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George Clooney llama estúpidos a los escépticos del cambio climático
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José M. de la Viña

Apuntes de Enerconomía

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George Clooney llama estúpidos a los escépticos del cambio climático

“Well it’s just a stupid argument”, dijo el afamado galán refiriéndose a todos aquellos que niegan el asunto del calentamiento global. Se explayó

Well it’s just a stupid argument”, dijo el afamado galán refiriéndose a todos aquellos que niegan el asunto del calentamiento global. Se explayó: “I find this to be the most ridiculous argument ever”. Especificó:

“If you have 99 percent of doctors who tell you ‘you are sick’ and 1 percent that says ‘you’re fine,’ you probably want to hang out with, check it up for the 99. You know what I mean? The idea that we ignore that we are in some way involved in climate change is ridiculous. What’s the worst thing that happens? We clean up the earth a little bit?”

(Dejo la traducción a cargo de cualquier presidente del Gobierno, que seguro que lo hará de manera rigurosa y veraz, siempre a la altura del cargo que ostenta).

El tifón Haiyan devastó. Vaya calamidad, contemplaban las gentes biempensantes por televisión desde el calentito sofá. Cambiaron rápidamente de canal para no amargar la comida o el solaz: el asunto no les afecta.

El respetable es ajeno a ello. Su sacrosanto bienestar nada tiene que ver con la desdicha de los demás. Ya se las apañarán. Es su problema. Su dolor. Es su tristeza. Es codicia trasnacional. Es vileza global. Es gestión inconsciente, ignorancia autoinfligida, impostura nobelada, infantilismo social, educación inexistente. Es miseria postrera. Será escasez venidera, maldición eterna. La razón y la conciencia se diluyeron a manos de la inconsciencia. No hay aflicción, ni siquiera remordimiento.

¿Qué porcentaje del tifón correspondió al calentamiento global? Ni idea. No soy todólogo, ni siquiera experto, aseguran los que dicen que lo son, negando la mayor mediante proclamas publicadas a través de apañado lobby.

El experto en tormentas Brian McNoldy, de la Universidad de Miami: "We don’t get to pick and choose which storms are enhanced by a warmer climate and which ones aren’t".

Prof. Roger Pielke Jr.: "Philippine Met Service predicted max 18 ft surge from Typhoon Haiyan. So Anderson Cooper’s [show] of CNN ‘off by 22-32 ft".

Philippine Met Service: "Some of the reports of wind speeds were exaggerated".

Real Science website: "Media incorrect to claim the most 'powerful hurricane ever'. Haiyan was only a category 4 at landfall. 'Weather officials said Haiyan had sustained winds of 147 mph... By those measurements, Haiyan would be comparable to a strong Category 4 hurricane in the U.S., nearly in the top category, a 5".

Meteorólogo Dr. Ryan Maue: "Over past 1,000 years, Philippines have been hit by 10-20.000 tropical cyclones. Don't be so arrogant to believe man caused Haiyan".

Argumentos todos mediáticos, concienzudos, profundos, rigurosos, científicos, de cajón. La culpa ha vuelto a ser del empedrado, sugieren exaltados. Como con el Prestige. Pero han muerto miles de personas. El 97 % de los científicos de verdad tiene a quien asignar una parte importante de la responsabilidad. Los restantes, la mayoría a sueldo de algún que otro contubernio inmovilista y cerril, pretenden no saberlo para poder cobrar lo estipulado.

Lo del cambio climático es como el tabaco. Durante decenios no afectó a los pulmones ni a la salud. Los médicos acabaron poniéndose de acuerdo. Los científicos ya lo están. Excepto los ciegos o los que están a sueldo, como antaño algunos médicos desalmados lo estaban de las tabacaleras.

Desencuentro climático global…

Más humedad y mayor gradiente térmico en ciertos lugares podrían generar tifones de mayor intensidad. Lo que parece seguro es que temperaturas más elevadas en la superficie de los océanos, junto con otros fenómenos como pueden ser menores temperaturas en ciertas capas de la atmósfera, aunque los hielos sigan derritiéndose (o quizás a causa de ello), podrían proporcionar más energía a los eventos extremos a la vez que modifican su periodicidad. El condensador amaga.

Mientras tanto, las chimeneas continúan resoplando sin apenas productividad. Nada las atempera. La idiocia económica con presunción de ciencia sigue espoleando este cotarro con fecha de caducidad. Krugman, supuesto progresista a sueldo del conservador camuflado de nombre NYT, no se entera de qué va la fiesta ni asimila los inexistentes fundamentos de su pervertida ciencia.

