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El acojono de Obama (con perdón); acojono en Estados Unidos
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José M. de la Viña

Apuntes de Enerconomía

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El acojono de Obama (con perdón); acojono en Estados Unidos

Las barbas del tío Sam se ponen a remojar mientras las del de aquí se enjuagan con formol. Nos hacemos eco de un informe publicado por

Las barbas del Tío Sam se ponen a remojar mientras las del de aquí se enjuagan con formol. Nos hacemos eco de un informe publicado por el Gobierno de Estados Unidos donde sintetiza en 820 páginas, más que el obsoleto batiburrillo marginalista de Piketty, a pesar de su inexplicable repercusión mediática, los efectos presentes del cambio climático en su país. Un compendio del estado de la ciencia, del cataclismo que se avecina aquí y allí, allá y acullá, en tierra o en el mar.

Informe que muestra el impacto climático que ya está causando en las entrañas del imperio y el que provocará en el futuro en el planeta entero. Es un agregado, un compendio, resumen de las investigaciones realizadas por los organismos más solventes y las mejores universidades norteamericanas.

Un estudio infinitamente más riguroso que los trabajos de aficionado de aquellos que siguen pretendiendo hacer creer que lo del cambio climático es una milonga interesada a cargo de unos cuantos ecologistas pasados de rosca que, haberlos, también los hay. Causa de la mala prensa pasada y la escasa concienciación de esta sociedad anestesiada con fútbol y ansia de consumo por unos políticos en franco declive bipolar.

Casi todas las observaciones son extrapolables a Europa y a otras zonas. Dicen que una imagen vale por mil palabras. Veamos hoy sólo gráficos. Comienza el informe tocando las narices, separando los factores naturales de los humanos que están haciendo que las temperaturas globales se incrementen. Voilà.

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Continúa diciendo que hagamos lo que hagamos pintarán bastos terrenales del calor que hará. Podrán ser severos los garrotazos medioambientales o menos trágicos. Dependerá de lo que hagamos a partir de ahora. De nuestra capacidad para aplicar la ciencia de la escasez, de desarrollar la economía fundamental que permita adecuar de una vez por todas el absurdo sistema económico en vigor a la capacidad de este planeta con el fin de detener el devenir suicida de esta sociedad.

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La curva A2 es la que seguiremos como continuemos permitiendo vegetar la mente postrándonos ante los acienciados druidas nobelados, adoradores de un crecimiento económico sin compasión.

El modelo B1, algo menos trágico, pretende modelizar el futuro suponiendo que nos pongamos inmediatamente manos a la obra, que jubilemos a tanto santón académico y neoclásico, y no sólo a los mediocres políticos en vigor. ¡Menudo chiste!

Para escalar la curva A2, bastará con innovar, es decir, no hacer nada. Para conseguir abrazar la más benigna curva B1, será necesario INNOVAR. Para intentar estabilizar el proceso natural en curso, hará falta un milagro, bastante más científico que los que promueve la sacralizada tecnología predicada por los acienciados premios nobel en Economía, la enseñanza de la economía restringida en vigor.

El gráfico que viene a continuación muestra el incremento de las precipitaciones habidas durante eventos meteorológicos extremos (el 1% más infernal) desde 1958 hasta 2012 en cada región de los Estados Unidos. Hay una tendencia clara hacia una mayor concentración de precipitaciones causantes de dramáticas externalidades que conllevan muertes durante tales fenómenos extremos, sean ciclones o huracanes, especialmente en el noreste y el Medio Oeste. La TV da puntual fe de ello cada temporada.

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Las siguientes fotografías son todavía más trágicas. La de la izquierda deja ver un Pteropod, la mariposa de los mares, intacta. La de la derecha muestra cómo se disuelve en océanos más ácidos. Las aguas oceánicas ya están disolviendo los corales a causa del CO2 absorbido.

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Los océanos se están acidificando a marchas forzadas. Los corales desaparecen por tal causa. Como el proceso continúe, el resto de fenómenos provocados por las emisiones, el calentamiento, la contaminación, la basura no sólo política o judicial, o la pérdida de biodiversidad terrenal, se quedarán en liviana broma macabra.

Al menos un 25% de la vida marina depende de la buena salud de los corales. Al acidificarse los mares, los corales desaparecerán de los emplazamientos actuales. Con ellos lo hará la abundante diversidad marina que albergan, a la que seguirá la esquilmada riqueza pesquera adyacente.

Puede que se reproduzcan en otros lugares o puede que no. Puede que evolucionen o puede que no lo hagan. Puede que la tecnología resuelva algo o puede que el planeta mande a hacer puñetas a esta estúpida civilización. El futuro es ciencia ficción pasada por agua. Mucho me temo que ante esto la humanidad no podrá hacer nada más que rezar y santiguarse una vez se desencadene un círculo vicioso tras otro.

El gráfico último muestra, a la izquierda, la evolución de la concentración CO2 en la atmósfera a lo largo de los últimos años. La escala de la derecha mide el pH, la variación de la acidez que antes permitía la vida de los corales y que ahora provocará su disolución y su muerte.

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Lascorrelación entre el incremento del CO2 en la atmósfera (rojo) con el mayor CO2 acumulado por los océanos (azul), y la caída del pH de las aguas (verde), que significa una mayor acidificación. Cuanto menor es el pH, la acidez es mayor.

Estas pocas gráficas dicen más que mil palabras. Sobre todo si vienen apadrinadas por lo más granado de la comunidad científica de Estados Unidos y del Gobierno norteamericano, que no incluye ciencia barata a cargo de druidas mediáticos o bocazas.

Dicho lo cual, parece que están muy callados los escépticos. ¿Se habrán quedado sin argumentos? ¿O es que andan preocupados? Parece que comienzan a ser conscientes de cómo sus lujosas mansiones en Miami acabarán también anegadas. Se les disolverá un buen capital. Mejor así. Cuando el bolsillo del intransigente entra en riesgo, espolea hasta al más obtuso recalcitrante, siempre y cuando no sea un experto o viva de vender aire.

¿Merece la pena seguir corriendo tan desoladores riesgos? O mejor desarrollamos la economía fundamental, implantando a la vez la ciencia de la escasez, una vez les pase el soponcio electoral a los bipartidistas políticos menguantes.

¿No sería preferible intentar preservar la naturaleza en vez de tener que rezar? Para eso hacen falta estadistas. La jodimos. De eso no hay. Obama sólo amaga. Es incapaz de entrar al trapo en los desafíos que se presentan. ¿Acaso la NSA no le deja?

España es otra galaxia corrupta y amordazada. Aquí tampoco se hace nada para salir del indolente marasmo y la caída libre en la que nos encontramos.

Las barbas del Tío Sam se ponen a remojar mientras las del de aquí se enjuagan con formol. Nos hacemos eco de un informe publicado por el Gobierno de Estados Unidos donde sintetiza en 820 páginas, más que el obsoleto batiburrillo marginalista de Piketty, a pesar de su inexplicable repercusión mediática, los efectos presentes del cambio climático en su país. Un compendio del estado de la ciencia, del cataclismo que se avecina aquí y allí, allá y acullá, en tierra o en el mar.

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