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Tribulaciones del primer ministro chino en la Gran Bretaña
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José M. de la Viña

Apuntes de Enerconomía

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Tribulaciones del primer ministro chino en la Gran Bretaña

Los desequilibrios financieros alojados en China y tantos otros países no sólo asiáticos pasarán cumplida factura, antes o después, como toda monumental burbuja que se precie

Con motivo de la visita del primer ministro chino, Lo Keqiang, a la, según China, decadente Gran Bretaña, el afamado periódico The Guardian se hace eco de unas manifestaciones poco diplomáticas, aunque sean cruda verdad, por parte de una publicación del régimen, dicen comunista, dejémoslo en dictatorial.

Como toda prensa cautiva, el rotativo chino no da puntada sin hilo. No suelta afirmaciones a las bravas sin órdenes de la superioridad. Restriega punzadas de realismo cruel en el rostro anonadado del premier Cameron:

Britain is an "old, declining empire" which resorts to "eccentric acts" to hide its embarrassment over its declining power.

Es una pena que China no haga el mismo ejercicio de realismo para con sí misma: la prensa libre allí no existe. Tiananmen nunca ocurrió. Que el Reino Unido está sumido en pausada decadencia no es noticia nueva, de la misma manera que lo está todo Occidente, y no sólo Europa entera, por no mentar esta deshilachada piel de toro cada día más hilarante, tragicómica y deslavazada. Aunque renueve realeza, bastante trabajo tendrá para aglutinar tanto centrífugo descamisado y tanto intelecto minimizado.

Los desequilibrios financieros alojados en China y tantos otros países no sólo asiáticos pasarán cumplida factura, antes o después, como toda monumental burbuja que se precie. Los desequilibrios medioambientales de Asia entera harán temblar lo poco de civilización que queda en este planeta, según se vayan desencadenando con la ferocidad prevista, acogotando las necesidades más básicas y sencillas de miles de millones de ciudadanos.

Como para muestra un botón, continuamos con el mismo informe militar al que tanto jugo estamos sacando, para sonrojo de mezquinos trolls e indignadas mentes anquilosadas y puras. Arreemos:

Casi todas las proyecciones climáticas prevén mayor variabilidad de los monzones. Incrementarán las sequías tanto como las inundaciones en el Asia templada y no sólo tropical. La región Asia-Pacífico se volverá más calurosa y húmeda en las décadas venideras.

El 40% de la población asiática, unos 4.000 millones de personas, vive a no más de 45 millas (terrestres) de la línea de costa. Su longitud alcanza las 130.000 millas (terrestres). El incremento del nivel del mar y la disponibilidad de agua dulce afectarán a la producción agraria. Proliferarán las enfermedades infecciosas.

Las costas de Pakistán, India, Sri Lanka, Bangladesh y Birmania en el sur de Asia; y las que fluyen entre Tailandia y Vietnam, incluyendo Indonesia y las islas Filipinas en el sureste, son algunas de las regiones del mundo más vulnerables a la subida prevista del nivel de los mares.

Costas arenosas en lugares densamente poblados, junto con inmensas zonas de tierras bajas, hacen del sureste asiático una región especialmente vulnerable a las inundaciones. Grandes zonas costeras de Malasia, Tailandia e Indonesia podrían perder una superficie importante de tierra cultivable una vez se aneguen o salinicen.

La localización y topografía de Bangladesh lo convierten en uno de los países más vulnerables del planeta. Son cerca de 150 millones de personas ya de por sí explotadas. Un 10% de su población vive a menos de un metro sobre el nivel del mar, derrumbes de fábricas, vergüenza del Occidente más consumista, codicioso e inconsciente aparte.

A lo largo de esta centuria, la confluencia entre el incremento continuo de la población, la reducción de tierra disponible a causa del progresivo aumento del nivel del mar, junto con frecuentes inundaciones aliñadas por el aumento de la virulencia de ciclones y huracanes, provocarán que millones de personas atraviesen la frontera india en busca de un futuro mejor o, al menos, seco.

