que su forma de propiedad, más que en desuso, está en fuera de juego en un sector profesional en el que las finanzas tienen cada vez más influencia a la hora de poder confeccionar una plantilla competitiva. Aunque los títulos conseguidos -el club azulgrana y el blanco han conseguido cuatro de las últimas diez Champions y ocho ligas nacionales en la pasada década- avalan su modelo, el offside lo ha pitado un árbitro que se llama mercados de capitales, el mismo referee que obligó a España y a los países de la periferia a ajustarse el cinturón hasta quedare en los huesos.

Florentino Pérez quiere empezar a construir el nuevo Santiago Bernabéu este verano, pero para ello necesita 400 millones, la mitad de los cuales los pretendía conseguir mediante una emisión de bonos. Sin embargo, esta puerta se ha cerrado antes casi de abrirse porque los bancos que había tanteado el Madrid –Barclays, Credit Suisse y Société Générale- para hacer esta venta de títulos de renta fija le han dicho que con esa estructura societaria no se puede financiar en los mercados de capitales. No tiene una calificación financiera que atesora cuál es su solvencia ante unos inversores institucionales que solo buscan rentabilidad y a los que los colores les importa poco.

A esta imposibilidad técnica, que obligará al Madrid a buscar otras alternativas financieras, se suma el marcaje que la Comisión Europea está haciendo a los dos grandes de la liga española. En un cajón cada vez más abierto hay un expediente contra siete clubes nacionales (los dos gigantes, más Osasuna, Athletic, Valencia, Elche y Hércules) por recibir ayudas públicas encubiertas por el ayuntamiento o el gobierno regional de turno.Ni el Madrid ni el Barça han convencido con sus alegaciones a Bruselas, que tiene su ojo puesto en los azulgranas y en los merengues por no ser sociedad anónima como el resto. Por este trato especial tributan ante Hacienda al 25%, mientras el resto pagaal 30%.

Ante este pressing de las autoridades comunitarias y la dificultad de financiarse en los mercados, el Madrid y el Barça empiezan a rumiar la opción más que sería de profesionalizar su estructura de propiedad, de ser de un club de socios, a una empresa con capital propio y accionistas. O una mezcla de ambas opciones.Bufetes de abogados ya han hecho sus análisis de cuánto valdrían esas acciones y a qué precio se venderían. Si la alternativa coge fuerza, el próximo gol de merengues y culés puede producirse en el registro mercantil.

El Real Madrid y el FC Barcelona, los dos gigantes del fútbol español, son de los pocos de entre los grandes de Europacuya propiedad es de los socios. Una singularidad muy sentimental, de forofo bien entendido, de adultos que fueron inscritos en el registro de aficionados de primera clase cuando apenas tenían días. Un amor a unos colores que se transmitieron de padres a hijos, de abuelos a nietos y que continúa hasta la fecha.

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