… causado por otra burbuja…

Los tiempos en que haciendo un simple agujero en el suelo el petróleo salía a borbotones han finalizado. Cada vez cuesta más obtenerlo, sea a la manera del queso Gruyère; de las obsoletas y muy contaminantes arenas bituminosas tan de actualidad en la posmoderna e insensible Canadá; o mediante monstruosas minas a cielo abierto de carbón supuestamente barato en la no tan saludable Australia y tantos otros lugares más.

Se sigue quemando petróleo y carbón a lo loco sin apenas productividad natural ni ciencia económica de verdad que ampare tal derroche. Dicen que sobra. Dará igual. Difícilmente se podrá quemar. La atmósfera no lo permitirá.

Está en marcha una burbuja de inversión en exploración y producción de petróleo y gas que a más de uno le estallará en las manos. No es la primera vez que ocurre. Los años ochenta del siglo pasado dieron muchos sustos a aquellos que se pasaron de listos a pesar de que poseían, supuestamente, toda la información. Hoy casi todos son muy espabilados.

Muchas de las reservas encontradas durante los últimos años son simples apuntes contables que jamás se pondrán en valor (entrópico). Cada unidad de combustible quemado necesitará a su vez más energía antes de poder ser dilapidada. Un círculo energético vicioso si no se ataja por algún lado mediante la aplicación práctica de la inexistente economía fundamental.

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Fracasarán todos aquellos que tomen las decisiones de inversión basándose en gélidos gráficos sin tener en cuenta la coyuntura que vendrá, la camuflada casuística presente que pugna por advertir del riesgo futuro, y las iniciativas que dentro de no mucho se pondrán en marcha por necesidad, cuando la economía fundamental por fin arranque.

… sufrido en Filipinas…

¡Qué manera de dar la nota!, pensaban muchos desalmados. Lloraba desconsolado el representante de las Islas Filipinas en la recientemente clausurada cumbre del clima de Varsovia que, para variar, no ha servido para nada.

El corazón de las Filipinas sufre. Sus haciendas, sus casas, sus vidas, sus almas se oscurecen, desaparecen, se volatilizan. Otros muchos lugares padecen catástrofes. Cuando no son sequías, son huracanes. El Katrina es ya historia. Sandy apenas un recuerdo. Las recurrentes hambrunas en África provocadas por las sequías dejaron de ser noticia: es antiestético y de mal gusto contemplar niños malnutridos durante la velada.

Filipinas pierde cada año el 2% de su PIB en tifones. Siguen siendo consideradas estúpidas externalidades. Alguien lo deberá computar en sus costes. Ellos tienen claras las causas de su desgracia aunque la economía se niegue a interiorizarlas para no destapar sus vergüenzas teóricas.

Parte de la culpa la tiene la pobreza y el exceso de población en la costa. Es algo consustancial y cierto. Todo está ligado: economía acienciada, derroche, pobreza, cambio climático, recursos limitados; un planeta maltratado que una vez se contempló exuberante, azul y bello; un crecimiento económico desigual, iluso y desbocado; el denostado Malthus que nunca dejó de dar la lata. ¿Cuál es la causa? ¿Cuáles las consecuencias? ¿El futuro?

… y denunciado por George Clooney

Ojos que no ven, corazón que no siente. La televisión filtra duras realidades y retuertas incomodidades. Internet anestesia discernimientos a causa de su vacua e indiscriminada inmensidad a granel exenta de rigor y profundidad. El decadente Occidente se niega a aplicar nada que le obligue a iluminar el precipicio al que se asoma. Sus druidas nobelados a recapacitar. Su soberbia en equilibrio les impide estudiar. No son conscientes de que su ciencia ofuscada es parte causante de este desbarajuste terrestre.

Les ocurre al revés que a los científicos de verdad, los cuales no paran de interrogarse las causas, inquirir, dudar. De sugerir soluciones que la ortodoxia económica se resiste a escuchar para no destapar su incoherencia teórica, su falta de fundamentos elaborados con los pies en la Tierra, para no espolear su pereza innovadora, no sea que les obligue a pensar y, de paso, a dignificar su maltrecha y denigrada pseudociencia.

Pasó hace un mes. Dejó de ser noticia. Nadie se acuerda ya. Las mentes puras y castas, sus vísceras biempensantes, los ortodoxos cerebros rellenos de teoremas putrefactos lo han olvidado. El próximo desencuentro climático está al caer. Prepárense los 'afortunados' beneficiarios.

¿Culpables? George Clooney lo empieza a tener claro, aunque no haya mencionado a la parte nobelada causante del desaguisado.

Well it’s just a stupid argument”, dijo el afamado galán refiriéndose a todos aquellos que niegan el asunto del calentamiento global. Se explayó: “I find this to be the most ridiculous argument ever”. Especificó:

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