En previsión de tales desplazamientos, el Gobierno indio está ya construyendo otro muro degradante que los separe de Bangladesh, impidiendo migraciones siguiendo la estela de Lampedusa o Melilla.

O la humillante frontera que separa de manera cruel e ignominiosa México de los Estados Unidos, convirtiendo el sueño americano en un vergonzoso olvido de sus orígenes emigrantes. Si llegaron hace apenas cien años con una mano delante y otra detrás masacrando a sus habitantes originarios, ¿con qué derecho se creen ahora para cerrar el paso a los que ansían una vida mejor como la que consiguieron ellos? ¿Qué superioridad moral pueden ofrecer?

Pakistán y la India misma son también vulnerables a causa de sus tierras a rasel densamente pobladas. La agricultura costera, su infraestructura y los sistemas de exploración petrolífera terrestre correrán grave riesgo. Igual que sus ciudades, incluyendo megalópolis como Mumbai, Daca o Karachi, que deberán inspirarse en Venecia para sobrevivir sin más arte, palacio ni góndola que pobreza, humedad y cochambre.

La productividad agraria se reducirá también en toda la región a causa de la elevación de las temperaturas y la variabilidad mayor de los patrones de lluvias. Se estima que la producción de cereales en el sur de Asia podría disminuir al menos entre un 4% y un 10% hacia el final de esta centuria.

Aumentará la proliferación de enfermedades infecciosas transmitidas no sólo por mosquitos, como la malaria y el dengue, excepto en algunas zonas secas de China. Aumentará por todo el continente el riesgo de contraer esquistomatosis y otras enfermedades parasitarias o transmitidas por el agua. Proliferarán epidemias.

El agua dulce se convertirá en vector principal de conflictos. Hacia el año 2050 las regiones que dependen para su suministro de los glaciares del Himalaya sufrirán problemas serios. Nada menos que el 40% del agua dulce del planeta sigue embalsada allá, heladita, de momento.

El problema mayor será provocado por la fusión de los susodichos glaciares, tanto por exceso como por defecto. Hacia mitad de siglo el agua proveniente de la fusión provocará un incremento de precipitaciones en el norte de la India, así como inundaciones en Nepal, Bangladesh y Pakistán, interludio de lo que sucederá una vez los glaciares se hayan desaguado. ¿Quién dará de beber después a media Asia?

El cambio climático exacerbará las tensiones debidas al líquido elemento en la mayoría de las regiones de Asia, cuyos ríos son tributarios de la meseta tibetana. China se llevará cumplida ración por méritos propios. Cercenará de raíz su economía, amagará conflictos civiles, si antes no los provocan las burbujas actuales cuando revienten.

¿Imperio en ciernes? O caos. La recurrente historia china se volverá a repetir una vez más, esta vez sin ningún ejército glorioso de guerreros de terracota que recuerde incendiadas glorias pasadas en Xian.

Las tribulaciones imperiales del chino prominente en la Gran Bretaña no son muy diferentes a las de tantos y tantos políticos y supuestos expertos que no quieren ser conscientes de hacia dónde están conduciendo la habitabilidad de este planeta.

Cuando llegue el momento, las tribulaciones de cualquier chino en China no serán muy diferentes a las que padecerán, uno por uno, cada uno de los cuatro mil millones de asiáticos que viven en Asia, aunque las de unos serán más dramáticas que las de otros.

Y, como dijo Napoleón, cuando China despierte, el mundo temblará. Sólo que por razones muy diferentes a las que él pensaba.

Es el turno delos trolls. Los comentarios constructivos son también bienvenidos, agradeciendo los más críticos y clarificadores, aunque sean descarnados y veraces.

Con motivo de la visita del primer ministro chino, Lo Keqiang, a la, según China, decadente Gran Bretaña, el afamado periódico The Guardian se hace eco de unas manifestaciones poco diplomáticas, aunque sean cruda verdad, por parte de una publicación del régimen, dicen comunista, dejémoslo en dictatorial.

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