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Si un economista ganara un Oscar de Hollywood…
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José M. de la Viña

Apuntes de Enerconomía

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Si un economista ganara un Oscar de Hollywood…

La economía fundamental valorará la capacidad de la tierra de proveer bienes y servicios a la humanidad a lo largo de los próximos milenios. Descontando la escasez previsible de recursos finitos

Foto: Premios Oscar. (Reuters)
Premios Oscar. (Reuters)

… en vez de un Premio Nobel, significaría que la economía habría abandonado su marasmo teórico en pos de un futuro para la tierra, a ser posible con humanos dentro. Un futuro científico capaz de aportar bienestar más allá de un instante marginal, despojado de derroche indiscriminado y consumo compulsivo.

Que proponga un devenir natural y cultural más sano a esta civilización, empeñada en caducarse ella misma, atenuado de burbujas financieras y chaladuras justicieras políticamente correctas. A causa de la supuesta superioridad moral de la izquierda fundamentalista, que una derecha acobardada y pelele hace suya siguiendo las encuestas, pretendiendo esconder complejos para parecer moderna, insuflados ambos de progresismo intransigente y totalitario.

Puritanismo inquisitorial que lo mismo encarcela pedófilos de los que se tiran pedos que titiriteros pasados de rosca. En vez de criminales peligrosos que promulgan leyes arbitrarias, protegidos por corazas aforadas para poder meter mano a la caja; o que aplasta padres normales por el mero hecho de serlo, víctimas de un sistema malvado que aplica leyes discriminatorias y raciales que desprecian la presunción de inocencia y la psicología más elemental, envileciendo todo género.

Si los ingenieros ganan un Oscar…

En el año 2008, Víctor González e Ignacio Vargas, uno ingeniero naval y el otro ingeniero técnico aeronáutico de cuando en España se formaban ingenieros, fundadores de Next Limit, ganaron junto con Ángel Tena un Oscar de la Academia de Hollywood al mérito técnico. Por el desarrollo de una aplicación de 'software', denominada RealFlow, que modeló el 'tsunami' de 'Lo imposible', escenas de 'El señor de los anillos' o 'Juego de tronos', entre otras muchas películas, fan alguna de viejuno progresismo de marca blanca.

Los proyectos de la compañía son Maxwell Render (un simulador de luz), XFlow ('software' de simulación de fluidos y túnel de viento para entornos de ingeniería) y el galardonado RealFlow (simulador de dinámicas y de fluidos para producción cinematográfica). Su último proyecto en desarrollo es RoomBox™, plataforma web con tecnología 'cloud' para la creación de contenidos 3D.

Ejemplos de cómo metodologías matemáticas y físicas utilizadas con profusión para diseñar, calcular u operar cacharros sofisticados, sean estos aviones, cohetes, coches, submarinos o drones, sirven también para otras muchas actividades lúdicas y científicas. De cómo desarrollos informáticos de vanguardia pueden contribuir a simular, predecir y controlar todo tipo de actividades complejas y a gestionar la naciente industria 4.0, la cuarta revolución industrial, de momento huérfana de revolución económica fraternal.

O, por qué no, ayudar a dilucidar el futuro económico, climático y ambiental de este planeta. Desarrollando la inexistente Economía 4.0, mediante herramientas con fuerte enjundia matemática y física. Utilizando métodos afines o nuevos, basados en elementos finitos, o lo que sea. Que desarrollen los instrumentos generados por la economía fundamental, con la ayuda inestimable de la renacida ciencia de la escasez, insustituible en el precario y volátil futuro que nos espera a caballo entre glaciares menguantes, sequías más recias y mayores inundaciones.

Aplicando con rigor, por fin, el método científico. Mediante grupos de investigación independientes que validen o reprueben cada nuevo teorema destinado a ser integrado por economistas fundamentales, una vez sean formados estos mediante sólidos fundamentos terrenales, además de económicos, humanísticos y sociales.

… los economistas también podrían…

La economía fundamental valorará la capacidad de la tierra de proveer bienes y servicios a la humanidad a lo largo de los próximos milenios. Descontando la escasez previsible de los recursos finitos, salvo que disfrutemos de la visita de algún meteorito de aterrizaje violento, o la organización de un abastecimiento interplanetario competitivo y barato.

Entretanto, los milagros propios de la ciencia ficción se materializan, la economía fundamental generará una función de producción virtual que incluya cualquier parámetro que influya en la habitabilidad de este planeta y su estado latente de supervivencia a lo largo del tiempo. Capaz de realimentarse sin descanso en función del nuevo conocimiento incorporado y los avances o retrocesos validados.

