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Cinco océanos, dos escenarios
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José M. de la Viña

Apuntes de Enerconomía

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Cinco océanos, dos escenarios

Los océanos se están acidificando. Desaparecerán los corales. La biodiversidad marina se reducirá drásticamente. Las aguas están absorbiendo buena parte del CO2 emitido y de la

Los océanos se están acidificando. Desaparecerán los corales. La biodiversidad marina se reducirá drásticamente. Las aguas están absorbiendo buena parte del CO2 emitido y de la energía sobrante irradiada por el Sol. Exceso que el aumento del efecto invernadero provocado no permite evacuar hacia el vacío interestelar.

Siguen dilatándose los mares, incrementándose sus temperaturas. Sumado al deshielo de los glaciares, de los hielos antárticos o de Groenlandia, el aumento progresivo del nivel de las aguas está garantizado.

Los océanos están a rebosar de plásticos y de desperdicios que atragantan la fauna marina al digerirlos. Almacenan múltiples contaminantes químicos generados por la descontrolada actividad humana que, a través de los peces, son engullidos por los inconscientes humanos. La orfandad está aumentando en las profundidades a causa de la sobrepesca… Un panorama reconfortante.

La innovación es el mantra de la religión económica en vigor que fortalece la productividad y el crecimiento económico a la manera tradicional. Es decir, a lo bestia. No marca objetivos ni mide sus consecuencias. ¿Por qué? ¿Para qué? ¿Cuáles son los objetivos de la innovación? ¿Por qué hay que innovar sin más?

La INNOVACIÓN comenzará a desarrollarse cuando se establezcan unos objetivos claros y meridianos que permitan crecer a esta civilización sin dañar este planeta

Hay que innovar sin interrupción a la manera tradicional, proclama el catecismo neoclásico con obcecación. Sin caer en la cuenta de que la tierra no es infinita y los mares son limitados, aunque ocupen cuatro quintas partes de la superficie de la Tierra.

Los objetivos actuales de la innovación son barcos mayores y con menos tripulantes, puertos inmensos, más intercambios, más peces capturados, más energía fósil extraída de sus fondos, dentro de poco minerales. En definitiva, arrear con todo.

Más, más, más, proclaman lo exaltados charlatanes de tal religión. ¿Dónde está el límite? ¿Qué pasará después? Cuando ya no quede nada por innovar porque nos lo hayamos cargado todo, ¿a qué nos dedicaremos?

Los mares se enfrentan a dos escenarios potenciales opuestos. El primero es seguir innovando sin ton ni son, según rezan los dogmas en vigor. Continuar predicando un crecimiento económico sin interrupción que incremente los perjuicios causados a los océanos. No hay de qué preocuparse. Antes o después nos pasarán la cuenta. Como el hombre no cambie de tercio, los océanos acabarán cercenando el desarrollo no sólo económico de la humanidad, cuando el inmenso condensador acuático reviente.

El segundo consistirá en marcar objetivos claros a la innovación, comenzando a respetar el entorno no sólo marino, cuando decida aplicar por fin el método científico.

Midiendo cada progreso de forma cabal. Promoviendo el crecimiento económico de manera racional utilizando criterios energéticos y medioambientales. Jubilando las mezquinas externalidades. Reconociendo que la productividad en vigor es proporcional al incremento de entropía producida. Redefiniendo la productividad de manera inversamente proporcional al incremento entrópico que genera. Determinando que el valor añadido debe ser algo racional, no sólo monetario y mucho menos establecido con criterios marginalistas inmediatos...

Pasaría tal cosa a denominarse INNOVACIÓN, lo cual implicaría el desarrollo de una teoría económica nueva, por fin rigurosa y científica.

La INNOVACIÓN comenzará a desarrollarse cuando se establezcan unos objetivos claros y meridianos que permitan crecer a esta civilización sin dañar este planeta. Permitiendo regenerar los océanos de una manera natural, explotarlos con sensatez y sin esquilmarlos más. Será necesario para ello desarrollar una nueva ciencia capaz de guiar la INNOVADORA actividad económica que está por llegar. A través de postulados que asuman la realidad terrenal: la economía fundamental.

Para que la economía marítima INNOVE en el más amplio sentido del término será necesario, entre otras muchas cosas de índole práctico:

  1. Obligar a que la legislación marítima internacional evolucione y, de paso, se cumpla. El objetivo será dejar de fomentar actividades que atenten contra la salud de los océanos. Obligar a que el que contamine pague y que limpie el que ensucia. Y, al que se pase depredando, se le trinque el artefacto. ¿Una amenaza? Quizás una enorme oportunidad de empleo una vez el sistema económico en vigor se despoje de sus estrechas orejeras teóricas.
  1. Desarrollo de los buques óptimos que demandarán los próximos escenarios sociales, económicos y medioambientales. Los grandes buques cargueros a vela dejaron de desarrollarse a principios del siglo XX. Tenían ya en aquella época una capacidad de carga más que respetable, de unas 8.000 TPM. Está de moda la energía eólica, ¿por qué no se retoman tales desarrollos y se vuelven a diseñar buques mercantes a vela de mayor capacidad?
  1. Desarrollo de todo tipo de artefactos para una explotación sostenible y responsable de los océanos. Están por inventar.
  1. Explotación sostenible de los océanos INNOVANDO una vez se redescubran viejas técnicas de antaño. ¿Vuelta a la pesca artesanal selectiva?
  1. Los océanos siguen siendo los grandes desconocidos. Conocemos mejor Marte. Ahora que lo del cambio climático se pone de moda y ya nadie duda de su rápido cabalgar, excepto unos cuantos fanáticos recalcitrantes coreados todavía por millones de ignorantes, llega el momento de desarrollar procesos de limpieza y regeneración de los mares.
  1. Procesos de mitigación y adaptación, de preservación de las especies marinas y los corales. ¿Biogeoingeniería marina de calidad y sensata?
  1. Los zombies que ahora se denominan recursos humanos deberán volver a convertirse en personas, pensar como personas, actuar como personas, sentir como personas la belleza de los océanos. Dejar de ser animalitos amaestrados cuyo fin único en la vida es producir más depredando.
  1. Los accidentes del Costa Concordia y del ferri surcoreano vuelven a mostrar cómo la electrónica o cualquier otro tipo de tecnología es fútil e inútil si se pone al mando a inútiles o aficionados, si no se forma marinos de verdad y buenos profesionales de la mar. Navegar es algo más que apretar botones y consultar el GPS, sobre todo cuando el barco está zozobrando. En la mar, la tecnología no es omnipotente, como pretenden hacernos creer druidas y sabios nobelados. Sin coraje, oficio y sangre fría ningún marino podrá considerarse tal, por mucha tecnología de la que disponga, la cual tiene por costumbre oxidarse o cascarse de manera que, cuando más se la necesita, no funciona. Cosas de la mar.

Hoy tocaba breve repaso recopilador, aunque caiga en saco roto. Las mentes sabias o académicas continúan innovando sin moderación, sin ninguna intención de otear ningún atisbo de INNOVACIÓN, mucho menos de promoverlo, ni siquiera tomarlo en consideración. ¿O no?

Los océanos se están acidificando. Desaparecerán los corales. La biodiversidad marina se reducirá drásticamente. Las aguas están absorbiendo buena parte del CO2 emitido y de la energía sobrante irradiada por el Sol. Exceso que el aumento del efecto invernadero provocado no permite evacuar hacia el vacío interestelar.

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