Reajustando dinámicamente los nuevos parámetros económicos propuestos o los necesitados de una reformulación, como el concepto de productividad o el de valor añadido. Desarrollando información que permita tomar decisiones que aseguren un supervivencia lúcida y sensata, en función de la evolución prevista de la población, los recursos geológicos y biológicos disponibles en cada momento, sean o no finitos, o de larga maduración, como la madera o las menguantes especies vivas.

Valorará el estado de salud presente y futuro de bosques, ríos, mares o acuíferos. El proceso de empobrecimiento de los campos de cultivo, la contaminación, las emisiones, la evolución del cambio climático, la pérdida de biodiversidad, los residuos no reciclables, etc. Y, como la cosa siga así, la evolución de plagas y virus emergentes diseminados de manera activa por esta civilización tan avanzada, a la manera de Zika, y los que aparecerán sin dudar.

La evolución de plagas y virus diseminados de manera activa por esta civilización tan avanzada, a la manera de Zika, y los que aparecerán sin dudar

Modelos capaces de integrar la política monetaria del futuro. Sea barra libre para alimentar deuda creciente sin riesgo teórico, patrón oro de nuevo, o revolucionario patrón monetario ligado al estado puntual del planeta en función de la población y los avances de la tecnología, incluyendo la evolución del cambio climático. Una vez despojada esta última de su aura religioso, cual becerro de oro impregnado por la vigente teoría neoclásica.

Incluirá nuevas teorías sobre el capital en función de su destino, nada que ver con Marx (Karl y no Groucho). Añadiendo la necesaria complejidad conceptual capaz de adecuar la oferta y la demanda monetarias. Y los tipos de interés y de cambio de las monedas sin realizar ninguna trampa. Evitando la competencia desleal, al hacer desaparecer el 'dumping' humano y medioambiental. Y la aparición de burbujas de deuda o de bienes físicos, sin cercenar posibilidades de crecimiento reales. O, al menos, que permita aplacarlas.

Estudiará cómo no legar pasivos intergeneracionales a nuestros hijos, ni débitos como los actuales, sean monetarios o naturales. A no ser que los multiplicadores de Keynes, también aplicados a la evolución ambiental, sean claramente positivos.

… si tuviesen hambre de ciencia

¿Cómo solventar tal utopía científica? Utilizando las mismas herramientas que se necesitan para ganar un Oscar. Mediante efectos especiales con ciencia detrás, como los creados por unos ingenieros españoles que padecieron una formación de calidad a patadas a base de codos, insomnio y frustraciones. Que pusieron la ingeniería española, como consecuencia de tanto esfuerzo, a la vanguardia mundial.

Que dentro de no mucho dejará de estarlo si no se replantea de manera urgente la nefasta enseñanza impuesta por Bolonia, la cual generará másteres livianos, nunca más ingenieros que muestren al mundo su descarnada pata negra.

Hay metodología. Faltan por todo el mundo universidades, instituciones dispuestas a implantarla. Y, sobre todo, ganas. Una vez abandonen la vigente inercia nobelada, colocándose las escogidas en vanguardia del desarrollo de la nueva disciplina, con humildad y sin soberbia, paso a paso, como todo científico consumado consciente de todo aquello que jamás alcanzará a saber.

Y, sobre todo, cuando los aspirantes a científicos de la tal ciencia social pretendan serlo de verdad, renegando de atávicas ataduras matemáticas y mentales que siempre fueron obsoletas. Ya tenemos las peores universidades del mundo. Ha sido cruento el proceso. Demos la vuelta al asunto. Busquemos la colaboración de las mejores.

Será cuando la prisa apremie, una vez la naturaleza se termine de desestabilizar. O cuando la burbuja de deuda reviente, el crecimiento se volatilice, o un nuevo récord reconfirme lo ya confirmado. O una vez la clase media se haya vuelto testimonial, con título y sin empleo, sin ningún bagaje intelectual por haber formado recursos humanos en vez de personas.

O quizá suene la flauta, cuando la ortodoxia dominante se anime a desatascar la teoría económica, abandonando su acienciada torre de marfil, proponiéndose ganar un Oscar de Hollywood. ¿Cuánto tiempo más habrá que esperar para generar ciencia económica de verdad?

… en vez de un Premio Nobel, significaría que la economía habría abandonado su marasmo teórico en pos de un futuro para la tierra, a ser posible con humanos dentro. Un futuro científico capaz de aportar bienestar más allá de un instante marginal, despojado de derroche indiscriminado y consumo compulsivo.

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